La relación entre la mente y el cerebro es un misterio clave para entender nuestra propia existencia como seres conscientes. Algunos dicen que la mente es estrictamente una función del cerebro y la conciencia es el producto de la acción de las neuronas. Pero algunos se esfuerzan por comprender científicamente la existencia de la mente independientemente del cerebro o, al menos en algún grado, separado de ella.
La revista científica NeuroQuantology reúne a la neurociencia y a la física cuántica, interfaz que algunos científicos han utilizado para explorar la relación fundamental entre la mente y el cerebro.
Un artículo publicado en la edición de septiembre de 2017 de NeuroQuantology, revisa y amplía las teorías actuales de la conciencia que surgen de este encuentro de la neurociencia y la física cuántica.
El Dr. Dirk K. F. Meijer, profesor de la Universidad de Groningen, en Holanda, plantea la hipótesis de que la conciencia reside en un campo que rodea al cerebro. Este campo está en otra dimensión. Comparte información con el cerebro a través del entrelazamiento cuántico, entre otros métodos. Y tiene ciertas similitudes con un agujero negro.
Este campo puede captar información del campo magnético de la Tierra, de la energía oscura y de otras fuentes. Luego «transmite ondas de información al tejido cerebral, que… es fundamental para el procesamiento a muy alta velocidad de la información consciente y subconsciente», escribió Dirk.
En otras palabras, “la mente» es un campo que existe alrededor del cerebro, recoge información externa a este y la comunica en un proceso extremadamente rápido.
El científico describe este campo alternadamente como «un campo estructurado holográfico», un «espacio de trabajo mental receptivo», un «dominio meta-cognitivo» y el «espacio de memoria global del individuo».
Las funciones extremadamente rápidas del cerebro sugieren que procesa la información a través de un mecanismo aún no revelado
Hay un misterio no resuelto en la neurociencia, llamado «problema vinculante». Diferentes partes del cerebro son responsables de cosas diferentes: algunas partes trabajan en el procesamiento del color, algunas en el procesamiento del sonido, etcétera. Pero de alguna manera, todo se une como una percepción unificada, o conciencia.
La información se reúne e interactúa en el cerebro más rápidamente de lo que puede ser explicado por nuestra comprensión actual de las transmisiones neurales en el cerebro. Por lo tanto, parece que la mente es más que solo neuronas interactuando en el cerebro.
Los neurocientíficos siguen buscando el mecanismo que activa la «vinculación» de partes dispares del procesamiento de información del cerebro. Meijer ha recurrido a entrelazamientos y tunelización cuánticos para avanzar hacia la respuesta.
El entrelazamiento cuántico es un fenómeno en el que las partículas parecen estar conectadas aún a grandes distancias. Cuando se realizan acciones en una de las partículas, los cambios correspondientes se observan simultáneamente en las otras.
El túnel cuántico es un fenómeno en el cual una partícula atraviesa una barrera que según la física clásica no debería ser capaz de atravesar.
Estos fenómenos cuánticos permiten procesos tan rápidos, que no pueden ser explicados con la física clásica. Pero los procesos mentales subconscientes ultra-rápidos pueden ayudar a explicarlos.
Los principios de la física cuántica pueden explicar cómo la mente procesa la información
Si «la mente» o el campo mental interactúa con el cerebro de esta manera, sería un paso hacia la explicación de la rapidez de los procesos mentales.
Meijer también recurre a la naturaleza de onda y partícula de la materia desde la física cuántica para explicar la relación entre el campo mental y el cerebro. Según este principio, los electrones y los fotones existen en forma de ondas, pero también pueden comportarse como partículas. En cierto modo, son ondas y partículas.
De manera similar, para Meijer el campo mental es a la vez inmaterial y, al mismo tiempo, físicamente parte del cerebro: «El espacio de trabajo mental propuesto se considera no material, pero en relación con el cerebro individual, acoge una relación no dual onda/partícula según los principios físicos cuánticos: es directamente dependiente de la fisiología del cerebro pero no es reducible a ella».
Según Meijer la mente y el cerebro están conectados. Están unificados, pero a la vez están separados. Esta aparente paradoja es característica de la física cuántica.
La mente podría residir en otra dimensión espacial
Meijer plantea la hipótesis de que el campo mental está en otra dimensión: «Que no podamos percibir directamente este aspecto de la información se atribuye tradicionalmente a una cuarta dimensión espacial oculta… que no podemos observar en nuestro mundo tridimensional, aunque puede derivarse matemáticamente».
