A principios de septiembre, en un acto de verdadera compasión y bondad, una residente de Oklahoma rescató un caballo destinado al matadero y le dio una nueva vida maravillosa.
Angie Koontz-Pike claramente ama a los caballos. Trabaja como gerente en High Hopes Thoroughbreds, y también ayuda a rescatar y reubicar caballos que de otra manera serían sacrificados.
En un posteo en Facebook el 6 de septiembre, compartió la conmovedora historia, en la cual cambió para siempre la vida de Raven, un caballo muy afortunado.
Angie asistió a un matadero para recoger un caballo para transportarlo a su nuevo hogar, y tuvo que detenerse en otro para obtener información sobre un par de caballos.
«Mientras estaba allí, vi una yegua parada en una esquina, sola. Tenía la cabeza baja y tuve que ir a ver cómo estaba para ver si estaba bien», dijo.
Le habló suavemente al caballo, llamó su atención y vio si estaba bien. Estaba claro que no lo estaba.
«Se giró y puso su cabeza en mi pecho», escribió Angie. «Necesitaba ayuda. Estaba derrotada, no entendía por qué estaba allí».
Angie vio que la yegua era un poco vieja con algunos golpes y cicatrices, pero lo vio más como un signo de edad que como un problema. Ciertamente, esta no era razón para que el pobre caballo fuera desechado.
«La miré a los ojos y pude sentir que le hablaba a mi alma pidiendo ayuda», dijo. «Mis ojos se llenaron de lágrimas, le dije que haría todo lo posible para ayudarla a salir de allí».
El caballo se había conectado claramente y trató de seguirla, pero Angie tuvo que irse. Sin embargo, prometió hacer todo lo posible para ayudarla. Mientras se alejaba, el caballo «relinchaba» hacia ella. Angie se giró y le dijo: «Lo prometo».
Cuando Angie miró atrás, vio que la yegua había vuelto a su esquina, con la cabeza gacha, con aspecto de estar completamente derrotada. Así que hizo un par de llamadas y decidió que se la llevaría.
Escribió: «Teníamos que volver al primer lote para que se ocuparan de todo. Mientras conducía de regreso a su lado, le grité: ‘Raven, ahora vuelvo’, y su cabeza se elevó por encima de la valla».
Habiendo resuelto sus otros asuntos, Angie compró un cabestro nuevo y corrió de regreso al corral.
«No pude llegar lo suficientemente rápido, pero finalmente la vi, su cabeza estaba abajo y en su esquina, vio mi camioneta y mi remolque y su cabeza se levantó», dice su posteo.
Cuando Angie se acercó, Raven fue a su encuentro a mitad de camino y sacó la cabeza para que le colocaran el cabestro. Luego la subieron al vehículo de Angie y el rescate fue completado.
Angie terminó su posteo original con las palabras: «Bienvenida a tu nueva vida, dulce Raven. Eres amada».
Una actualización de los progresos de Raven fue proporcionada en el posteo de Facebook de Angie el 23 de septiembre. Muestra a Raven feliz después de una sesión de caminar y pastorear. Angie describe a Raven como un «caballo sanador», y siente que le habla.
Si Raven pudiera hablar, seguramente le estaría agradeciendo a Angie su amabilidad por darle una nueva vida tan maravillosa.
Lamentablemente, muchos caballos no son tan afortunados como Raven.
Humane Society señala que más de 100,000 caballos son enviados al matadero cada año. Creen que la gran mayoría podría ser rehabilitados, aunque no necesariamente necesitan ser rescatados.
Afirman que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos documentó que el 92.3 por ciento de los caballos enviados al matadero están en buenas condiciones y son capaces de vivir una vida productiva. Estos caballos se venderían, donarían o volverían a ser alojados de alguna otra manera; sin embargo, los compradores de caballos para enviarlos al matadero superan las ofertas de los propietarios legítimos y los rescates en las subastas.
Creen que a muchos caballos se les niega, por lo tanto, una segunda oportunidad de vida.
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