Todos tenían ojos llorosos en la subasta celebrada en Red Deer, Alberta, Canadá, durante un fin de semana a principios de septiembre, cuando los participantes fueron testigos de generosos actos de bondad para una familia que se enfrentaba a la tragedia.
El 5 de mayo, el hijo de Ben Keryluke, Brent, de 35 años y su esposa, Nicole Keryluke, de 34, murieron después de que su motocicleta se estrellara contra un camión cerca de Innisfail, en el centro de Alberta. Después del accidente, los hijos de la pareja, Liam, de 3 años y Arielle, de 6, fueron puestos bajo el cuidado de Ben y su esposa, Marilyn.
Liam y Arielle tienen problemas de audición, así que Ben y Marilyn necesitaban dinero para cubrir sus gastos médicos, entre otras cosas. Por lo tanto, para criarlos, los abuelos no tuvieron más remedio que subastar un Pontiac Parisienne de 1973 a Electric Garage Auctions. Brent estuvo arreglando el coche, para pasárselo a sus hijos un día.
En la subasta, increíblemente, la familia Keryluke recibió una fuerte muestra de apoyo de los compradores.
Al principio, el coche clásico se vendió a Rob McWilliam de Red Deer Motors por 29.000 dólares. Pero sorprendentemente, decidió donarlo de nuevo a la familia.
Se vendió en la segunda ronda por 30.000 dólares a Danny Fayad de Edmonton, que también devolvió el coche. Y finalmente, Bob Bevins, dueño de Bulldog Metals en Red Deer, ofreció por el auto por USD 20,000. De nuevo, el auto fue devuelto a los Keryluke.
Los compradores hicieron todo lo posible para ayudar a la familia en duelo y algunas personas también contribuyeron con donaciones individuales.
Al final, los Keryluke recibieron USD 100,000 de la subasta. Lo mejor del día fue cómo la familia condujo el coche de vuelta a casa.
Todos los presentes en la subasta se sintieron conmovidos por el extraordinario momento de generosidad.
«Hubo una ovación de pie y la gente aplaudía y aplaudía y hubo lágrimas, muchos abrazos, fue increíble», dijo Lindsey Payne, copropietaria de EG Auctions a rdnewsNOW.
Al hablar con Global News, Lindsey dijo: «Estaba llorando. A nuestro subastador Rod le costó mucho superarlo porque lloraba. Estaba emocionado».
En cuanto a Ben, quedó impresionado. No podía agradecer lo suficiente, tanta generosidad de esta gente de gran corazón.
«La gente en la subasta fue increíble desde el principio…», dijo Ben. «Lo que pasó fue increíble».
Y el apoyo continuó incluso después de la subasta. Ben ha recibido llamadas de gente amable de todo el centro de Alberta y Canadá.
¡Felicitaciones a la gente generosa que dio a la familia Keryluke auxilio y fuerza! La increíble demostración de compasión y apoyo ciertamente hace una gran diferencia, en ayudar a la familia a superar los tiempos difíciles, emocional y financieramente.
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