Aunque el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y el Partido Republicano arrasaron en las elecciones generales de 2024, la industria de la criptomoneda se siente la verdadera ganadora.
Impulsados por las donaciones de algunas de las figuras más importantes de la criptodivisa y el capital de riesgo, tres comités de acción política vertieron más de 100 millones de dólares en esfuerzos para influir en las elecciones de 2024.
«Estas elecciones fueron una gran victoria para las criptomonedas», escribió el cofundador y consejero delegado de Coinbase Global Inc. Brian Armstrong, el 7 de noviembre en un artículo posteado en X.
Coinbase, un intercambio de criptodivisas fundado en 2012, donó alrededor de USD 55 millones al super PAC Fairshake, según los registros de la Comisión Federal de Elecciones. El Sr. Armstrong donó personalmente un millón de dólares.
Como escribió Armstrong, la industria tenía mucho que celebrar a principios de noviembre. Esta vio cómo sus candidatos preferidos llegaban a la Casa Blanca y ganaban escaños clave en ambas cámaras del Congreso. Él declaró que el 119º Congreso será el «más pro cripto de la historia».
En su mensaje, el líder de Coinbase escribió algo que suele insinuarse pero que rara vez se dice también en el mundo del gasto político.
«[Washington] recibió un mensaje claro de que ser anti-cripto es una buena manera de acabar con su carrera», dijo Armstrong.
De 10 céntimos a 89,000 dólares
Hace veinte años, poca gente había oído hablar de las criptodivisas, un término utilizado para referirse a las monedas digitales descentralizadas en contraposición a las monedas digitales de bancos centrales (CBDC) que están controladas y respaldadas por un gobierno o banco central. Una semana después de las elecciones del 5 de noviembre, un Bitcoin se negociaba a más de 89,000 dólares. El oro, en comparación, cotizaba a unos 2600 dólares la onza ese mismo día.
Entre 2007 y 2009, una persona o grupo conocido como Satoshi Nakamoto concibió y lanzó Bitcoin. Se trataba de un nuevo tipo de dinero digital protegido mediante tecnología de cifrado. A diferencia de la moneda tradicional, Bitcoin puede transferir valor en línea sin necesidad de un banco o un procesador de pagos. No está respaldado por ningún gobierno, moneda fiduciaria de un banco central o activo físico.
Bitcoin comenzó como una oscura novedad que valía menos de 10 céntimos por token. Sin embargo, su precio se disparó en la última década, creando un gran interés público por este activo digital. Según el sitio web de criptomonedas Coinranking, el 13 de noviembre la capitalización bursátil de Bitcoin rondaba los 1.83 billones de dólares.
Sin embargo, las encuestas de opinión pública muestran que la mayoría de los estadounidenses no confían en las criptomonedas como inversión. Un estudio del Pew Research Center publicado en octubre reveló que solo el cinco por ciento de las personas encuestadas en febrero se declararon «muy» o «extremadamente» confiadas en la fiabilidad y seguridad de las criptomonedas.
Según el mismo informe, el 17% de los estadounidenses ha invertido, negociado o utilizado alguna vez una criptomoneda. Como inversión, cerca del 38 por ciento de los encuestados dijo que la criptodivisa le resultó «peor de lo esperado».
Rick Claypool, director de investigación en la oficina del presidente de Public Citizen, declaró a The Epoch Times que la criptodivisa, en general, es un vehículo de inversión extremadamente volátil sin ningún valor intrínseco, uno que ahora es muy arriesgado para el inversionista medio.
Public Citizen, fundada en 1971, es una organización sin ánimo de lucro de defensa del consumidor. En mayo publicó un informe en el que describía la inversión de la industria de la criptomoneda en política como parte de una «estrategia para combatir las medidas represivas y diseñar un sistema regulador que cumpla las especificaciones de la industria».
Los reguladores toman la delantera
El creciente uso de las criptomonedas en la última década y la preocupación por los riesgos para el consumidor desencadenaron una carrera para empezar a regular esta industria de rápido crecimiento.
El rápido ascenso y la caída de Sam Bankman-Fried y su bolsa de criptomonedas FTX puso de manifiesto el potencial de fraude en un sector de la economía poco regulado.
En marzo, Bankman-Fried fue condenado a 25 años de prisión y a pagar 11,000 millones de dólares, por lo que el Departamento de Justicia de EE. UU. calificó de «orquestación de múltiples esquemas fraudulentos». Bankman-Fried fue acusado de robar más de 8000 millones de dólares del dinero de sus clientes a través de FTX y Alameda Research, una empresa de comercio de criptodivisas fundada por él.
Bankman-Fried fue detenido inicialmente en las Bahamas y extraditado a Estados Unidos, donde en diciembre de 2022 fue acusado de múltiples delitos de fraude. FTX se hundió en noviembre de 2022.
