Esta es la historia de una perrita que vivía sola junto al mar en Atenas, Grecia. Su vida no era nada fácil hasta que la rescataron, pero pudo disfrutar sus últimos días en un hogar que le dio amor y cuidados.
Bianca, como la llamaban, era una pastora blanca suiza y muy probablemente, una cachorra nacida en un criadero.
Vivía en un bar de playa, pero se quedó sola cuando el bar cerró.
Desde entonces, vagaba por el bar y dormía en una casa para perros hecha de madera y cartón, construida por gente del barrio.
A Bianca le gustaba sentarse en la entrada de la piscina pública, viendo pasar a la gente.
Fue alimentada por los amigables residentes, pero nunca nadie le ofreció un hogar.
Durante siete años, Bianca no perteneció a nadie.
Además, como tenía dificultades para moverse, no tener a nadie que cuide de ella era un problema para la solitaria perrita.
Un día comenzó a cojear y más tarde quedó paralizada de las patas traseras. Ese era el estado en el que se encontraba cuando las organizaciones de rescate de perros, The Orphan Pet y SPAZ, la encontraron.
Cuando Valia Orfanidou, de TheOrphanPet, conoció a Bianca, ella arrastraba la parte trasera de su cuerpo, que estaba empapada de orina, heces y sangre. Además olía muy mal.
«Ella era sobrealimentada lo que hace que su condición empeore, es uno de los mayores problemas cuando muchas personas se ocupan de los animales callejeros», escribió Orfanidou en TheOrphanPet.
«Al arrastrarse sus rodillas sangraban y sus heridas permanecían sucias. Ella tiene un dolor constante necesita alimentación adecuada, entrenamiento para usar rueditas y tener un cuidado diario. Bianca necesita estar en un hogar», declaró la organización.
La dulce perra confió en sus rescatadores y les permitió llevarla al veterinario, donde le diagnosticaron una afección llamada mielopatía degenerativa, una enfermedad incurable y progresiva de la médula espinal en perros mayores.
Sus rescatadores le dieron a Bianca un baño muy necesario. Se veía feliz cuando el agua tibia corría por su cuerpo, arrastrando toda la suciedad y el mal olor.
Muy pronto, su precioso abrigo de piel blanco se hizo cada vez más evidente, acentuando su aspecto. Bianca se veía hermosa después de bañarse.
Cada vez estaba mejor, le encontraron un hogar y una nueva dueña, llamada Linda.
En un hermoso día, la cepillada Bianca se sentó en el coche de Valia, lista para ser llevada a su nuevo hogar.
Bianca disfrutó del viaje y sintió como si todo el mundo estuviera celebrando su nueva vida.
Cuando llegó a su nuevo hogar, caminó por el jardín en su silla de ruedas. Linda le rascó las orejas, algo que los perros con parálisis no pueden hacer.
Bianca se quedó en su casa durmiendo y observando todo lo que sucedía a su alrededor con lo que parecía ser una «sonrisa» en su rostro. También le encantaba pasear por el jardín, oler las flores que florecían durante la primavera.
Lamentablemente, iba a ser su última primavera, porque no le quedaba mucho tiempo en la vida.
La vida de Bianca llegó a su fin un mes después en su nuevo hogar donde falleció de una insuficiencia cardíaca.
Aún así, es bueno saber que Bianca tuvo la oportunidad de vivir felizmente con un humano que le mostró su amor y atención antes que ella respirara por última vez.
Descansa en paz, Bianca.
Mira el video a continuación:
Este pastor alemán rescatado no puede confiar en los humanos, pero gracias a la paciencia y el cuidado de sus rescatistas lo supera
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