Cuatro veces por semana, Olivia Rife, de 16 años, enciende las luces de su panadería a las 7 de la mañana, en el segundo piso de un edificio de ladrillo gris en Richlands y comienza a prepararse para hornear los dulces de día.
Por lo general, eso significa cupcakes, bizcochos y brownies variados, con fondue de fresas, cake pops de Oreo y su especialidad: Las galletas gigantes con chispas de chocolate que tanto ella y sus clientes adoran.
Olivia, nativa de Virginia, está en esto —dirigiendo su propia panadería en un local comercial en Grayson Avenue— durante más de un mes. Impresionante para una estudiante de undécimo grado.
La repostería es un campo que seleccionó conscientemente como carrera potencial y su pasión. «Realmente me trae felicidad y alegría», dijo Olivia a The Epoch Times. «Soy cien por ciento autodidacta».
Para ello, consultaba YouTube e Instagram en busca de los últimos proyectos de repostería explicados al detalle, para que el proceso de horneado le resultara más fácil, descubrir las técnicas utilizadas por los profesionales y ampliar su repertorio.
Más que un pasatiempo, el verdadero trampolín para que Olivia lanzara su negocio de panadería, Liv-Y-Licious, fue el aburrimiento. Los encierros de COVID hicieron que Olivia extrañara a sus amigos y compañeros de clase.
Sus galletas gigantes horneadas en casa marcaron el comienzo, dice. Pero la cocina realmente se calentó cuando horneó un inmaculado pastel de cumpleaños de chocolate alemán para el amigo de su padre, que, dice Olivia, todos dijeron que era «delicioso» y «definitivamente no parecía un pastel que alguien hubiera hecho en su primer intento».
A partir de ahí, la formación del negocio de Olivia se desarrolló por etapas:
En primer lugar, vender galletas y pasteles personalizados «súper detallados» desde casa —desde temas de cumpleaños de Hot Wheels hasta glaseado con forma de piel de leopardo.
Luego, dijo Olivia, salió de su zona de confort y comenzó sus operaciones de marketing en Facebook.
Finalmente, cuando el equipo de Liv-Y-Licious de Olivia creció demasiado como para estar en casa, lo trasladó al edificio de su padre. Él es contratista y le prestó el piso de arriba.
«La remodelación llevó aproximadamente un año», dijo. «Después de eso, simplemente abrí». La ceremonia de inauguración se celebró en mayo.
Y apareció la comunidad de Richlands, ya sea comprando pasteles o compartiendo sus fotos en línea, el apoyo local ha sido increíble, dice.
El negocio de la panadería, que vende regularmente sus productos, es bueno para Olivia, pero le deja poco tiempo libre. Para alguien que todavía está en la escuela secundaria, administrar un negocio significa hacer menos de lo que otros jóvenes de 16 años tienden a concentrarse.
Olivia intenta lograr un «equilibrio perfecto» saliendo con amigos los fines de semana y haciendo su tareas escolares por la noche en casa. La panadería está abierta cuatro días a la semana, dice, aunque el negocio suele ocupar cinco o seis días.
Para ayudar a afrontar la carga de trabajo, su madre y su hermana a veces acompañan a Olivia en la panadería.
Una de las mayores recompensas de dirigir Liv-Y-Licious, dice, además de conocer gente «súper genial» y saborear pasteles deliciosos, es que está construyendo una base para el futuro.
«Si lo hago ahora, no tendré que trabajar tanto cuando sea mayor», dice riendo.
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