La vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump se dirigen a un debate presidencial prácticamente empatados en las encuestas nacionales, elevando las apuestas para un enfrentamiento que podría resultar crucial en las elecciones de 2024.
«[La elección] está en el filo de la navaja en el colegio electoral», dijo Henry Olsen, miembro senior del Centro de Ética y Políticas Públicas, a The Epoch Times. «Un punto en cualquier dirección es algo que realmente podría importar».
Hemos pedido a expertos políticos que nos expliquen qué deben hacer ambos candidatos para salir bien parados en este debate, y qué podría pasar si no lo hacen.
Esto es lo que hay que tener en cuenta cuando Harris y Trump se enfrenten en el National Constitution Center de Filadelfia.
Harris
Ganar o perder este debate podría reducirse a qué candidato hace el mejor trabajo para definir a Kamala Harris, que probablemente será el objetivo de ambos.
«Hemos visto a Trump desde siempre, pero no hemos visto tanto a Kamala Harris», dijo Aaron Dusso, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Indiana, a The Epoch Times. «Así que probablemente hay un poco más en juego aquí, donde ella continúa presentándose al país».
Un 31% de los votantes dijeron que necesitaban saber más sobre Harris, según una encuesta realizada el 5 de septiembre por el New York Times y el Siena College. De ellos, el 63% dijo que quería saber más sobre las políticas de Harris.
«Kamala Harris tiene que hablar de manera sustantiva y con cierto nivel de detalle sobre la política», dijo Matthew Wilson, profesor de ciencias políticas en la Universidad Metodista del Sur, a The Epoch Times. «Ha sido muy ambigua sobre sus posiciones y objetivos políticos. Creo que la presionarán en ese sentido».
Harris, que había sido criticada por la campaña de Trump por su falta de políticas específicas, publicó una lista de políticas en su sitio de campaña durante el fin de semana.
Más allá de eso, Harris probablemente tratará de presentarse como una persona de seriedad, alguien a quien se le puede confiar la responsabilidad del Despacho Oval.
«Harris tiene que dar la impresión de ser una candidata presidencial seria, capaz de tomar decisiones difíciles y de enfrentarse a líderes mundiales», afirma Ken Kollman, profesor de política de la Universidad de Michigan. «Es un error que se incline por la emoción de la ‘alegría’ en este escenario».
«Lo que tiene que hacer es convencer a la gente de que tiene no solo el temperamento, sino la fortaleza para ser alguien que está al mando», dijo Olsen.
Harris pasó varios días preparándose para el debate con asesores en un hotel de Pittsburgh, afinando respuestas de dos minutos a diversas preguntas.
Trump
Trump, que comparece en su séptimo debate presidencial, tiene poca necesidad de presentarse a los votantes.
«Creo que lo que Trump tiene que hacer es empezar a definir a Harris por su historial, tanto como parte de la Administración Biden, como en lo que dijo e hizo como senadora», dijo Olsen.
Eso es exactamente lo que hará Trump, según sus allegados. Su objetivo será convencer a los estadounidenses de que Harris no solo estaba de acuerdo con las políticas de la actual administración, sino que era responsable de ellas.
«Está muy claro que Kamala Harris es la que ha estado dirigiendo el país todo el tiempo», dijo a la prensa Jason Miller, uno de los principales asesores de la campaña, el 9 de septiembre. «No puede hablar de pasar página cuando es la que ha creado nuestra pesadilla actual».
El representante Matt Gaetz (R-Fla.) empezó a sentar esas bases en una llamada con periodistas el día antes del debate. «Tiene un historial como fiscal de distrito y como fiscal general. Ese historial es peligrosamente liberal. El presidente Trump va a relacionarla con ese historial durante el debate».
Trump pedirá cuentas a Harris por el aumento de la inmigración ilegal en los últimos tres años, la inflación y la gestión de la retirada estadounidense de Afganistán.
En el lado positivo, es probable que Trump describa su administración como una época en la que el mundo estuvo relativamente libre de conflictos y los estadounidenses disfrutaron de precios más bajos para el combustible y los comestibles.
