Los gatos son criaturas fascinantes. Aunque todos los conocemos y amamos como mascotas que en su mayoría se la pasan en casa siendo juguetones, en el fondo todavía tienen los instintos de un depredador.
Como muchos dueños de gatos pueden atestiguar, estos rasgos se manifiestan en forma de un hábito bastante burdo: regalar animales muertos.
Solo están siguiendo su instinto natural de cazar y proveer comida para su familia. En su mente, no eres muy bueno en esto, así que esperan que el ratón muerto te ayude a captar la indirecta.
Pero las bien intencionadas lecciones de caza de nuestros gatos no suelen ir muy bien: nadie quiere ver pájaros muertos por toda su casa.
Es un problema que un amante de los gatos llamado Ben conoce muy bien. Él es propietario de varios gatos y administra una página de Instagram con un título acertado @mostlyjustpicturesofmycats (@casi todas son imágenes de los gatos).
Pero solo hay un gato en particular que tiene un lugar especial en su corazón: Baloo, una gatita que adoptó desde que era pequeña.
«Es una gata muy cariñosa», le dijo a Love Meow. «Me consuela cuando me siento deprimido y se sienta en mi pecho ronroneando como loca y acariciando mi cara con su nariz».
Ben sabía que Baloo se preocupaba por él, aunque ella tuvo una inconveniente forma de demostrarlo.
«Me despertaba con ella en mi pecho con algo en el hocico que luego me dejaba caer sobre la cara o el pecho, y luego maullaba», dijo Ben a The Dodo.
«No sé si ella esperaba que pensara que era el desayuno o simplemente un regalo».
A veces el animal que le traía todavía estaba vivo, haciendo que Ben saltara de la cama para sacarlo de la casa.
Claramente no fue la reacción que Baloo esperaba por su generosa oferta, y Ben no pudo evitar sentirse un poco culpable.
«Siempre se veía tan confundida y triste, lo cual me hacía sentir muy mal».
Así que un día, la gatita captó la indirecta: no más ratones ni pájaros muertos.
Pero ella todavía quería darle un regalo a Ben, pero ¿qué podría ser?
Salió a su habitual área de caza (el patio trasero) y volvió con un regalo que consideró perfecto: Una hoja.
Para Ben, fue una agradable sorpresa: estaba conmovido por la consideración de la gata.
«Siempre eran hojas grandes y bonitas «, dijo Ben. «Era un gran alivio para los ratones aún vivos cada mañana”.
Se aseguró de mostrarle a Baloo que este regalo era definitivamente más adecuado para él, para que no volviera a traerle más animales.
«Le mostraba mi gratitud tomando la hoja y jugando con ella mientras ella se sentaba en mi pecho».
Y funcionó: todos los días, Baloo le traía una hoja o a veces la cambiaba por una ramita o un palo.
«A veces era una rama pequeña, a veces era una hoja gigante», le dijo a Love Meow. «La imagen de abrir mis ojos para ver a mi gatita mirándome fijamente con una hoja gigante en la boca es tan hermosa».
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También le divirtió la idea e que su gata salga y escoja el regalo adecuado para él cada mañana:
«Imagínatela vagabundeando:» ¡Oh, esta es una bonita hoja, le encantará ésta!». «No, esta es demasiado parecida a la que ya tiene».
¡Definitivamente una hermosa gata y una historia encantadora!
Estos gatos son tan… ¿temperamentales?
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