La decisión de una familia de donar los órganos de su hijo de 7 años que murió luego de tragarse un silbato, devolvió la vida a seis niños de su edad que estaban esperando con ansias a un donante.
Matheus Rodrigo de Oliveira, de 7 años, de Navegantes, Brasil, el segundo hijo más joven entre cuatro hermanos de su familia, estaba jugando el sábado 12 de febrero con sus amigos cuando accidentalmente se tragó un silbato.
«El hijo de la vecina lo vio y llamó a su mamá para que ayudara a Matheus», dijo Tieli Costa, mamá del niño, a The Epoch Times. «Luego, la vecina vino a llamarme mientras su cuñado tomó a Matheus e intentó darle los primeros auxilios, pero no lo logró».
«Cuando me avisó, salimos corriendo hacia ellos para quitarle el silbato, pero no pudimos», agregó.
Al ver a su hijo en riesgo, los padres del menor lo llevaron en su auto a una estación de bomberos cercana para que le ayudaran a salvar la vida de su pequeño.
«Cuando llegamos allí ya estaba desmayado, se desmayó en el camino. Los bomberos lograron reanimarlo», agregó Tieli. Luego lo trasladaron al hospital del municipio de Itajaí.
Tras su llegada, lo internaron directamente en la UCI. Los médicos hicieron todo lo posible por salvar su vida, pero durante los días siguientes Matheus no mostró mejoras.
Después de varios días de agonía de la familia, el jueves 17 de febrero los médicos confirmaron que ya no había vida en el cerebro de Matheus. El tiempo en que el niño dejó de respirar le generó una lesión cerebral hipóxico-isquémica, causada por falta de oxígeno y flujo sanguíneo en el cerebro.
El 18 de febrero Matheus falleció.
Una decisión muy difícil
En medio de un incomparable dolor, los padres de Matheus tuvieron que enfrentarse con una difícil decisión: los médicos les preguntaron si estarían dispuestos a donar los órganos de su hijo.
«Fue una decisión muy difícil. No es fácil decidir donar los órganos de tu hijo, y más cuando uno descubre que ya no tiene vida y no volverá», expresó Tieli.
«Pero como mi hermano murió en la lista de espera de un donante, esto me motivó mucho», aseguró.
Finalmente, los padres decidieron donar los órganos del pequeño.
«A pesar de que ya no podía tener a mi hijo conmigo, otra madre sonreiría al recibir una llamada de que habían conseguido un donante», enfatizó la mamá de Matheus.
Además, Matheus era un niño feliz, y siempre manifestaba su deseo de ser bombero para ayudar a los demás, y esto motivó aún más la decisión de los padres.
“Estos siete años que tuve la oportunidad de vivir con él fueron de pura alegría. Era un chico muy listo, inteligente, cariñoso, cuidadoso con las cosas”, dijo Tieli a G1.
Según la información que recibió la familia del hospital, seis niños de la misma edad de Matheus recibieron diferentes tipos de trasplantes.
“Fueron seis vidas las que nuestro héroe salvó cuando solo tenía 7 años. Era precisamente su sueño: ser bombero para salvar vidas”, dijo la abuela Loreni Pereira de Campos al medio.
Aunque los médicos no revelaron los nombres de los niños ni de los familiares de los donantes, los padres de pequeño tienen el deseo de conocerlos.
«Si la persona que recibió los órganos siente en su corazón en buscar a la familia del donante, nos alegraríamos mucho», concluyó Tieli.
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