Al menos tres condenados a muerte en la Prisión Estatal de San Quintín en California contrajeron el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) y murieron, dicen los funcionarios de la prisión.
Scott Thomas Erskine, de 57 años, y Manuel Machado Alvarez, de 59, murieron el 3 de julio por «lo que parecen ser complicaciones relacionadas con la COVID-19», según dijo el Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California en un comunicado.
Ambos hombres habían sido hospitalizados en centros localizados fuera de la prisión.
Un brote del virus del PCCh ha invadido San Quintín desde el mes pasado y más de un tercio de las personas encarceladas allí han dado positivo por COVID-19, según los datos del CDCR.
A principios de esta semana, las autoridades confirmaron que Richard Stitely, otro recluso del corredor de la muerte que fue encontrado inconsciente en su celda, tenía el virus del PCCh. Esa fue la primera muerte conocida relacionada con el virus del PCCh en las instalaciones.
Un cuarto recluso del corredor de la muerte, Joseph Safarino Cordova, murió el miércoles, pero no está claro si dio positivo por virus del PCCh.
La muerte de otros 24 presos en cárceles estatales se ha relacionado con la COVID-19, dijo el CDCR.
San Quintín es una de las numerosas prisiones y cárceles de todo el país que se han convertido en semilleros del virus del PCCh.
Los funcionarios del estado dijeron que han aumentado los tests que realizan a los prisioneros y al personal, y recientemente crearon un «centro de comando unificado» en la prisión para coordinar la respuesta médica a los casos de COVID-19.
«Diez mil unidades adicionales de equipos de protección personal (EPI) han sido enviadas a San Quintín y distribuidas tanto a los reclusos como al personal, y se han establecido estrictas directrices que obligan a usarlas mientras estén en los terrenos de la institución», dijo el CDCR el viernes.
Erskine estuvo en el corredor de la muerte de California desde el año 2004. Fue sentenciado en 1993 por los asesinatos de Charles Keever, de 13 años, y Jonathon Sellers, de 9, que fueron vistos por última vez montando sus bicicletas en San Diego.
Alvarez estuvo en el corredor de la muerte desde 1989. Fue condenado por asesinato en primer grado, robo de vehículos, violación forzada y robo en primer grado por delitos cometidos durante un período de cuatro días en 1987, según el departamento de correcciones.
CNN Wire y personal de NTD contribuyeron a la elaboración de este artículo.
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