No hay problema que una bandeja de lasaña no pueda resolver.
Aunque esa afirmación no es realmente cierta, Rhiannon Menn cree que al menos puede ayudar.
«La lasaña es la comida reconfortante por excelencia», dijo a The Epoch Times. «Comunica calidez y amor».
Al comienzo de los cierres en marzo de 2020, Menn era una madre de San Diego que quería hacer algo amable para apoyar a las familias de su barrio que estaban lidiando con los problemas relacionados con la pandemia.
A través de una publicación en redes sociales, se ofreció a entregar una cacerola caliente de lasaña a la puerta de cualquiera que estuviera interesado en una.
«En esos primeros días, no solo quería entregar una comida; quería entregar esa sensación de calidez, amor y amabilidad que decía: ‘Estamos aquí para los demás. Estoy aquí para ti. Vamos a superar esto juntos’. Y creo que la lasaña lo consigue», dijo.
La primera entrega
Después de que Menn publicara su oferta en internet, siete familias respondieron.
Una de ellas era una mujer que cuidaba de su madre, su hermana y un bebé de 6 meses. Sus ingresos se habían interrumpido debido al cierre y su nevera se había estropeado.
«Llevaban dos semanas comiendo fideos ramen», dijo Menn. «Eso me rompió el corazón».
Cuando Menn se dirigió a la residencia, vio el refrigerador desechado en el frente.
«Rompí a llorar», dijo.
Entonces supo que tenía que seguir donando ollas de lasaña mientras pudiera.
Menn entregó más lasaña y comida para bebés a esa familia varias veces más.
Crecimiento exponencial
En marzo y abril de 2020, Menn hizo las primeras siete entregas por su cuenta.
«Para mayo, tenía 10 voluntarios en San Diego y ni siquiera estaba buscando voluntarios. No buscaba crecer», dijo.
En septiembre, Menn contaba con 500 voluntarios. Llamó a la organización benéfica Lasagna Love.
A finales de septiembre, Menn apareció en el programa «Today».
«Pasamos de 500 a 5000 voluntarios en un mes», dijo.
Ese programa fue la introducción de Kelly Andolina a Lasagna Love.
«Inmediatamente fui a inscribirme para ser voluntaria», dijo a The Epoch Times. Andolina es ahora su directora regional de Nueva York y Pensilvania.
Lasagna Love se convirtió en una organización benéfica oficial con estatus 501(c)(3) en noviembre de 2020.
Ha entregado más de 250,000 bandejas de lasaña, hechas por más de 35,000 voluntarios (llamados «chefs de lasaña») en los 50 estados más Canadá, Australia y el Reino Unido. Cada semana reparte más de 3500 bandejas de lasaña.
No solo para las familias
Además de repartir a las familias necesitadas, Lasagna Love también proporciona comida a los bomberos, los policías y las enfermeras de los hospitales.
En una noche, Andolina supervisó la entrega de un asombroso número de bandejas de lasaña a tres hospitales del norte del estado de Nueva York para alimentar a un total de unas 300 enfermeras. Esto incluía ensalada y postre.
Los voluntarios también han proporcionado comidas a los socorristas y a las víctimas de catástrofes naturales, como los incendios forestales de California.
Toda una vida cocinando
Cuando Estados Unidos experimentó una gran afluencia de inmigrantes europeos a finales del siglo XIX y principios del XX, las matriarcas de esas familias cocinaban comidas tradicionales del país del que procedían. Los hijos de estos inmigrantes aprendieron a cocinar las mismas comidas. Esencialmente, las familias italianas cocinaban comidas italianas, las familias húngaras cocinaban comidas húngaras, y así sucesivamente.
Los tiempos han cambiado. Los jóvenes que aprenden a cocinar en el Estados Unidos moderno aprenden a cocinar platos de otras etnias además de la suya propia.
La lasaña es un plato italiano. Menn es de origen ucraniano.
«Hacemos borscht y perogies», dice.
«Llevo cocinando desde que era lo suficientemente pequeña como para hacer brownies en el microondas».
Menn aprendió a cocinar desde la escuela primaria hasta el instituto, y a los 16 años tenía una empresa de catering.
Así que no se limita a la sopa de remolacha y los perogies. Hace platos de una gran variedad de regiones, y eso incluye la lasaña.
Pagando por ello
Menn descubrió que un gran porcentaje de los receptores están tan conmovidos por el gesto que «lo devuelven», a menudo inmediatamente.
En enero, un receptor dijo que estaba tan conmovido e impactado por la donación que se dio la vuelta y pagó la factura de la calefacción de su vecino de arriba.
En otro caso, una mujer recibió una olla de lasaña y al día siguiente se enteró de que una familia local lo había perdido todo en un incendio. Ella tenía tres almacenes llenos de muebles. Lo donó todo a la familia.
«El mundo necesita más bondad», dijo Andolina. «Y creo que esta organización brilla por su bondad. Es increíble».
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