¿Sabías que hasta el 50 por ciento de los cánceres se pueden prevenir?
La genética no es el único factor de riesgo del cáncer
Se calcula que 40 de cada 100 hombres y 39 de cada 100 mujeres en Estados Unidos desarrollarán un cáncer a lo largo de su vida.
Además de los factores genéticos, el estilo de vida y los hábitos alimentarios, los cánceres también están causados por factores cancerígenos externos. Por ejemplo, los rayos ultravioleta y la radiación ionizante son carcinógenos físicos; y la contaminación por amianto en edificios antiguos, el alcohol y la aflatoxina de los cacahuates rancios son carcinógenos químicos. También hay algunas bacterias y virus que pueden causar cáncer, como el Helicobacter pylori —con el que podemos infectarnos a través del consumo de alimentos y agua— así como el virus del papiloma humano. Se trata de carcinógenos biológicos.
Las mutaciones genéticas del cáncer pueden ser difíciles de controlar, pero el cáncer puede prevenirse en gran medida si se controlan eficazmente estos factores cancerígenos externos y se siguen hábitos de vida y alimentación saludables.
Entre el 30 y el 50 por ciento de los cánceres del mundo pueden prevenirse eligiendo un estilo de vida saludable y manteniéndose alejado de los agentes cancerígenos. El porcentaje de cáncer que puede prevenirse reduciendo los factores de riesgo asociados varía según el tipo de cáncer. Algunos cánceres pueden prevenirse completamente evitando la exposición a determinados carcinógenos externos, mientras que otros están causados principalmente por factores genéticos y es menos probable que los causen carcinógenos externos.
Manténgase alejado de los factores externos de riesgo de cáncer
Los estudios realizados en algunos países occidentales, como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia, llegan a conclusiones relativamente coherentes sobre el impacto de los factores de riesgo externos en la inducción del cáncer. Un estudio de la Sociedad Americana del Cáncer sobre más de 1.57 millones de adultos estadounidenses mayores de 30 años reveló que el 42 por ciento de los casos de cáncer eran atribuibles a estos factores de riesgo. La cifra es del 33 al 37 por ciento en Canadá, del 38 por ciento en el Reino Unido y del 32 por ciento en Australia.
En China, un país en vías de desarrollo, los cánceres del 47 por ciento de los pacientes varones y del 28 por ciento de las mujeres eran atribuibles a estos factores de riesgo externos. Además, el 34 por ciento de los nuevos casos de cáncer en hombres y el 35 por ciento de los nuevos casos de cáncer en mujeres en Brasil, también un país en vías de desarrollo, eran atribuibles a factores externos de riesgo de cáncer.
Las muertes por cáncer pueden atribuirse a los efectos de factores relacionados, que en orden descendente son: el tabaquismo, el sobrepeso, el consumo de alcohol, la radiación, la inactividad física, las infecciones bacterianas y víricas, y los malos hábitos alimentarios —como la escasa ingesta de frutas y verduras y fibra dietética, el consumo de carnes procesadas y carnes rojas, así como la baja ingesta de calcio en la dieta. Según las últimas investigaciones publicadas en The Lancet en 2022, el 44.4 por ciento de las muertes por cáncer en todo el mundo están relacionadas con diversos factores de riesgo.
Además, el uso por parte de las mujeres de terapia hormonal para la menopausia y de la píldora anticonceptiva oral combinada, así como un tiempo insuficiente de lactancia, pueden aumentar el riesgo de cáncer de los órganos reproductores.
Además, la exposición a algunas sustancias químicas tóxicas también puede causar cáncer. Por ejemplo, la exposición al amianto puede causar cáncer de pulmón; y beber agua que contenga altos niveles de arsénico puede causar cáncer de piel, cáncer de vejiga y cáncer de pulmón.
Fumar
Todo el mundo oye que fumar provoca cáncer, pero quizá no sepa que en realidad es el principal factor de riesgo de cáncer. Una de cada tres muertes por cáncer es atribuible al tabaquismo. Fumar puede causar cáncer en casi todas las partes del cuerpo, desde la boca hasta la vejiga.
Las sustancias químicas nocivas del humo que entran en los pulmones y se extienden por todo el cuerpo a través de la sangre y el sistema linfático interfieren en el crecimiento celular normal y dañan el ADN de las células, dificultando su reparación. Las sustancias químicas también dañan los genes que protegen al organismo del cáncer. Con el tiempo, la acumulación de daños en el ADN de las células provocará cáncer.
Un estudio realizado con más de 220,000 personas demostró que fumar aumentaba el riesgo de padecer varios tipos de cáncer en un 42 por ciento en comparación con los no fumadores. En concreto, el riesgo de cáncer de pulmón, laringe, hígado, esófago y vejiga entre los fumadores era 17.7 veces, 11.3 veces, 4.1 veces, 3.8 veces y 3.1 veces mayor que entre los no fumadores, respectivamente. Aproximadamente la mitad de los fumadores desarrollarán cáncer antes de los 80 años, y el 14 por ciento desarrollará cáncer de pulmón.
