Miles de inmigrantes venezolanos y nicaragüenses han llegado a los Estados Unidos a través del programa de Movilidad Segura que lanzó la administración Biden a mediados del año pasado y se espera que la cifra siga aumentando.
Aproximadamente 3000 refugiados procedentes de Venezuela y Nicaragua han llegado a Estados Unidos legalmente a través de las oficinas del programa establecidas en Colombia, Guatemala, Costa Rica y Ecuador, según información de la Voz de América.
El programa ha recibido unas 117,000 solicitudes en sus cuatro oficinas hasta principios de enero de este año, informó la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), citada por VOA.
ACNUR remitió a 1300 personas al programa cuando este inició en junio del año pasado, pero luego se abrió para que los interesados pudieran registrarse por sí mismos.
Más de 11,800 personas habían sido remitidas para un posible reasentamiento de refugiados en los Estados Unidos hasta diciembre del año pasado a través de estas oficinas, según State Magazine.
Además, se habían analizado más de 9000 casos para determinar otras vías legales para llegar a Estados Unidos y casi 300 personas habían sido remitidas a España desde Costa Rica.
Las oficinas permiten a migrantes de distintas nacionalidades aplicar para el reasentamiento dependiendo de la ubicación. La oficina de Costa Rica admite solicitudes de venezolanos y nicaragüenses, mientras que la de Colombia acepta a cubanos, haitianos y venezolanos. En Ecuador puede aplicar cualquiera de estas nacionalidades, pero la oficina de Guatemala solo admite solicitudes de nacionales.
El programa pretende evitar que los migrantes hagan el peligroso viaje desde América Central o América del Sur hasta la frontera entre México y Estados Unidos. Se les da un apoyo económico y legal para establecerse en España y Canadá, además de los Estados Unidos.
Quienes llegan de esta manera a la unión americana tienen permiso para trabajar legalmente, un proceso que para otros inmigrantes suele llevar años.
La primera familia venezolana que llegó a través de Movilidad Segura arribó en octubre del año pasado, según State Magazine.
A pesar de que algunos defensores de los inmigrantes están a favor de esta vía, advierten que no debería reemplazar al sistema de asilo.
“Ninguna mejora del acceso al reasentamiento de refugiados puede realizarse a expensas de los derechos de los solicitantes de asilo en la frontera”, expresó Hannah Flamm, asesora de políticas del Refugee Assistance Project.
Aunque el programa lleva varios meses en marcha, las cifras de inmigrantes que atraviesan la frontera ilegalmente se han manteniendo a niveles muy elevados.
Actualmente, muchos estadounidenses consideran la situación en la frontera como una crisis o al menos como un problema grave según varias encuestas.
En estados como Texas, la mayoría está a favor de endurecer las políticas migratorias para aliviar la situación, según una encuesta reciente de la Universidad de Texas. Más de la mitad de los texanos piensa que son demasiadas las personas a las que se les está dejando entrar a territorio americano.
En contraste, más de la mitad de los californianos piensan que hacer los procesos migratorios más eficientes ayudará a mitigar la situación, aunque coinciden en que se está viviendo una crisis en la frontera, según una reciente encuesta del Instituto de políticas públicas de California.
La administración Biden lanzó el programa Movilidad Segura en conjunto con ACNUR y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). Inicialmente fue un piloto que se extendió y se piensa mantener hasta el momento.
El Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) planea aumentar el procesamiento de refugiados a través de esta iniciativa y está en proceso de admitir entre 35,000 y 50,000 refugiados del hemisferio occidental este año fiscal, según su página web. Este sería el mayor número de esta región en la historia.
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