El año 2021 pareció presentar una corriente interminable de eventos preocupantes procedentes de China, desde la exclusión de la bolsa de valores hasta inundaciones y el COVID-19.
Sin embargo, la buena noticia es que 2022 promete ser aún mejor. Entonces, ¿Cuáles son los eventos y las grandes noticias a las que deberíamos estar atentos en 2022?
La gran noticia en China en 2022 es la esperada «elección» del presidente Xi Jinping para un tercer mandato sin precedentes, rompiendo oficialmente con la tradición del Partido Comunista después del Gran Timonero Mao Zedong. Aunque la constitución china fue modificada, permitiendo que Xi se presentara a la reelección, no ha habido ninguna palabra oficial acerca de si se presentará a la misma. Extraoficialmente, el descontento por la ruptura de la tradición del Partido y el autoritarismo de Xi se ha hecho sentir. Un tercer mandato consolidaría su control sobre China y sobre el Partido, marcando el rumbo de China.
La deuda es siempre una constante a tener en cuenta en China, pero 2022 trae algunos cambios únicos a esta historia vieja. Será un año de «elecciones» en China, un período durante el cual Beijing históricamente ha aumentado los préstamos y los estímulos gubernamentales de manera significativa para asegurar el apoyo popular. Si a esto le sumamos un sector inmobiliario al borde del colapso y unos gobiernos locales muy endeudados, una economía en desaceleración que los funcionarios han prometido levantar y la forma en cómo los funcionarios decidan gestionar ese equilibrio será una noticia clave de 2022.
Se espera que los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing sean un momento político clave. Con el tambaleante boicot diplomático de varios países a los Juegos en febrero, China busca realizar un evento impecable y tranquilo. Contando con diplomáticos estadounidenses escoltan a los atletas a Beijing para garantizar su seguridad y NBC—la emisora olímpica de EE. UU. que suena más como a la CCTV que como medio de comunicación occidental—los funcionarios estarían esperando a que no haya grandes contratiempos. Sin embargo, con los boicots liderados por Estados Unidos y el proyecto de ley sobre trabajo forzado recientemente aprobado que ensombrece a una campaña de relaciones públicas tan global, cualquier pequeño evento podría convertirse en un gran problema para Beijing.
La temporada de construcción de primavera y verano será clave para tener en cuenta, ya que el 30 % de la economía china está vinculada al sector inmobiliario y a las infraestructuras. Los inventarios de mineral de hierro y las declaraciones de los reguladores bancarios indican que esperan que la construcción sea crucial para ayudar a estabilizar a China de cara a las elecciones en el cuarto trimestre. Especialmente con los ingresos de los gobiernos locales que dependen en gran medida de la venta de terrenos, y que han estado muy por debajo de las expectativas en la segunda mitad del 2021, la forma en que se desarrollen los bienes raíces en 2022 después de un mal 2021 repercutirá en la forma en que los consumidores y el Partido Comunista Chino (PCCh) ven sus logros.
La batalla en curso sobre las cotizaciones chinas fuera de China se desarrollará en 2022. Los reguladores estadounidenses han indicado que las empresas chinas deben cumplir con la normativa o enfrentar la exclusión, mientras que Beijing ha estado obligando a las empresas chinas a cotizar más en jurisdicciones amigas como Hong Kong. China, que cuenta con dos años de sólidos ingresos por exportaciones, disponen de dólares estadounidenses, pero las empresas chinas que necesitan divisas fuertes para expandirse en el extranjero y una mayor libertad tienen poco interés en las limitaciones de cotizar en China. La forma en que Estados Unidos y China manejen tanto las demandas nacionales como la estrategia diplomática será clave a medida que el reloj avanza en la exclusión de la bolsa.
Más que eventos específicos, queremos ver cómo se desarrolla la tendencia principal en China—el aumento del autoritarismo y la beligerancia contra aquellos que se consideran desafiantes—que tendrá lugar en 2022. La simple realidad es que, bajo el mandato de Xi, China se ha vuelto cada vez más tecnoautoritaria, junto con una política exterior cada vez más beligerante y expansionista en el extranjero.
A nivel nacional, esto ha significado un aumento de las luchas políticas internas y de las detenciones de quienes se perciben como enemigos, y que los leales sean trasladados a nuevos puestos. Si bien Xi puede ser genuinamente popular según algunos informes, también existe una profunda preocupación por el rumbo de China. Así como vimos medidas enérgicas contra empresas y líderes de tecnología aparentemente para colocarlos bajo el paraguas del estado, ¿Cuál será la próxima medida enérgica para ampliar el control del estado sobre todos los aspectos de la vida de las personas y las operaciones de las empresas? La cada vez mayor expansión del control estatal sobre todos los aspectos de la vida de sus ciudadanos y los acontecimientos que desencadena seguirán siendo la noticia dominante en China.
A nivel internacional, esto significa lo mucho que el PCCh amenaza a otros países. Desde el incremento de la beligerancia de China respecto a Taiwán hasta exigir que las empresas alemanas dejen de trabajar con empresas lituanas, Beijing ha declarado su intención de exigir el acatamiento a empresas, individuos y países por igual, ya sea dentro de China o en todo el mundo. Si bien han habido ciertas reacciones, las potencias clave desde Estados Unidos a Europa parecen conformarse con hacer poco más allá de emitir declaraciones de prensa sobre preocupación.
Fundamentalmente, por más agitados que sean los últimos años—desde Donald Trump hasta Hong Kong—2022 lleva adelante los mismos temas con algunos cambios y muestra pocos indicios de aliviar las tensiones que nos han traído hasta aquí.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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