Sobrepeso
El sobrepeso es la segunda causa prevenible de cáncer después del tabaquismo, y el 7.8 por ciento de los nuevos casos de cáncer en Estados Unidos se deben a pacientes con sobrepeso. Sin embargo, la gente es cada vez más tolerante con su propio aumento de peso, y un tercio de los estadounidenses con sobrepeso ni siquiera son conscientes de que lo tienen.
El exceso de peso provoca hasta 13 tipos de cáncer, como el cáncer de mama posmenopáusico, el cáncer de endometrio, el cáncer colorrectal, el cáncer de páncreas y el cáncer de vesícula biliar, entre otros. El cáncer de mama posmenopáusico es el cáncer relacionado con la obesidad más frecuente en las mujeres, y el cáncer colorrectal es el cáncer relacionado con la obesidad más frecuente en los hombres.
El sobrepeso puede provocar cambios en el organismo, como inflamación a largo plazo y niveles de insulina, factores de crecimiento similares a la insulina y hormonas sexuales superiores a los normales, lo que en última instancia provoca cáncer. Cuanto más peso gane una persona y más tiempo permanezca con sobrepeso, mayor será su riesgo de desarrollar cáncer.
Consumo de alcohol
El consumo de alcohol se sitúa después del tabaquismo y el sobrepeso. Los cánceres relacionados con el alcohol representan el 5.6 por ciento de los nuevos casos de cáncer en Estados Unidos. Un estudio de la revista Lancet demuestra que no existe un consumo mínimo de alcohol seguro para el cuerpo humano, y que es mejor no beberlo en absoluto.
Beber alcohol aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de orofaringe, esófago, estómago, mama, hígado y colorrectal.
La descomposición del etanol de las bebidas alcohólicas en el organismo se divide en dos pasos: primero se descompone en acetaldehído y después en ácido acético. El acetaldehído es una sustancia química tóxica que daña el ADN y las proteínas de las células, lo que puede provocar cáncer. Además, el alcohol puede mermar la capacidad del organismo para descomponer y absorber diversos nutrientes, como la vitamina A, el ácido fólico, la vitamina C, la vitamina D, la vitamina E y los carotenoides; y las carencias de estos nutrientes pueden aumentar el riesgo de cáncer. Al mismo tiempo, el alcohol también aumenta el nivel de estrógenos en la sangre, lo que conlleva un mayor riesgo de cáncer de mama.
Las bebidas alcohólicas también pueden contaminarse con contaminantes cancerígenos como nitrosaminas, fibras de amianto, fenoles e hidrocarburos durante su fermentación y producción.
Radiación
La radiación puede penetrar en nuestro cuerpo, y la energía que emite puede cambiar las moléculas dentro de las células de nuestro cuerpo. El ADN de las células es atacado y dañado, lo que acaba provocando cáncer. Hay dos tipos principales de radiación que causan cáncer:
– La radiación ultravioleta, especialmente la procedente del sol, puede causar los principales tipos de cáncer de piel, como el melanoma. Además, la radiación ultravioleta de las camas de bronceado también se ha relacionado con el cáncer de piel y el melanoma ocular. El melanoma causado por la radiación ultravioleta representa el 4.7 por ciento de todos los casos de cáncer en Estados Unidos.
– Las radiaciones ionizantes de los rayos X, los TAC, la fluoroscopia y las exploraciones de medicina nuclear pueden causar muchos tipos de cáncer, como leucemia, cáncer de tiroides, cáncer de mama, mieloma y otros.
En los últimos años, el uso creciente de la TC para el diagnóstico médico ha aumentado la exposición de los pacientes a las radiaciones ionizantes. Se calcula que la repetición innecesaria de TC representa un tercio de todas las TC realizadas en Estados Unidos. Además, dos investigadores del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia han publicado recientemente un artículo en Revista Británica de Radiología en el que cuestionan el creciente uso por parte de los médicos de la TC como procedimiento de cribado en pacientes asintomáticos.
El Centro de Investigación Radiológica de la Universidad de Columbia realizó en su día un estudio en 2001 en el que se afirmaba que en Estados Unidos se realizaban cada año 600,000 TC abdominales y craneales a niños menores de 15 años. En aquel momento, los investigadores calcularon que esto podría provocar 500 muertes eventuales por cánceres causados por la radiación del TAC.
Además de los exámenes médicos, una aplicación médica de la radiación es la radioterapia para el cáncer. Aunque la radioterapia puede matar las células cancerosas o ralentizar su crecimiento, también tiene algunos efectos negativos, como posibles riesgos para el tejido normal que rodea al tumor. Según un estudio publicado en la Revista Británica del Cáncer, la exposición del corazón a la radiación ionizante durante la radioterapia para el cáncer de mama aumenta el riesgo de cardiopatía isquémica. Otros estudios han demostrado que las pacientes que reciben radioterapia para el cáncer de mama tienen un riesgo progresivamente mayor de sufrir cardiopatías y cáncer de pulmón. La información de la Clínica Mayo sobre radioterapia menciona que la radioterapia puede, en raras ocasiones, causar otros cánceres muchos años después.
