Veintitrés fiscales generales de Estados Unidos presentaron un documento amicus curiae (pdf) en apoyo de una petición de los practicantes de Falun Gong en un caso de libertad religiosa de alto perfil ante la Corte Suprema.
Los fiscales generales pidieron al máximo tribunal que revierta la decisión de un tribunal inferior que está «equivocada en un asunto de importancia nacional que se encuentra en el centro de nuestra tradición constitucional», según un comunicado de prensa emitido el miércoles por la oficina del fiscal general de Texas, Ken Paxton.
La demanda fue presentada en el año 2015 por 13 residentes de Flushing, un barrio neoyorquino de mayoría china, contra la Chinese Anti-Cult World Alliance (Alianza Mundial China Anti-Sectas – CACWA) en un intento por detener lo que describen como una campaña de seis años en la que han sido atacados en su comunidad con golpizas, acoso y amenazas de muerte.
La denuncia detalla unos 40 incidentes de amenazas o agresiones físicas contra ellos por participar en desfiles en representación de Falun Gong, repartir folletos sobre Falun Gong o atender un puesto callejero con materiales relacionados con Falun Gong. En un incidente ocurrido en julio de 2011, dos demandantes describieron en detalle un ataque de Li Huahong, jefe de la CACWA. Según ambas testigos, una pandilla de 20 a 30 personas rodeó a ambas practicantes. Una de ellas fue retenida durante unos 30 minutos hasta que llegó la policía, mientras el grupo gritaba «mátenla» y «golpéenla hasta la muerte».
«En este caso, un grupo religioso conocido como Falun Gong, originario de China, sufrió persecución y acoso en suelo estadounidense», dijo Paxton.
Las practicantes de Falun Gong demandaron en virtud de leyes federales y estatales, incluyendo «una declaración que afirmaba que fueron víctimas de amenazas o actos de violencia que tenían la intención de reprimir su derecho de la Primera Enmienda a la libertad de culto religioso», añadió el fiscal general de Texas. Como señaló el principal abogado, varias otras declaraciones seguirán el proceso judicial independientemente de si la Corte Suprema concede el certiorari.
A los fiscales generales se unieron el Instituto First Liberty, con sede en Texas, John D. Inazu, profesor de Derecho y Religión de la Universidad de Washington en San Luis y el bufete de abogados sin ánimo de lucro Becket Fund for Religious Liberty, con sede en Washington.
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una práctica espiritual que consiste en ejercicios de meditación y enseñanzas morales centradas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Se hizo muy popular en China en la década de 1990. En 1999, el régimen comunista, percibiendo esa popularidad como una amenaza, inició una persecución nacional contra la práctica y sus practicantes.
Desde entonces, millones de practicantes han sido encerrados en centros de detención, cárceles y campos de trabajo de toda China, donde son sometidos a torturas físicas, trabajos forzados y sustracción forzada de órganos.
«Una cuestión de importancia nacional»
Los fiscales generales dijeron en su amicus curiae que el fallo de un tribunal inferior que desestima el caso es «erróneo en una cuestión de importancia nacional que está en el centro de nuestra tradición constitucional», en referencia a la libertad religiosa.
«El compromiso de Estados Unidos con la libertad religiosa es ‘esencial'», indicaron los fiscales generales. «Constituye ‘uno de nuestros derechos constitucionales más preciados y celosamente protegidos'».
La Ley de Libertad de Acceso a las Entradas a Clínicas tipifica como delito federal a cualquier persona que «mediante la fuerza o la amenaza de fuerza o mediante la obstrucción física», hiera, intimide o interfiera con cualquier persona que ejerza o intente ejercer legalmente la libertad religiosa «en un lugar de culto religioso».
Sin embargo, la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Segundo Circuito en Nueva York negó a las demandantes la protección del estatuto al interpretar de manera estrecha el término «lugar de culto religioso» como lugares dedicados «principalmente» a la actividad de culto religioso.
Al hacerlo, la corte «restringió indebidamente una ley destinada a impedir los peores actos de violencia en muchos de los lugares sagrados de Estados Unidos», dijeron los fiscales generales. Paxton declaró que la decisión del tribunal inferior había «resultado en una protección insuficiente de la libertad religiosa de Falun Gong».
«Las demandantes son exactamente el tipo de creyentes que se podría esperar que encontraran seguridad en un estatuto como este. Practican Falun Gong, lo que les sitúa en ‘el tercer grupo más grande’ entre los que sufren restricciones a la libertad de religión o a la libertad de creencia en todo el mundo», dijeron los fiscales generales en el documento amicus curiae, citando un informe de abril de 2022 de la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional.
Según Minghui.org, un sitio web que documenta la persecución a Falun Gong, en el año 2021 se produjeron casi 6000 arrestos y 10,527 casos de acoso a los practicantes de Falun Gong en China.
«El grupo comenzó en China bajo un régimen comunista hostil al pluralismo religioso», dijeron los fiscales generales. «Por ello, muchos practicantes de Falun Gong han huido a Estados Unidos. Sin embargo, incluso después de venir aquí, las demandantes seguirían sufriendo persecución y el abuso por parte de los simpatizantes comunistas».
Erping Zhang, portavoz del Centro de Información de Falun Dafa, dijo que el Partido Comunista Chino «no podría estar más equivocado» al asumir que puede pisotear la libertad religiosa en Estados Unidos.
«La libertad religiosa es fundamental para un Estados Unidos libre. El Partido Comunista Chino asume que puede pisotear este derecho sagrado de los estadounidenses con sus campañas de persecución religiosa en el extranjero», dijo Zhang a The Epoch Times. «Pero no podría estar más equivocado».
«Con el apoyo de 23 fiscales generales de Estados Unidos y varias otras declaraciones legales de gran calidad, la Corte Suprema accedería a escuchar el caso. Además, creemos que el sistema legal estadounidense hará justicia al final y protegerá los intereses estadounidenses fundamentales», añadió Zhang.
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