Un grupo de estudiantes del Pine Road Elementary School en Huntingdon, Pennsylvania, estaban muy aturdidos y a punto de entrar en pánico cuando se vieron atrapados en su autobús escolar durante más de cuatro horas a causa de una fuerte tormenta de nieve.
La tormenta había creado la peligrosa situación que resultó en un accidente y el cierre de la carretera, dejando al autobús lleno de niños varados y sin posibilidades de volver a casa. Afuera estaba helando, el tráfico estaba parado completamente y no tenían idea de lo que iba a pasar.
Estar atrapados en un espacio cerrado es bastante difícil para cualquiera, y los niños de la escuela primaria lucharon por mantener la calma. Tenían muy poco con lo que entretenerse, no tenían la seguridad que pronto volverían a casa, y solo tenían al conductor del autobús como referencia familiar y adulta.
Uno de los niños, sin embargo, tuvo la suerte de tener un teléfono celular a mano. Y cuando llamó a su mamá para decirle lo que había pasado, su llamada al director de la escuela inspiró una increíble táctica de distracción por parte del director.
I just FaceTimed with our students that are still stuck on buses. They are warm and in good spirits. I read them some books and assured them that the grown-ups are working hard to get them home safely.
—Dr. Swank pic.twitter.com/3ppc5cL0PF— Pine Road (@LMTSD_PRES) November 15, 2018
El Dr. Brian Swank, director de Pine Road Elementary, llamó al teléfono del niño.
«El alumno de quinto grado dijo: ‘Dr. Swank, todo el mundo está enloqueciendo, especialmente los niños pequeños'», explicó Brian más tarde a través de WPVI.
«Así que decidí cambiar a FaceTime. Tenía la esperanza que una cara familiar tuviera una influencia tranquilizadora en ellos».
Mientras los estudiantes se reunían alrededor de la pantalla del teléfono, él tuvo la idea de empezar a leerles un cuento. Sacando algunos libros apropiados para su edad como «Perteneces Aquí» de M.H. Clark y «Oh! que sorpresa» de Suzanne Bloom, el ambiente se calmó y los chicos se animaron.
Les leyó hasta que alguien pudiera asistirlos y llevarlos a todos a casa a salvo.
No pasó mucho tiempo antes que los niños se distrajeran con los libros, algo de lo que Brian estaba orgulloso de haber hecho. Aunque ahora trabaja en un rol administrativo supervisando la escuela, admitió, después del inesperado día de nieve, que nunca deja de enseñar.
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