La llaman la «Mamá Bennett».
Destiny Bennett, una mujer casada de 29 años y madre de tres niños de 8, 5 y 3 años, ha pasado toda su vida rodeada de niños.
Después de crecer en una guardería casera dirigida por su madre durante 18 años, pasó a trabajar como profesora de programas extraescolares y a estudiar desarrollo infantil en la universidad. Después de casarse, cambió sus actividades universitarias por la vida de mamá a tiempo completo. Desde entonces, estudia por su cuenta sobre desarrollo infantil y psicología de la infancia.
Bennett explicó a The Epoch Times que en su familia se educa en casa y se trabaja desde el hogar, lo que les da mucho tiempo para compartir y estar en sintonía con los demás. Dentro de su familia, que es «muy unida», Bennett valora la comunicación como una parte material y significativa de las interacciones.
«Me gustaría pensar que soy esa madre con la que mis hijos crecerán y se sentirán cómodos hablando conmigo sobre todo», dijo.
Recientemente, Bennett compartió en redes sociales un momento que tuvo con su hijo de 5 años. Captada por la cámara de seguridad de la puerta de la casa, se puede ver a Bennett frente a su hijo mientras le ayuda a superar una crisis.
Su amable actitud resonó en las madres de todo el mundo, ya que los niños tienen crisis ocasionales, pataletas, peleas y cosas por el estilo. El día del video de Bennett, su hijo de 5 años estaba sumido en una de esas rabietas, durante más de una hora.
Bennett dijo a The Epoch Times que su hijo estaba enfadado porque quería un juguete que le pertenecía a su hermano. Al verlo tan molesto durante tanto tiempo, decidió sacarlo a pasear.
(Cortesía de Destiny Bennett)
En el video, ella se arrodilla frente a la puerta principal y se dirige a su hijo: «¿Sabes lo mucho que te quiero?», le pregunta a su hijo. Bennett extiende sus brazos al máximo y le demuestra a su hijo la extensión de su amor por él. «Te quiero más que esto», le dice.
«Puedo ver que estás muy enfadado y quiero que te sientas mejor», le dijo. Entonces, toma un tiempo para hablar con su hijo, sin emoción, sin ira, sin gritos.
Le dijo: «A veces, sentirse mejor es conseguir las cosas que queremos. Pero a veces, no podemos conseguir lo que queremos. Y está bien enfadarse, pero luego tenemos que ser capaces de dejarlo pasar y entender que no lo vamos a conseguir».
Se ve al hijo de Bennett asintiendo y luego, después de un gran abrazo y un beso, corren juntos alrededor de la manzana.
«Después de conversar, se alivió mucho y corrimos alrededor de la cuadra», dijo a The Epoch Times. «Cuando regresamos a casa, ya era el mismo feliz, como siempre».
Bennett describió a su hijo de 5 años como un niño «muy dulce y súper cariñoso», además aseguró que pide abrazos al menos cinco o seis veces al día, y le resulta fácil emitir comentarios de adoración a los familiares. «Él siente muy profundamente, lo que, en mi opinión, es la razón por la que muchas de sus emociones se amplifican», añadió.
Entendiendo a su hijo, el tiempo que le dedicó Bennett y reafirmarle su amor fue el ingrediente adecuado el día de la grabación. Sin embargo, sabe que la receta del éxito no siempre es la misma. Reconoce que los berrinches y crisis varían en tamaño y forma, al igual que la infinidad de cosas que los provocan.
«Todos mis hijos son diferentes y todas sus necesidades pueden variar en función de la causa de la rabieta, pero sus rabietas casi siempre se reducen a una necesidad fundamental», dijo.
«Intento estar en sintonía con ellos y establecer una conexión para ser consciente de sus necesidades y atenderlas. A veces esa necesidad es un abrazo y algo de tiempo valioso, a veces es un refrigerio, a veces es una siesta».
Aparte de la comunicación, Bennett se enfoca en los principios de «amor, respeto, empatía y bondad» en su educación.
«Intento incorporar y tener presentes esos principios en todo lo que hacemos en nuestra casa, ya sea en la forma en que me dirijo a ellos, en la forma en que ellos se dirigen a mí o en la forma en que se dirigen unos a otros», dijo.
Bennett también le enseña a sus hijos métodos para calmarse cuando están molestos o enfadados. En este punto, ofrece algunas sugerencias para que los padres aborden la crisis de un niño:
- Vea si hay alguna necesidad que necesita ser atendida. Los niños tienen dificultades para gestionar sus emociones y con frecuencia usan las crisis como un mal intento de comunicar una necesidad.
- Intente que se calmen antes de intentar corregir su comportamiento. Los niños son más receptivos a las correcciones cuando están emocionalmente estables.
- Cuídese a sí mismo. Es difícil manejar las emociones de los demás si no nos hemos tomado el tiempo de controlar nuestras propias emociones y nuestro estado mental/emocional.
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