Es práctico y razonable que los padres enseñen a sus hijos a llamar al 911 para situaciones de emergencia. Pero lo que podría ser una situación de emergencia para un niño no necesariamente se considera una emergencia para los que respondieron al 911.
Aaliyah Garett, una niña de 2 años de Greenville, Carolina del Sur, hizo exactamente lo que su madre le ordenó hacer: «Siempre le he enseñado a llamar al [911] cuando necesita ayuda». Y añadió riendo, «pero no sabía que lo llevaría tan lejos».
La niña llamó a la policía, pero no dijo nada.
Siguiendo el protocolo policial, enviaron a la diputada Martha Lohnes para que comprobara la situación, y esta fue la escena a la que llegó a la casa: «Viene corriendo y dice: ‘¡Hola!’ y tiene un pantalón en la pierna y el otro afuera, como agarrándose de ellos y saludándome'».
Sí, así es, la niña tenía una emergencia de moda. Martha se ofreció gustosamente a prestar ayuda. «Así que la ayudé a ponerse los pantalones y me pidió que la ayudara a ponerse los zapatos. Y luego se levantó y me saltó en los brazos y no me dejó ir».
El oficial de policía respondió con deleite por la niña. Más tarde compartió en la página de Facebook de la Oficina del Sherriff del Condado de Greenville que fue la mejor parte de su turno ese día. En una entrevista, recordó haber llamado a la policía cuando era niña solo porque le caían muy bien y quería verlos aparecer en su casa.
La adorable llamada de la niña hizo que ganara una amiga de por vida y un vínculo especial con la oficial Martha Lohnes.
¡Mira el vídeo de abajo y vea todo el desastre del llamado de emergencia. Asegúrate de compartirlo para que otros también se rían!
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