Inactividad física
Los cánceres relacionados con la falta de actividad física representan el 2.9 por ciento de los nuevos casos de cáncer en Estados Unidos.
La inactividad física puede provocar desequilibrios hormonales y resistencia a la insulina, lo que aumenta la inflamación del organismo e incrementa el riesgo de cáncer. La inactividad también puede provocar un aumento de peso.
El 14 por ciento de los casos de cáncer de colon y el 11 por ciento del cáncer de mama posmenopáusico se atribuyen a la inactividad; otros cánceres relacionados con la inactividad son el de próstata, el de útero y el de pulmón. Las personas sedentarias tienen un 24 por ciento más de riesgo de cáncer colorrectal, un 32 por ciento más de cáncer de endometrio y un 21 por ciento más de cáncer de pulmón.
Por el contrario, la actividad física puede regular hormonas como los factores de crecimiento similares a la insulina y el estrógeno, y afectar a la rapidez con la que los alimentos se desplazan por el intestino, reduciendo así la exposición del organismo a cualquier carcinógeno potencial.
Infecciones
También hay algunos casos de cáncer en Estados Unidos que están causados simplemente por infecciones. Muchos cánceres pueden prevenirse si se toman medidas contra estas infecciones víricas y bacterianas.
Los siguientes tipos de bacterias o virus pueden causar cáncer:
Virus del papiloma humano (VPH), virus de la hepatitis B (VHB), virus de la hepatitis C (VHC), Helicobacter pylori, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), virus del herpes humano 8 (VHH8) y virus de Epstein-Barr.
– El VPH puede causar cáncer de cuello uterino, pene, vagina, ano, orofaringe y vulva.
La mayoría de las personas infectadas por el VPH no saben que tienen una infección.
Normalmente, el sistema inmunitario del organismo elimina la infección por VPH de forma natural en un plazo de dos años. Según las estadísticas, a los 50 años, al menos 4 de cada 5 mujeres habrán sido infectadas por el VPH en algún momento de su vida. La infección por VPH también es frecuente en los hombres, y a menudo es asintomática. Cuando el sistema inmunitario del organismo no puede deshacerse de la infección por VPH asociada al cáncer, las células normales pueden volverse anormales y acabar convirtiéndose en cáncer. Alrededor del 10 por ciento de las mujeres con VPH cervical desarrollan infecciones a largo plazo, lo que aumenta el riesgo de cáncer de cuello de útero.
El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomienda la vacunación contra el VPH para prevenir nuevas infecciones por VPH y los cánceres y otras enfermedades asociadas. La vacuna contra el VPH, administrada entre los 9 y los 12 años, proporciona la mayor protección. Los adultos de 27 a 45 años se beneficiarían menos de la vacunación, ya que es más probable que hayan estado expuestos al VPH. De ahí que no se recomiende la vacunación sistemática en este grupo de edad.
– El virus de la hepatitis B puede causar cáncer de hígado, y el virus de la hepatitis C puede causar cáncer de hígado y linfoma no Hodgkin.
– El Helicobacter pylori puede causar cáncer de estómago.
– El virus de la inmunodeficiencia humana, también conocido como VIH, puede causar cáncer anal, sarcoma de Kaposi, cáncer de cuello uterino, linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodgkin.
– El herpesvirus humano 8, también conocido como herpesvirus del sarcoma de Kaposi, puede causar sarcoma de Kaposi.
– El virus de Epstein-Barr puede causar linfoma de Burkitt, carcinoma nasofaríngeo y linfoma de Hodgkin.
Una dieta inadecuada
Una dieta rica en grasas, proteínas, calorías y carne roja aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. Comer carne procesada también aumenta el riesgo de cáncer de estómago, además de un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Los cánceres causados por el consumo de carne roja y procesada representan el 1.3 por ciento de los nuevos casos de cáncer en Estados Unidos.
Un bajo consumo de fibra alimentaria también aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. Además, un bajo consumo de frutas y verduras sin almidón aumenta el riesgo de cáncer de orofaringe y laringe. Además, una ingesta insuficiente de fruta también aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. Estos cánceres, causados por un bajo consumo de fibra alimentaria y de frutas y verduras, representan el 2.8 por ciento de los nuevos casos de cáncer en Estados Unidos.
¿Qué cánceres se pueden prevenir?
Un estudio, publicado en CA: Cancer Journal for Clinicians, comparó además las fracciones atribuibles a la población (PAF), es decir, los porcentajes que pueden atribuirse a factores de riesgo externos, en distintos tipos de cáncer.
En concreto, la FAP de la incidencia del cáncer de cuello de útero y del sarcoma de Kaposi fue del 100 por ciento. En otras palabras, ambos cánceres son potencialmente evitables si se aplican medidas preventivas.
El cáncer de piel melanoma, que se ve afectado principalmente por la radiación ultravioleta del sol, le siguió de cerca con un PAF del 95.1 por ciento.
El PAF del cáncer de pulmón fue del 85.8 por ciento.
Los PAF de los demás cánceres fueron los siguientes:
Por último, entre los cánceres estudiados, los únicos con un PAF inferior al 10 por ciento fueron el linfoma y el cáncer de ovario.
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