En 1944, la enfermera Regina Benson se unió al Cuerpo de Enfermeras del Ejército en Filadelfia cuando tenía 24 años. Ahora la enfermera veterana del ejército de McLean, Virginia, tiene 100 años.
Benson aclama a Estados Unidos como «el mejor país del mundo». Ella insta a los jóvenes estadounidenses de hoy a amar su país y recordar los sacrificios que los miembros del servicio militar han hecho por el bien de la libertad estadounidense.
«Permanezcan fieles a su país», dijo al Departamento de Defensa de EE. UU. (DOD). «Podemos perseguir nuestros sueños y esperanzas».
Después de unirse al Cuerpo de Enfermeras del Ejército, Benson, junto con sus tres compañeras de la escuela de enfermería, fueron desplegadas en el extranjero para servir en la Segunda Guerra Mundial. Benson fue asignada a estaciones en Japón, Hawai y Okinawa, sirviendo un año y siete meses antes de regresar a Estados Unidos para casarse con su prometido.
«Ella no tenía miedo», dijo la hija de Benson, Phyllis, al Departamento de Defensa.
La valentía corría por las venas de su familia; los cuatro hermanos de Benson también sirvieron en las Fuerzas Armadas. El esposo de la segunda teniente también era miembro del ejército.
Mientras estaba estacionada en Hawai, Benson conoció al teniente primero del ejército William Benson, un oficial de suministros y comandante de compañía que más tarde alcanzó el rango de teniente coronel y la pareja se enamoró. Sin embargo, el romance fue un breve respiro.
Hablando con el Departamento de Defensa, Benson compartió algunas de sus historias de guerra más inquietantes del despliegue en el extranjero. En una anécdota, Benson recordó una fuerte tormenta que azotó mientras ella y sus camaradas navegaban a través del Pacífico.
«El capitán decidió que nos hundiríamos con el barco», dijo, «y por supuesto, todos se arrodillaron y rezaron y prometieron a Dios muchas cosas».
«Entonces, de repente, el barco se calmó», continuó Benson, «y pasamos por el ojo de la tormenta y todo el mundo volvió a lo que estaba haciendo».
Benson trabajó en las salas y quirófanos de los hospitales del ejército del Pacífico, registrando 12 horas cada vez. Soportando angustiosas vistas e inconmensurables pérdidas, Benson dijo que su papel más importante era «dar consuelo a las tropas que estaban muriendo» y poder decir a las madres de los jóvenes soldados que sus hijos no murieron solos.
La dedicada enfermera sirvió en el frente hasta el final; los japoneses se rindieron el 15 de agosto de 1945.
«Estaba encantada, pero los japoneses [las tropas] en las colinas no sabían que la Segunda Guerra Mundial había terminado», dijo, «y bajaron [de las colinas] disparándonos».
Sin embargo, después de firmar un acuerdo de rendición oficial el 2 de septiembre, los japoneses ofrecieron su hospitalidad a los estadounidenses visitantes. Las tropas estadounidenses respondieron compartiendo sus raciones.
«Cenamos con ellos», dijo Benson, «hablamos con ellos, y nos quedamos en algunos de los hogares japoneses».
Al regresar a su hogar en Estados Unidos en abril de 1946, Benson se casó con William y adoptó una vida familiar junto con un nuevo rol como enfermera quirúrgica civil.
El 31 de agosto de 2020, los oficiales del ejército de EE. UU. honraron a la enfermera veterana del ejército en Facebook con un motivo mensaje por su cumpleaños número 100.
En una foto posteada de su visita al Pentágono, el general del ejército Mark A. Milley le entrega a Benson la medalla al logro del servicio conjunto en reconocimiento a su contribución al esfuerzo bélico.
Miles de personas elogiaron el reconocimiento a Benson en las redes sociales con mensajes de agradecimiento y felicitación.
«¡La generación más grande! ¡Hacer lo que se tenía que hacer! ¡Sin hacer preguntas!», escribió un internauta. «¡Dios la bendiga!».
«Gracias Sra. Regina Benson por su servicio y sus sacrificios», escribió otro usuario de las redes sociales. «Usted y otras enfermeras que han servido en el país son inspiraciones y grandes heroínas de esta nación. Felicitaciones a todos los veteranos».
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