Un año antes, el presidente de la Comisión de Bolsa y Valores, Gary Gensler, solicitó al Comité de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado recursos adicionales para comenzar a abordar las preocupaciones regulatorias que rodean a la industria de la criptodivisa. En ese testimonio, dijo que toda la clase de criptoactivos estaba «plagada de fraudes, estafas y abusos».
Bajo Gensler, que fue nombrado comisionado por el presidente Joe Biden en abril de 2021, la SEC considera la mayoría de los criptoactivos como valores. Desde 2022, la SEC ha acusado a múltiples empresas de violar la ley federal de valores al ofrecer y vender valores no registrados.
Recientemente, el 9 de octubre, cuando él apareció en una conferencia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, Gensler declaró que sigue viendo a la criptoindustria como un semillero de «defraudadores», «estafadores» y «timadores».
Las acciones de Gensler lo convirtieron en el principal enemigo político de la criptoindustria, dijo Claypool.
Objetivos electorales
En 2024, la industria comenzó a gastar en causas políticas a través de tres comités vinculados: Fairshake, Defend American Jobs y Protect Progress. Claypool indicó que aunque estos PAC fueron fundados y financiados por cripto, ninguno de los anuncios y mensajes políticos que pagaron decía nada sobre criptodivisas o las posiciones de un candidato sobre regulaciones financieras.
Fairshake se lanzó en mayo de 2023. Según los registros federales, en sus primeros seis meses recibió donaciones de 1 millón de dólares o más de Armstrong, Coinbase y los cofundadores de la firma de capital riesgo Andreessen Horowitz, Marc Andreessen y Ben Horowitz. A finales de 2023, había recaudado unos 85.7 millones de dólares.
Los representantes de Coinbase, Andreessen y Horowitz no respondieron a una solicitud de comentarios de The Epoch Times.
Según su última declaración de la FEC, que cubre sus actividades hasta el 16 de octubre, el PAC recaudó alrededor de 118.4 millones de dólares y gastó alrededor de 153.3 millones de dólares en 2024. Sus principales donantes fueron Coinbase, ejecutivos de Andreessen Horowitz y Ripple Labs Inc.
Representantes de Ripple no respondieron a una solicitud de comentarios de The Epoch Times.
Los gastos independientes más importantes de Fairshake contra un solo candidato, por un total de más de 10 millones de dólares, se destinaron a oponerse a la representante Katie Porter (D-Calif.) en su intento de sustituir a la senadora saliente Laphonza Butler (D-Calif.). Porter perdió en las primarias del Partido Demócrata del estado frente al senador electo Adam Schiff (D-Calif.) en marzo.
Antes de las primarias de Porter, surgió un nuevo grupo político llamado Stand With Crypto Alliance. En su comunicado inaugural, fechado el 7 de febrero, Stand With Crypto dijo que planeaba lanzar un «cuestionario para candidatos y un programa de educación del votante» en California.
Stand With Crypto Alliance Inc. es una organización sin ánimo de lucro 501(c)(4) formada en 2022. Comparte una filosofía electoral con Fairshake y cuenta con el apoyo de Coinbase y otras empresas de criptodivisas. El comunicado del 7 de febrero decía que el grupo se creó más o menos al mismo tiempo que Fairshake.
Los representantes de Fairshake y Stand With Crypto no respondieron a la solicitud de comentarios de The Epoch Times.
Además de albergar recursos para organizar y gestionar las redes sociales, Stand With Crypto asigna calificaciones de amabilidad a más de 1000 políticos. Según su base de datos de calificaciones en línea, le dio a Porter una «F» y la calificó como «fuertemente en contra de las cripto» debido a sus votos en proyectos de ley en la Cámara, un mensaje publicado en su cuenta X y una declaración que hizo en 2022.
Schiff obtuvo una «A».
Más adelante, en el ciclo electoral, Fairshake comenzó a transferir fondos a los super PAC Defend American Jobs y Protect Progress. Esos PAC centraron sus gastos independientes en impulsar a republicanos y demócratas, respectivamente. Defend American Jobs consiguió unos 39,5 millones de dólares para Fairshake, mientras que Protect Progress obtuvo unos 24,7 millones. Además, ambos PAC recibieron donaciones de Coinbase, Ripple, Andreessen y Horowitz.
Claypool declaró que la industria de las criptomonedas respaldó a demócratas y republicanos para maximizar su influencia política y extraer tantos compromisos pro cripto como fuera posible de ambos lados del pasillo durante la temporada de campaña.
Según los registros de la FEC, la mayor parte de los gastos independientes de Defend American Jobs se destinaron a ayudar al candidato Bernie Moreno (R-Ohio) en su intento de desbancar al presidente del Comité Bancario del Senado, el senador Sherrod Brown (D-Ohio), lo que consiguió.
El PAC apoyó a Moreno con unos 40.1 millones de dólares en gastos independientes. Stand With Crypto calificó con un suspendido a Brown, senador durante tres mandatos, mientras que Moreno obtuvo un sobresaliente.