Y aclara que esta cuarta dimensión espacial no es el tiempo (el tiempo se considera comúnmente como la «cuarta dimensión»). Es un concepto de espacio-tiempo que incluye cuatro dimensiones espaciales además del tiempo (una «estructura 4 + 1 espacio-tiempo»).
Cita estudios que han sugerido que este concepto de dimensiones podría conciliar los encuentros fallidos entre la física tradicional y la física cuántica que ahora afectan a los científicos.
La mente existiría en esa cuarta dimensión espacial.
La mente podría ser como un agujero negro
Meijer prevé una especie de pantalla o frontera entre el mundo exterior y el campo mental individual. Y compara este límite con el horizonte de eventos de un agujero negro.
«Se supone que la información que entra en un agujero negro desde el exterior no se pierde… más bien está siendo proyectada en su pantalla exterior, llamada el ‘horizonte de eventos'», escribió Meijer.
«La conciencia es una condición límite entre una singularidad (agujero negro) y el espacio dentro del cerebro». El horizonte de sucesos separa «un modelo mental de la realidad para uso interno en cada individuo» de todo lo que existe fuera de él. Sin embargo, está conectado a una «matriz de información universal«.
Meijer describió por correo electrónico cómo este «límite holográfico dinámico», recopila información desde el interior del cerebro, así como de los «campos de información en los que nuestro cerebro está permanentemente incrustado». Y dijo: «De esta manera, está implícitamente conectado a una matrix de información universal«.
La estructura del campo mental hipotético podría tener la forma de un Torus
La forma geométrica conocida como Torus es muy adecuada para la naturaleza y funciones que Meijer atribuye al campo mental.
El Torus es descrito por el diccionario de Merriam Webster, como «una superficie en forma de rosca generada por un círculo girado alrededor de un eje en su plano que no cruza el círculo».
Meijer presenta varias razones dentro de las teorías de la física para elegir esta forma para su campo mental hipotético. Una está relacionada con una teoría de cómo oscila la actividad eléctrica en el cerebro.
Estos ritmos han sido comparados con las características microscópicas del universo, como las descritas por String Theory. Meijer los describió como «movimientos toroide multidimensionales«.
La estructura del Torus se encuentra en la física desde la microescala hasta la macro escala extrema de los agujeros negros y en el universo en su conjunto, explicó Meijer. Podría ser instrumental en la integración dinámica de la información en la mente y el cerebro.
Meijer discute las implicaciones más amplias para la filosofía de las relaciones mente-materia
Meijer escribió: «Nuestro artículo puede contribuir directamente a una respuesta sobre la famosa cuestión de [los científicos cognitivos y el filósofo David] Chalmers…: ¿cómo puede algo inmaterial como la experiencia subjetiva y la auto-conciencia surgir de un cerebro material?
La capacidad del campo mental para recoger información de otros campos, tal como fue concebida por Meijer, también podría explicar algunos fenómenos anómalos como la percepción extrasensorial, señaló.
En su opinión, «la Conciencia puede ser considerada como el elemento básico de la naturaleza y, por lo tanto, está presente en todos los niveles del tejido de la realidad».
Desde que la física cuántica surgió, los científicos han estado explorando su capacidad para explicar la conciencia. El trabajo de Meijer encaja dentro de esa vía de exploración.
Otra teoría llamada «reducción objetiva orquestada» u «Orch-OR», fue desarrollada por el físico Sir Roger Penrose y el anestesista Dr. Stuart Hameroff. En su página web, Hameroff describe la teoría: «[…] sugiere que la conciencia surge de las vibraciones cuánticas en los polímeros de proteínas llamados microtúbulos dentro de las neuronas del cerebro».
Como Meijer, Penrose y Hameroff han dicho: «hay una conexión entre los procesos biomoleculares del cerebro y la estructura básica del universo«.
También han pedido un cambio importante en cómo los científicos ven la conciencia.
Hameroff dijo en una entrevista al blog Singularity: «La mayoría de los científicos no pueden explicar la conciencia en el cerebro, por lo que no pueden decir que la conciencia fuera del cerebro sea imposible«.
Estrella Matusalem, la mas antigua del universo
¿Te gusto este artículo?
Entonces, te pedimos un pequeño favor. Compártelo en tus redes sociales, apoya el periodismo independiente y contribuye a que tus amigos se enteren de las noticias, información e historias más interesantes. Tardarás menos de un minuto. ¡Muchas gracias!
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.