Un vendedor de brochetas fue testigo de un gran gesto de empatía y bondad. Tras quedarse sin productos, su «competidor» lo ayudó dándole 30 brochetas para poder atender a todos sus clientes.
Augusto Luiz da Silva, es un brasileño de 30 años de edad, que tiene un puesto de brochetas en la calle Valério de Almeida, frente al campo de fútbol en Vila Nogueira, en la ciudad de Campo Grande. Sin embargo, el pasado viernes 4 de febrero, el vendedor presenció un gran gesto de empatía por parte de un vendedor de la “competencia”.
Mientras la venta de ese día transcurría muy bien, repentinamente unos 10 clientes llegaron a cenar con Da Silva. Sin embargo, las brochetas se habían terminado y no tenía suficientes productos para atenderlos a todos. En ese momento, Vilson, el dueño de un negocio de brochetas ubicado a unas cuadras, pasaba por ahí.
Para no decepcionar a sus clientes, decidió preguntar si le podía vender 10 brochetas para terminar su servicio y luego cerrar su negocio.
Sin embargo, para la sorpresa de Da Silva, su “competidor” fue mucho más amable y empático de lo que hubiera imaginado.
“Vilson pasó por delante de mí y aproveché para preguntar si podía conseguirme solo 10 brochetas para servir a las mesas, que aún no se habían servido. Bien podía decir que no, porque como estamos cerca algunos clientes se irían a su negocio, pero por el contrario me dio 30 brochetas y dijo que no me mandaba más porque estaba con muchos pedidos”, relató Da Silva en una publicación de FB.
El gran gesto de su compañero lo impulsó a “devolverle” el gesto y al día siguiente publicó la historia en una página de FB local, llamada “A donde ir en Campo Grande”.
“Y no me cobró en su momento me dijo que podía pagarle más tarde”, recordó en un mensaje a The Epoch Times.
“Y le agradecí y publiqué en forma de reconocimiento lo que hizo en la página”, agregó.
“Solo tengo que dar las gracias a este compañero, para que Dios traiga salud, éxito y paz a su vida y a su familia, y que esta actitud sirva de ejemplo, porque para que tú tengas éxito no hace falta que tu vecino fracase”, escribió en su publicación, agregando la dirección y ubicación de las Brochetas de Vilson.
Explicó que era una forma en que “las personas pudieran conocer su establecimiento, que es muy bueno aquí en el barrio», relató Da Silva.
Además añadió que «la vida no es fácil”, por lo que poder “ver que todavía hay gente buena en este mundo”, fue algo sensacional para él, dijo a Campo Grande News.
Por su lado, Vilson, dueño del negocio ubicado en la calle Águas da Prata, 13 en Vila Nogueira, relató que si tuviera que hacerlo de nuevo no lo dudaría para nada.
«Aquí uno ayuda al otro. La competencia no existe. Todos necesitan ganarse el pan de cada día y asegurar el sustento de la familia”, explicó al mismo medio local.
Vilson explicó como ejemplo que su “vecino de abajo también vende almuerzos para llevar” y que en diversas ocasiones lo ha ayudado cuando se le terminan los envases.
“Así que la lección es ayudar siempre, porque un día nosotros también podemos necesitar ayuda, nunca se sabe», señaló.
“Muchos ven al competidor como el enemigo, piensan que para tener éxito el siguiente tiene que fracasar. Pero hay gente como Vilson en el mundo que todavía nos da esperanza”, dijo Da Silva a The Epoch Times.
Dos grandes vendedores que mostraron que uno puede llegar más lejos si se ayuda al de al lado, pues la verdadera abundancia suele venir después de grandes acciones como estas.
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