En los momentos finales de una vida, cuando el tiempo se vuelve precioso y cada respiración es un regalo, a veces ocurren pequeños milagros que iluminan hasta los días más oscuros. Esta es la historia de un acto de bondad que traspasó las fronteras de lo ordinario, trayendo un pedacito de magia de cuento de hadas a la habitación de una anciana en sus últimos días.
Phyllis McDonald, de 81 años, enfermera jubilada de Melbourne, Australia, tomó la valiente decisión de prescindir de los cuidados paliativos y pasar sus últimos días en casa tras una larga batalla contra la poliquistosis renal.
Su hija, trabajadora de seguros Lisa McDonald, sabía que a su mamá siempre le habían gustado los ciervos y la película «Bambi».
«No sé por qué, pero cualquiera que la conocía sabía que los amaba», dijo a The Epoch Times.
Un día, mientras la Sra. McDonald cuidaba a su mamá, le surgió una idea.
«Contacté a Simone y Chris de la granja móvil Barn Buddies en Facebook para ver si tenían un ciervo», explicó, «y sí tenían».
Accedieron a llevar al pequeño ciervo para que conociera a su mamá. Sin embargo, cuando el estado de Phyllis empeoró un día antes y la familia no estaba segura si alcanzaría a llegar, la Sra. McDonald envió un mensaje a Simone y Chris para informarles el cambio.
Simone llamó de nuevo a la Sra. McDonald para informarle que estaban a dos horas y media de distancia. Preguntó si llegarían, y McDonald le dijo que era difícil saberlo. Pero Simone, Chris y un cervatillo llamado Bambi —criado por Simone y Chris cuando la mamá no pudo cuidarlo— llegaron justo a tiempo.
«Cuando Chris entró con el ciervo, mamá no podía creer lo que veía», recuerda la Sra. McDonald. «Estaba sorprendida, pero muy, muy feliz».
La Sra. McDonald compartió un video de la conmovedora visita a la cabecera de la cama en el grupo de Facebook The Kindness Pandemic (La pandemia de la bondad), acumulando más de 20,000 reacciones de internautas que se conmovieron ante el dulce gesto y la reacción de Phyllis.
En las imágenes, Phyllis lleva una camiseta rosa de Bambi y suspira ante la llegada de su inesperado visitante a su casa en la cama. La familia también llevaba camisetas de Bambi como muestra de apoyo, denominándolas su «uniforme de enfermera», escribió la Sra. McDonald en el posteo de Facebook.
La Sra. McDonald, que había estado cuidando a su mamá acompañada de su hermana, Allison Andrews, y su tía, Carol Hardy, dijo a The Epoch Times que los Barn Buddies no aceptaron ningún pago por su visita. «Lo hicieron por pura bondad».
Al recordar la batalla de su mamá contra la PKD, la Sra. McDonald dijo que Phyllis estuvo en diálisis durante cuatro años.
«En los últimos meses, tuvieron que hospitalizarla por un procedimiento que no estaba relacionado, pero luego soportó una serie de procedimientos quirúrgicos mientras continuaba con la diálisis», explicó. «Mamá falleció rodeada de su familia, y muy tranquila».
McDonald explicó que la razón por la que compartió el video fue para mostrar la amabilidad de Simone y Chris.
«Nunca lo olvidaremos», dijo.
(Cortesía de Lisa McDonald)
La visita de Bambi a Phyllis no solo iluminó sus últimos días, sino que también nos regaló a todos un recordatorio precioso: la magia existe en los actos de bondad más simples. Mientras Phyllis partía tranquilamente rodeada del amor de su familia, dejó tras de sí no solo recuerdos, sino también una lección invaluable. En un mundo que a veces parece frío, son estos momentos de pura ternura los que calientan nuestros corazones y nos inspiran a ser mejores.
Así que la próxima vez que veas un ciervo, o quizás cuando te topes con esa vieja copia de «Bambi» en tu estantería, recuerda a Phyllis. Recuerda que nunca es tarde para hacer realidad un sueño, por pequeño que sea, y que a veces, la mayor aventura de todas es simplemente hacer feliz a alguien más. Y quién sabe, tal vez haya un pequeño Bambi esperando para alegrar tu día también.
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