«Le haría mucho bien proyectar esa aura de tranquilidad y tratar de jugar con la nostalgia de los votantes por cómo eran las cosas hace cinco años», dijo Wilson.
Trump, que participará en su séptimo debate presidencial, no hizo una pausa importante en su agenda de campaña para preparar este debate, sino que siguió celebrando mítines.
Puntos peligrosos
La titubeante actuación de Biden en el debate contra Trump en junio hizo que aumentara la presión de las personas de dentro del partido para que se retirara de la carrera, lo que hizo un mes después.
Según nuestros expertos, es improbable un resultado desastroso en este debate, pero una mala actuación perjudicaría a cualquiera de los dos candidatos.
Para Trump, el mayor error sería mostrarse demasiado agresivo, alienando a los votantes indecisos al parecer prepotente o ensimismado.
El expresidente debe evitar dar la impresión de que carece de autocontrol, «lo que claramente fue algo en lo que falló en el primer debate con Biden en 2020», dijo Olsen.
Eso significa no interrumpir a Harris ni parecer dominante, según Wilson, quien dijo que podría tratar de provocar a Trump para crear un «momento viral» en el que parezca demasiado agresivo.
«Tiene que centrarse menos en sus quejas personales y más en las … las quejas del pueblo estadounidense», dijo Dusso.
Para Harris, el peligro es salirse del guión y perderse en detalles políticos o argumentos que el público no pueda seguir.
«Hay un gran peligro para ella, y es si decide ir demasiado lejos por el camino de ‘Necesito añadir un hecho más. Voy a comprobar los hechos de Donald Trump cada vez que diga algo'», dijo Dusso.
Dado el poco ortodoxo estilo de debate de Trump, intentar mantenerlo a raya sería difícil, según Dusso. «Salta de una cosa a la siguiente, a la siguiente. … Solo tiene dos minutos para responder».
«Tiene que saber explicarse bien», dijo Olsen, y no «entrar en palabrerío sin sentido».
Ambas campañas han intentado influir en la opinión antes del debate posicionándose a sí mismas y a su oponente.
«Creo que va a mentir. Tiene un libro de jugadas que ha utilizado en el pasado», dijo Harris en una entrevista radiofónica emitida el 9 de septiembre.
Trump predijo que los reportes de los medios sobre el debate se inclinarían a favor de Harris. «Si la destruyo en el debate, dirán que Trump ha sufrido una humillante derrota esta noche», dijo Trump a los asistentes a un mitin en Mosinee, Wisconsin, el 7 de septiembre.
Antes, había cuestionado si sería tratado con justicia por los moderadores. «Mucho depende de ABC. … Espero que sean justos», dijo en un mitin el 4 de septiembre.
Según las normas anunciadas por la cadena anfitriona, ABC, no habrá público en vivo, los candidatos no tendrán acceso a notas y no habrá consultas con el personal durante las pausas publicitarias.
Lo que está en juego
Según nuestros expertos, no es probable que el debate influya en muchos votantes. «El resultado más probable es un empate», afirma Kollman. Añadió que podría afectar a la participación de grupos de votantes clave. Otros teorizaron que podría producirse una oscilación de 1 ó 2 puntos en las encuestas.
Se calcula que un 5% de los votantes siguen indecisos en esta carrera, y casi un 10% dicen estar dispuestos a cambiar de opinión, según una encuesta reciente de USA/Suffolk.
Según Dusso, es probable que el debate no tenga ninguna repercusión hasta dentro de unos días, porque la mayoría de la gente no verá el debate en sí. «Se enterarán por casualidad a través de su familia, o sus amigos hablarán de ello, o a través de Instagram, Twitter o TikTok, y verán un fragmento», explica.
Eso podría significar que el resultado del debate dependa de quien ofrezca el «momento viral» más memorable, añadió Dusso.
El debate de 90 minutos se emitirá a las 9 p.m. ET, moderado por los presentadores de ABC David Muir de «World News Tonight» Linsey Davis de «Prime».
Con información de Emel Akan y Janice Hisle.
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