El 18 de noviembre de 2016, el subcomandante de los Marshals de Estados Unidos Patrick T. Carothers, de 53 años, fue asesinado mientras cumplía una orden de arresto contra un fugitivo en una zona rural del sureste de Georgia.
Dontrell Montese Carter, de 25 años, acusado por intento de asesinato, violencia doméstica y descarga ilegal de un arma, abrió fuego cuando Carothers y su equipo entraron en la casa móvil donde Carter se escondía. Carothers y otros policías devolvieron el fuego, disparando a Carter en varias ocasiones. Tanto Carter como Carothers fueron declarados muertos en los hospitales locales.
Cuando leemos sobre este tipo de tiroteos contra nuestros policías y otros agentes de primera respuesta, puede que movamos la cabeza con tristeza o consternación, pero a menos que conozcamos personalmente a las víctimas, seguimos adelante. No es más que otro parpadeo en el aluvión de noticias que aparecen a diario en nuestros televisores y pantallas del computador. Rara vez nos detenemos a pensar en el dolor y la agonía de los familiares y amigos de estos héroes caídos. Además, rara vez nos preguntamos qué tipo de legado han dejado tras su muerte.
Por esta vez, vamos a detenernos un momento para recordar a una de estas personas.
Su esposa y sus hijos
El subcomandante Pat Carothers era un amado esposo y padre de cinco hijos: cuatro hombres y una mujer. Sus tres hijos mayores se graduaron en la Academia Naval de los Estados Unidos y actualmente están en servicio activo prestando servicio a su país. Su cuarto hijo, una joven, está matriculada en la Academia, mientras que su hijo menor, de séptimo grado, sigue viviendo en casa.
El mérito de estos logros corresponde también, por supuesto, a la esposa de Pat, Terry. Como madre, se ha interesado mucho por los estudios y las actividades extraescolares de sus hijos, buscando buenas escuelas y animándolos a alcanzar la excelencia.
Rindiendo un homenaje
Recientemente, Terry y yo hablamos por teléfono, y me enteré de un evento que ella lideró. Para conmemorar la vida de su esposo y rendir homenaje a todos los socorristas y veteranos, Terry organizó un almuerzo en Page Country, Virginia, donde había crecido.
Con la ayuda de familiares y amigos, y «del Señor», dijo, Terry se puso a trabajar. Reservó una sala en el recinto ferial del condado de Page. Contactó a propietarios de organizaciones como Mission BBQ, Luray Caverns y Holtzman Corporation, una empresa de petróleo y propano con sede en Virginia, empresas que aportaron dinero y comida para el almuerzo de barbacoa. Invitó a los policías locales, a los miembros de los Veteranos de las Guerras Extranjeras, a los bomberos, a los funcionarios escolares y a otras personas a asistir a este evento, concebido para hacer un reconocimiento a todos aquellos cuyo servicio público garantiza la protección y la defensa de los ciudadanos estadounidenses.
Este saludo a los equipos de primera respuesta y a los militares se realizó el 23 de agosto, el cumpleaños de Pat. Durante este almuerzo, Terry entonó un himno, leyó los Salmos 91 y 94, y habló del profundo compromiso de Pat con su trabajo y su familia.
La Feria del Condado de Page estaba en progreso esa semana, y las festividades de esa noche incluyeron una «Noche de Honor» con el cantante Bobby Osborne en concierto «para rendir un homenaje a nuestro Señor, a las Fuerzas del Orden y a los Militares», y el programa anunciaba que este evento había sido posible gracias a la Familia Carothers en homenaje a Pat. Los niños en edad escolar, las personas mayores, el personal militar, incluidos los veteranos, y los equipos de respuesta inmediata podían acceder de forma gratuita. Terry cantó «Blessed Assurance» y habló de su proceso espiritual. Su hijo mayor, que está prestando servicio en Norfolk, también se dirigió a la multitud, y habló de lo duro que fue para él recorrer su camino de fe tras la muerte de su padre y cómo ha perseverado.
En este acto también se rindió homenaje a Nick Winum, del Departamento de Policía de Stanley, Virginia, que murió en acto de servicio el 26 de febrero. El policía Winum era el esposo de Kara y el padre de cuatro hijos. También dejó un nieto.
Héroes
Mientras conversaba con Terry, surgió el tema del 11-S cuando mencionó que la Fundación Tunnel to Towers le había ayudado a pagar la hipoteca de su casa. Esta organización sin ánimo de lucro se fundó en honor a Stephen Siller, un bombero y también padre de cinco hijos que perdió la vida intentando salvar a otros en el World Trade Center. Siller iba de camino a jugar al golf con sus hermanos cuando se enteró de lo ocurrido. Fue a su comisaría a recoger su equipo, intentó atravesar el túnel de Brooklyn Battery, lo encontró cerrado por motivos de seguridad, se ató 60 libras de equipo y corrió por el túnel hasta las torres que se derrumbaban, donde finalmente murió.
El 11 de septiembre de 2021, en el 20º aniversario de aquel atentado, muchos estadounidenses se tomaron un tiempo para recordar a los que, como Stephen Siller, murieron en las Torres Gemelas, en el Pentágono y en el vuelo 93 de United. También pensamos en los que sacrificaron sus vidas tratando de rescatar a otros, incluidos 71 policías, y resaltamos su heroísmo en ceremonias públicas y en nuestros corazones.
Hoy es diferente. Desde hace más de un año, hemos escuchado las demandas para «Desfinanciar a la Policía» y hemos visto cómo algunas de nuestras ciudades fueron destrozadas por disturbios e incendios. Como resultado, también hemos visto a los policías de muchas de esas mismas ciudades renunciando en masa, cansados de la mala gestión de sus alcaldes y funcionarios municipales, y disgustados por el desprecio y el odio que les profesan algunos ciudadanos.
Quizá sea hora de replantear esas ideas radicales.
El poder de la fe
Hablar con Terry Carothers y leer sobre su esposo y la celebración que realizó para rendir un homenaje a su vida me recordó de nuevo las ideas básicas que son los cimientos de nuestra nación: la libertad y la responsabilidad, la ley y el orden, y la fe.
Este último punto es de vital importancia para Terry. Una y otra vez en nuestra conversación, habló de la mano de Dios en nuestras vidas. En el funeral de Pat, Terry perdonó a su asesino, pero también expresó su preocupación por las consecuencias de la falta de fe religiosa en algunos de nuestros jóvenes. En una feria del condado anterior, había hecho un homenaje a su esposo distribuyendo Biblias para niños. «Los niños de nuestra nación necesitan al Señor», me dijo.
Una vibrante mujer de fe cuyas palabras y actos están cambiando vidas, y cinco maravillosos hijos: Este es el legado de la oficial Pat Carothers.
Descanse en paz, señor.
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