Las ventas de armas en Estados Unidos superaron los 2 millones el mes pasado, el 49º mes consecutivo en el que las ventas de armas de fuego superan el millón.
En agosto, se realizaron 2,04 millones de verificaciones a través del Sistema Nacional de Verificación Instantánea de Antecedentes Penales (NICS) del FBI, según un análisis de Guns.com. Aunque se trata de un descenso del 16,4 por ciento con respecto a los 2,45 millones de verificaciones realizadas en agosto de 2022, las cifras siguen siendo superiores si se comparan con las de los años anteriores a la pandemia de COVID-19 de 2020, señala.
Este mes de agosto registró la quinta cifra más alta de controles NICS para cualquier mes de agosto de los últimos 25 años. También fue el 49º mes consecutivo en el que las ventas de armas superaron la marca del millón.
Los datos de la Fundación Nacional de Deportes de Tiro (NSSF, por la sigla en inglés) mostraron alrededor de 1,1 millones de verificaciones de antecedentes el mes pasado, un 13 por ciento menos que en el mismo mes del año anterior.
Mientras que las cifras del NICS incluyen verificaciones realizadas por motivos como la autorización de solicitudes de permisos de tenencia oculta, la NSSF ajusta estas cifras. Por ello, los datos de la NSSF se consideran una representación potencialmente más fidedigna de las ventas de armas al por menor.
En una declaración a Guns.com, Mark Oliva, responsable de asuntos públicos de la NSSF, afirmó que la cifra de 1,1 millones de ventas de armas demuestra que «el deseo de poseer armas de fuego legalmente está lejos de acabarse.»
«Los estadounidenses, literalmente por millones, están invirtiendo en ejercer sus derechos de la Segunda Enmienda. Esto ha ocurrido cada mes durante más de cuatro años ininterrumpidos».
«Mientras la administración Biden propone normas para infringir los derechos fundamentales de los estadounidenses y ciertos gobernadores, fiscales generales y fiscales generales y de distrito se niegan a encerrar a los delincuentes que se aprovechan de las comunidades sin consecuencias, los estadounidenses están enviando un mensaje claro e inequívoco de que su seguridad personal, y el libre ejercicio de sus derechos, no es negociable».
Según la organización de investigación de seguridad Safehome, en 2022 se vendieron alrededor de 17,4 millones de armas en todo Estados Unidos, una cifra inferior en comparación con 2021 y 2020.
La organización atribuyó el descenso a que «los consumidores redujeron sus gastos y la economía experimentó presiones inflacionarias que han llevado a una desaceleración de los gastos discrecionales en general».
Las ventas de armas experimentaron un aumento del 64 por ciento en 2020, la mayor subida anual en dos décadas. La actual tendencia a la baja «indica una vuelta a las cifras de ventas típicas vistas en los años anteriores a 2020».
El auge de las ventas en 2020 se vio influido por la pandemia de COVID-19, debido a la cual la gente pasó más tiempo en actividades al aire libre, dijo Safehome al tiempo que señaló que 2020 también fue un año de elecciones presidenciales.
«Tradicionalmente, los años de elecciones pueden provocar un aumento en la compra de armas, ya que los clientes pueden preocuparse de que los nuevos líderes puedan cambiar las leyes relativas a la propiedad de armas». Hubo aumentos similares más pequeños en las ventas de armas en 2016 y 2012, ambos años de elecciones presidenciales».
En 2022, estados como Wyoming, Montana y Alaska registraron las mayores ventas estimadas de armas per cápita. Por el contrario, esta cifra era la más baja en Iowa, Oregón y el Distrito de Columbia.
La ofensiva de Biden contra las armas
Mientras las ventas de armas siguen superando el millón mensualmente, la administración Biden propone una norma que clasificaría esencialmente a cualquier estadounidense que venda armas como traficante de armas de fuego, endureciendo así las medidas de control de armas en el país.
En la actualidad, los particulares pueden dedicarse a la venta de armas de fuego sin tener que estar registrados como traficantes de armas de fuego.. La nueva normativa clasificaría la venta de armas como actividad comercial y exigiría que los particulares obtuvieran una licencia y se sometieran a un control de antecedentes.
Randy Kozuch, director ejecutivo de la Asociación Nacional del Rifle-Instituto para la Acción Legislativa (NRA-ILA), calificó la medida de «guerra contra la Segunda Enmienda».
La Asociación de Propietarios de Armas dijo que la norma propuesta está «prácticamente ilegalizando las transacciones privadas de armas de fuego para garantizar que el gobierno se haga con tu información personal y los registros de transacciones para su registro ilegal de armas».
El gobierno de Biden también había presentado una ley que convertiría en delincuentes a los estadounidenses que fueran sorprendidos en posesión de un arma de fuego con soporte no registrada.
Múltiples jueces federales han emitido órdenes preliminares que bloquean la promulgación de la norma. Sin embargo, estas normas solo se aplican a los miembros de los grupos que presentaron las demandas y en las jurisdicciones de los jueces que emitieron los veredictos.
Las armas promueven la seguridad
El presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris también presionan para prohibir en todo el país las «armas de asalto». En una declaración a Fox News, la NRA criticó tales intentos.
La organización señaló que el rifle AR-15, al que muchos defensores del control de armas se refieren como «arma de asalto», es uno de los rifles de defensa personal más populares en Estados Unidos.
«Un testimonio de esto es la madre de Florida embarazada de 8 meses que, con su AR-15, defendió a su familia de dos intrusos armados que agredieron brutalmente a su esposo», dijo el portavoz de la NRA, Billy McLaughlin, al medio.
Se refería a un incidente de 2019 en el que una mujer embarazada disparó a un intruso armado e hizo huir a un segundo intruso. «Joe y Kamala deberían hablar con los muchos estadounidenses respetuosos de la ley ignorados y olvidados que confían en los AR-15 para su seguridad».
«Están jugando a la política con vidas humanas y están ciegos ante el hecho de que sus políticas pro-criminales impulsan a más gente a comprar armas», dijo.
Una encuesta de CNN de mayo mostró que los estadounidenses están divididos sobre cómo afecta la disponibilidad de armas a la seguridad pública.
Mientras que el 36 por ciento de los encuestados afirmaba que la presencia de armas haría menos seguros los lugares públicos, el 32 por ciento sostenía que permitir a los propietarios llevar sus armas de fuego haría más seguros los lugares públicos.
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