La cultura ancestral china tiene más de 5000 años de antigüedad. Parte de su legado ha sido el de diversas leyendas antiguas de distintas deidades que transmitieron a los humanos un profundo sistema de valores a través de sus enseñanzas, lo cuál era un fundamento en la humanidad para que el hombre y la naturaleza pudieran coexistir en armonía.
Esta es la historia de Zhang Liang (張良) (alrededor del 262-189 a.C.), quien junto con Han Xin y Xiao He, fue conocido como uno de los «tres héroes de la primitiva dinastía Han (漢朝三傑)».
Zhang fue estratega militar en jefe, ministro y asesor de Liu Bang (emperador Gaozu), el emperador fundador de la dinastía Han.
Zhang era famoso por su habilidad para «ganar batallas a más 1000 kilómetros de distancia sin salir de la tienda de mando». Junto con su gran talento en estrategias militares especializadas, también era conocido por su tolerancia y respeto hacia los ancianos y por su modesta y moderada forma de vida.
Sin embargo, contrariamente a lo que podría esperarse de un valiente héroe militar, se decía que él era un hombre delgado y de rostro delicado.
Un encuentro «casual» en el exilio
Cuando Zhang Liang era joven, un día frío y nevado, vio a un anciano sentado en un puente. El viejo deliberadamente dejó caer su zapato abajo del puente y pidió al joven que lo ayudara a buscarlo en el río. Zhang Liang lo hizo sin dudarlo y después se arrodilló y colocó el zapato en el pie del anciano.
Al ver el respeto por los mayores, el anciano sonrió y le dijo que valdría la pena enseñarle. Le dijo a Zhang que se reuniera con él a la mañana siguiente para darle una clase.
Al día siguiente, fue al puente antes del amanecer y encontró al anciano que ya lo estaba esperando.
El anciano enojado lo regañó por hacerlo esperar y le dijo que volviera al día siguiente.
Aunque fue mucho antes que la primera vez, lo mismo sucedió al día siguiente. El tercer día, fue al puente a medianoche y esperó a que llegara el anciano.
Finalmente, satisfecho, el viejo le dio un libro a Zhang y le dijo: «Cuando entiendas completamente este libro, podrás servir como maestro a un emperador. Si necesitas más ayuda de mí, soy la roca amarilla al pie del monte Gucheng».
Según un clásico cuento popular chino, el anciano era en realidad Huang Shigong (黃石公), La antigua roca amarilla y uno de los cuatro sabios llamado los «cuatro haos del monte Shang (商山四皓)».
El libro se conoce como Las Estrategias de Huang Shigong o El Arte de la Guerra de Tai Gong.
Después de estudiar el libro, Zhang se hizo conocido por sus estrategias militares y por su habilidad para manejar situaciones cambiantes.
También se dice que fue al pie del monte Gucheng y encontró una roca amarilla en el lugar especificado. Allí construyó un santuario a la roca y cuando murió, la roca amarilla fue enterrada junto con él.
Ayudando a establecer una dinastía
Gracias al consejo de Zhang Liang sobre política y estrategia militar, Liu Bang ganó muchas batallas y se convirtió en el primer emperador de la dinastía Han.
Un consejo en particular resultó en un favor considerable para Liu Bang.
Cuando Liu Bang conquistó la capital de Qin, se sintió atraído por los muchos tesoros valiosos y las hermosas mujeres del palacio y quiso quedarse y establecerse allí.
Sin embargo, Zhang advirtió a Liu Bang que se arriesgaba a ser percibido como una persona vulgar que persigue un estilo de vida lujoso y anima a los malvados a que cometan actos perversos.
Aunque reacio, Liu Bang siguió su consejo y abandonó el palacio. Como resultado, Liu Bang recibió el apoyo total de la gente de Qin y fue capaz de tomar el trono como emperador de una nueva China unificada.
Como la situación de la nueva dinastía se hizo relativamente estable, Zhang renunció y asumió la práctica del daoísmo. Durante este período, Liu Bang recompensó a los que habían ayudado a fundar la dinastía e hizo de Zhang Liang el marqués de Liu.
Solo una vez Zhang salió de su retiro para oponerse al plan de Liu Bang de reemplazar al príncipe heredero por su hermano menor.
Después de resolver la situación a favor del príncipe heredero, Zhang dejó los asuntos de estado para dedicar el resto de su vida a la práctica del daoísmo.
Un modelo a seguir
En los primeros años de Zhang, toda su fortuna y fama se vio disminuida cuando el Estado Han fue eliminado por el ascenso de Qin Shi Huang y el establecimiento de la dinastía Qin.
Soportó pasar de rico a pobre, de duque a fugitivo y de ser un funcionario sucesor a un plebeyo.
Sin embargo, él no se desanimó por el intento de asesinato fallido de Qin Shi Huang. Al evaluar la situación política, se unió a Liu Bang y le ayudó a derrotar a Qin, vengando así su Estado nativo de Han.
Una vez que se logró este objetivo, Zhang no se apegó al poder, la fama ni el lujo y se retiró a una vida de crecimiento e iluminación espiritual. Después de su muerte, fue considerado un modelo a seguir para los asesores imperiales.
Esta historia nos enseña que solo los gobernantes virtuosos pueden traer prosperidad y bienestar al pueblo. Es un verdadero ejemplo que todos los líderes deberán seguir.
Este hombre ayuda a 100 millones de personas a mejorar su salud y elevar su estándar moral asimilándose a los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia
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