El 7 de noviembre, Armstrong aplaudió la salida de Brown, llamándolo «uno de los senadores más anti cripto que hay».
«El apoyo de los criptomineros a Bernie Moreno fue el factor clave de su victoria», dijo Armstrong.
Mientras tanto, Protect Progress utilizó unos 4 millones de dólares para respaldar al senador electo Rubén Gallego (D-Ariz.) y a la senadora electa Elissa Slotkin (D-Mich.). Ambos obtuvieron una calificación de «A» de Stand With Crypto.
A nivel nacional, Stand With Crypto declaró que 273 de los candidatos a la Cámara que calificó como «pro cripto» ganaron sus carreras, mientras que 122 candidatos que calificó como «anti cripto» también fueron elegidos. En el Senado, ganaron 19 de sus candidatos «pro cripto» y 12 de los «anti cripto».
En la carrera presidencial, Stand With Crypto dio a Trump una «A». Por el contrario, dijo que «no había suficiente información» para asignar ninguna calificación a su oponente del Partido Demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris.
En su plataforma política 2024, Harris solo hizo referencia al amplio término «monedas digitales», refiriéndose tanto a monedas digitales descentralizadas como centralizadas, y esbozó planes para «fomentar tecnologías innovadoras como la IA y los activos digitales, al tiempo que protegemos a nuestros consumidores e inversionistas».
Armstrong interpretó los resultados de las elecciones nacionales como un repudio total a Gensler «que intentó durante años matar ilegalmente a nuestra industria».
Aunque Trump declaró que el cripto «no era dinero» y que su valor se basaba en «vacío» en un posteo en X de 2019, cambió su tono en la campaña de 2024. En una aparición en julio en la Conferencia Bitcoin 2024 en Nashville, Trump prometió despedir a Gensler en su primer día en el cargo, poner fin a la «cruzada anticripto» de la administración Biden y garantizar que Estados Unidos será la capital mundial del cripto.
Claypool dijo que está preocupado por el número de posibles miembros de la administración entrante que tienen inversiones u otros vínculos con la criptoindustria. Por ejemplo, Trump nominó a Howard Lutnick, CEO de Cantor Fitzgerald y copresidente del Equipo de Transición Trump 2024, como su candidato a secretario de Comercio de Estados Unidos.
En un comunicado de julio, Lutnick declaró que su empresa apoya «firmemente» Bitcoin. También dijo que la firma es también un «custodio» de una importante criptodivisa alternativa conocida como Tether.
«Un club con forma de cripto»
Los principales patrocinadores de Fairshake dejaron claros sus objetivos políticos y sus futuros planes de gasto a finales de 2024. Claypool dijo que la industria de las criptomonedas está señalando que continuará tratando de moldear el gobierno de Estados Unidos a su gusto con su dinero.
En declaraciones publicadas en línea, tanto Stand With Crypto como Andreessen Horwitz dicen que creen que la criptoindustria desea lo que llaman claridad regulatoria.
En un mensaje publicado en el sitio web de la firma de capital riesgo, Chris Dixon, socio general de Andreessen Horowitz, dijo que la industria va a Washington «pidiendo establecer» reglas en lugar de hacerlas retroceder.
Stand With Crypto afirma en su página web que apoya dos proyectos de ley clave que se están estudiando en el 118º Congreso, el denominado FIT21 y la Resolución Conjunta de la Cámara de Representantes sobre SAB 121.
El primer proyecto de ley clasificaría las criptomonedas como materias primas en lugar de valores, y asignaría la mayor parte de la autoridad reguladora de las criptomonedas a la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC) en lugar de a la SEC. El segundo derogaría el Boletín de Contabilidad del Personal Nº 121 de la SEC, que Stand With Crypto llama «otro ejemplo de extralimitación regulatoria de la SEC».
«Ellos quieren legitimidad», declaró Claypool. «Ellos quieren una regulación ligera, a la medida de su elección».
Tanto Dixon como Armstrong dijeron en sus mensajes de principios de noviembre que sus firmas estaban ingresando más dinero en Fairshake para continuar su misión en 2026 y más allá. Armstrong dijo a principios de noviembre que Fairshake ya tenía 78 millones de dólares para gastar en las elecciones de medio mandato.
Claypool declaró que esa suma, combinada con los transparentes objetivos políticos de los benefactores del grupo, sirve de potente advertencia a cualquier posible detractor en el Capitolio.
«Ellos tienen dinero que pueden amenazar con descargar sobre los candidatos que se desvíen de su política preferida», dijo Claypool. «Eso envía el mensaje de que un garrote criptográfico sigue pendiendo sobre los legisladores que fueron (…)ostensiblemente elegidos para llevar a cabo los intereses de sus electores».
«Cuando se trata de estos temas, [los legisladores] podrían estar pensando en ese criptodinero (…) antes de pensar en lo que realmente es mejor para las personas que los votaron para el cargo».
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