Un cosmólogo propuso que el Universo es una creación divina y por su teoría recibió el más prestigioso y polémico premio de ciencia y religión. Sus indagaciones aportan a la reconciliación de la ciencia con la religión y contribuyen al debate entre escépticos y creyentes sobre la creación y el origen del universo.
El físico y astrónomo Michael Kazimierz Heller, reconocido teólogo polaco, estableció con sus estudios sobre física, matemáticas y cosmología, que el universo es una creación divina.
Ante la teoría del Big Bang, que plantea que el universo se originó con una gran explosión, una de las más reconocidas en la actualidad, Heller sostuvo que su origen fue una creación divina.
Aunque en el medio científico se suele asegurar que el universo no tiene nada que ver con lo divino, Heller expone que con el Big Bang los científicos encontraron a Dios, en tanto no han logrado explicar la causa de esta gran explosión originaria.
Los científicos dicen que en su origen el universo era muy cálido, denso y que después se ha ido enfriando al expandirse, lo cual está sucediendo hasta el presente. Pero no logran explicar lo que había antes del origen del universo.
Michael Heller recibió el premio Templeton 2008 que los jueces le otorgaron por su original teoría sobre el origen del universo, que este año recibió Marcelo Gleizer, el físico originario de Brasil.
Sus padres, profundos creyentes, vivieron la opresión alemana y la rusa y fueron enviados a Siberia. Su padre, un ingeniero interesado en las teorías fundamentales, también le inspiró el interés por la ciencia.
Después de ordenarse sacerdote y doctorarse en teología y filosofía, obtuvo un doctorado en física; por su interés en la ciencia y en la religión, Heller fue invitado a participar en las discusiones del grupo interdisciplinar de Karol Wojtyla, cuando era arzobispo de Cracovia, Polonia.
Su trabajo sobre cosmología y las relaciones entre ciencia y teología, lo llevó a proponer la teoría de la creación del universo como obra divina y a recibir el premio Templeton en reconocimiento a sus más de 40 años de estudios y al aporte de conceptos agudos sobre el origen y la causa del universo, mencionó un medio.
Sus aportaciones en física teórica y sus propuestas de modelos matemáticos han sido publicadas en diversas revistas científicas. Los estudios de Heller desde la filosofía o metafísica del universo, «ponen en relación las raíces ontológicas del universo con la ontología de la Divinidad y del acto creador», agrega este medio.
Con su interés en las matemáticas, la física y la cosmología, Heller sigue a Leibniz cuando recuerda que en uno de sus ensayos escribió: «Cuando Dios calcula y piensa las cosas, el mundo está hecho».
«Ya que para Dios planear es lo mismo que implementar el plan, cuando ‘Dios calcula y piensa las cosas’, el mundo es creado», dijo Heller en su discurso de premiación y preguntó: «¿Podemos imitar a Dios en su actividad creadora?».
«Si nos preguntamos acerca de la causa del universo, deberíamos preguntarnos sobre la causa de las leyes matemáticas», planteó agregando que «Haciendo eso, volvemos al gran proyecto de Dios pensando el universo».
Hablando de los intereses que llenan su vida, Heller declaró cuando recibió el premio Templeton: «¿Y qué puede ser más importante que la ciencia y la religión? La ciencia nos da conocimiento y la religión nos da sentido. Ambos son requisitos para una existencia digna».
«La paradoja es que estos dos grandes valores a menudo parecen estar en conflicto. Con frecuencia me preguntan cómo podría reconciliarlos. Cuando un científico o un filósofo hace esa pregunta, siempre me pregunto cómo las personas educadas podrían ser tan ciegas para no ver que la ciencia no hace nada más que explorar la creación de Dios«, agregó.
John M. Templeton Jr, presidente de la fundación que le otorgó el premio, dijo que “La búsqueda de Michael Heller de una comprensión más profunda ha llevado a avances pioneros en conceptos y conocimientos religiosos, así como a ampliar los horizontes de la ciencia», publicó el diario británico Independent.
Karol Musiol, rector de la Universidad Jagiellonian de Cracovia y profesor del Instituto de Física, dijo a su vez: «Ha logrado demostrar que la religión que se aísla de las ideas científicas es poco convincente y que la ciencia que no reconoce otras formas de comprensión es ciega», refirió el mismo diario.
Heller confió en una entrevista a News Scientist que además de la motivación de su padre para interesarse en la ciencia al lado de la religión, también lo alentó vivir bajo un régimen comunista, «porque la propaganda comunista era fuertemente antirreligiosa de una manera brutal. Sus argumentos eran ingenuos pero bastante eficientes».
«A pesar del antiintelectualismo activo del régimen comunista que controlaba Polonia durante la mayor parte de su vida, Heller se estableció como una figura internacional entre cosmólogos y físicos a través de sus prolíficos escritos», reconoce la fundación Templeton.
Heller es autor de «más de 30 libros y casi 400 artículos, sobre temas como la unificación de la relatividad general y la mecánica cuántica, las teorías del multiverso y sus limitaciones, los métodos geométricos en la física relativista, como la geometría no conmutativa, y la filosofía e historia de la ciencia», indica la página del premio.
Añade que el año que se ordenó sacerdote, Heller obtuvo una maestría en teología y en 1960, una maestría en filosofía sobre los aspectos filosóficos de la teoría de la relatividad, un doctorado en filosofía sobre cosmología y un posdoctorado en cosmología relativista.
Y que ha sido profesor del Instituto de astrofísica y geofísica en la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, investigador en las universidades de Oxford y de Leicester en Gran Bretaña y profesor de filosofía de la ciencia en el instituto teológico de Tarnow y filosofía en la Universidad Pontificia de Cracovia, según la misma página.
Desde 1981 es miembro del Observatorio Astronómico del Vaticano y de la Academia Pontificia de las Ciencias, y un referente de que la ciencia y la religión pueden reconciliarse y apoyarse.
«La ciencia nos da conocimiento del mundo, que es algo extremadamente valioso. Pero la religión nos da sentido, significado para nuestra vida, y la ciencia es solo una de las actividades de nuestra vida», dijo Heller en una entrevista, advirtiendo que «sin creer en una inteligencia suprema que creó el universo, la ciencia podría convertirse fácilmente en un juego ciego con la naturaleza», según npr.org.
«Causa y efecto es una de las explicaciones más importantes en las ciencias […] Si preguntas sobre la causa del universo, realmente preguntas ¿cuál es la causa de las leyes físicas? […] Mi respuesta es que, de hecho, el universo necesita una causa, pero esta causa es diferente a cualquier otra causa investigada por la ciencia, porque es la causa de la existencia misma«, declaró Heller a New Scientist.
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