La vida de Óscar cambió por completo cuando su hijo en silla de ruedas de 14 años le propuso que se convirtiera en atleta profesional de triatlones. No solo eso, que lo hicieran juntos. Después de 5 años, y varios maratones y triatlones en su natal Colombia y en otros países, este año se preparan para el máximo reto de su carrera, el Triatlón IRONMAN de 224 kilómetros que se llevará a cabo el próximo mes de agosto en Alemania.
Óscar Caro actualmente vive en Barranquilla, Colombia, junto a su familia. Al lado de Luis David de 19 años, que tiene parálisis cerebral, forman el Team Caro Wagner, que lleva más de un año entrenando para el triatlón europeo IRONMAN Hamburgo. El gran día padre e hijo recorrerán 4 km nadando, 180 km en bicicleta y 42 corriendo, un total de 226 km.
“Aún [estamos] entrenando en casa muy fuerte por temas de la pandemia, [pero] ahora ya podemos salir un poco y en mejores condiciones, pero son miles de kilómetros acumulados”, compartió Caro a The Epoch Times.
Entrar en la carrera IRONMAN —que es el triatlón más exigente del mundo en su modalidad— era el gran sueño del Team Caro Wagner, pero Luis David era menor de edad y aún no podía participar. Luego conocieron al director del IRONMAN Europa, le contaron de su sueño, y el expresó su apoyo al equipo, así que recibieron una invitación para participar el próximo 29 de agosto de este año.
El Grupo IRONMAN es el máximo organizador de eventos deportivos de participación masiva en el mundo, y cada año participan más de un millón de atletas en deportes de resistencia como triatlones y carreras ciclistas y multideportivas, según informa en su página.
Cuando nació, Luis David era un niño saludable, sin embargo, a los 6 meses sufrió dos eventos cardiorrespiratorios que derivaron en parálisis cerebral. Sus funciones cognitivas funcionan perfectamente, pero su cuerpo no responde al mismo ritmo, por lo que depende de una silla de ruedas para trasladarse.
Aunque para la familia fue difícil entender el reto de educar a Luis David, después se dieron cuenta de que era «único», y solo eso era lo importante. Caro descubrió que él y su hijo tenía un vínculo desde que era solo un bebé, algo que definitivamente se nota cuando corren juntos.
«Yo me lo ponía encima [del pecho] para poder dormir medio tranquilo porque yo sentía su respiración», dijo Caro en entrevista al medio local Los Informantes. «Después de 15 años, si David tiene gripa o está medio enfermito, David se acuesta al lado mío, pone su cabeza y se le quita la tos, se le quita lo que tenga […] de ahí comenzó un vínculo muy fuerte».
Cuando un tío de Luis David le habló del Team Hoyt —un equipo en el que un padre corría maratones empujando la silla de ruedas de su hijo—, el joven le propuso a su padre que hicieran lo mismo, de acuerdo a El Tiempo.
Aunque Caro es hijo de un exciclista profesional, el deporte nunca estuvo entre sus prioridades, Para Caro, que tenía 40 años, sería un reto aprender a nadar, entrenar para poder resistir millas pedaleando y, además, llevar a su hijo en silla de ruedas.
Sin embargo, aunque no era fácil, Caro aceptó el reto y en 2016, cuando Luis David tenía 14 años, realizaron su primer medio maratón en Bogotá y se creó de manera oficial el Team Caro Wagner.
«La emoción de la llegada, la medalla y todo eso [pero] cuando me dijeron ‘vamos para la casa’, yo no podía caminar», confesó Caro al medio Los Informantes.
Video cortesía de Óscar Caro
Pero el Team Caro Wagner ya no paró, y hasta ahora tiene en su currículum deportivo 18 carreras entre maratones y triatlones en Colombia, Estados Unidos y Europa. Para lograrlo, hay todo un equipo detrás, dijo Caro a The Epoch times. Además de Karyn, la madre de Luis David —que ha sido esencial en todo el proceso— los acompaña Stefan Hoffman, un entrenador de origen alemán, y Laura Forero, Médica Deportiva.
El reto, por supuesto, es mucho mayor. Caro tiene que correr, nadar y pedalear una bicicleta llevando los 80 kilos que pesa Luis David y su silla adaptada. Además, en climas fríos, el peso aumenta por la ropa invernal.
Después de convertirse en atleta profesional, terminar una carrera no es el reto principal para Caro, sino transportar todo el equipo adaptado para las competencias, lo que incluso ha hecho que desistan de asistir a algunos eventos, informó Caro al medio El Espectador».
«Llevamos la silla de ruedas para correr, que mide casi dos metros, también una bicicleta y el bote. En los aeropuertos, especialmente en Colombia, hay mucha insensibilidad […] Cuando competimos y acaba el triatlón, todo mundo se va a descansar; pero a mí me toca desarmar el bote con mi esposa, empacar las cosas y desarmar la silla de ruedas. El triatlón no termina para nosotros», dijo Caro.
Cuando está entrenando, Caro se levanta a las 03:30 de la madrugada para entrenar hasta las 06:00 de la mañana. Después, lleva a Luis David al colegio y retoma los ejercicios al mediodía. Por la noche, luego de llevarlo a su cama, retoma la última parte del entrenamiento.
A pesar de su discapacidad, Luis David tiene una vida como cualquier joven de su edad; habla inglés, alemán y además toca piano y violonchelo en la orquesta sinfónica de su colegio. Se destaca en matemáticas y física, y en arte dibuja en acuarela y con carboncillo. Además, tiene su propio canal de YouTube, donde comparte su gusto por el violonchelo.
La vida de la familia de Luis David cambió drásticamente cuando él y su padre se propusieron participar en maratones y triatlones. Cuando no está entrenando o participando en una competencia, Caro administran junto a su esposa la Fundación Luis David Caro Wagner para niños con parálisis cerebral. Y debido a que los costos para viajar son muy altos, la familia creó una campaña en gofundme para recaudar fondos y lograr la próxima meta en el triatlón IRONMAN de Alemania.
Para dar a conocer su historia, los Caro escribieron un libro llamado Los increíbles. El siguiente fragmento, compartido a The Epoch Times, expresa lo especial del Team Caro Wagner y el gran viaje que está realizando en familia.
«Quieres que sea normal. Tratas de que sea normal. Te empeñas en que sea normal. Lo llevas a terapias físicas, a terapias ocupacionales, a terapias de lenguaje, a terapias neurológicas […] Y llega el día en que descubres que no es normal. Todo lo contrario: es diferente, es único, es extraordinario. Y doy gracias por que sea un ser especial. De no ser así, no estaría contando esta historia. No sería quien soy».
Una historia extraordinaria, que le mostró a toda una familia la superación de las limitaciones físicas y mentales. ¡Éxito para este equipo latino en el triatlón IRONMAN de Alemania!
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