Recientemente, casi un año después de que el virus del PCCh se extendiera en China, el régimen comunista inició un despliegue propagandístico para presentar el brote en Wuhan —la zona cero de la epidemia— como una historia de triunfo sobre la adversidad.
Con una producción conjunta, empresas de medios de comunicación estatales y privadas crearon la película «Días y noches en Wuhan», bajo la dirección de la oficina de cinematografía de la provincia de Zhejiang, la que se proyectará en los cines de todo el país el 22 de enero.
Según la prensa china, la película aportará «energía positiva» sobre el brote, con segmentos sobre funcionarios gubernamentales que visitan a los pacientes, personal médico en la primera línea del brote y personas que expresan su agradecimiento a los funcionarios locales.
La directora de la película, Cao Jinling, dijo a la emisora estatal CCTV que quería mostrar cómo la gente «se resigna a la adversidad» y que lo importante era «no quejarse de nada, sino simplemente aceptar lo que ha sucedido e intentar sobrevivir», de acuerdo a una entrevista el 12 de enero.
La película no aborda el modo en que las autoridades encubrieron el brote inicial, sino que confirma la existencia de un brote en un momento en que los mensajes en Internet de médicos denunciantes se volvían virales, y tampoco explora si la respuesta de las autoridades de Wuhan fue lo suficiente para contener el brote.
The Epoch Times informó previamente que a principios de 2020, los hospitales locales se vieron desbordados, teniendo que rechazar a los pacientes de COVID-19 que necesitaban tratamiento, además el personal médico se quedó sin suministros médicos y las funerarias se inundaron de cadáveres.
Mientras que la película busca retratar historias positivas, varias escenas muestran la dura realidad de vivir en medio de una pandemia.
Por ejemplo, un paciente varón de 70 años que sobrevivió a COVID-19 solo pudo comunicarse con su nieto a través de mensajes de audio.
Otra escena involucra a una joven cuya madre murió de COVID-19. La mujer no pudo visitar a su madre en el hospital durante el tratamiento. Después de la muerte, cuando la mujer fue al hospital a recoger las cenizas cremadas, una enfermera le devolvió un brazalete de jade que era uno de los pocos recuerdos amados por ella.
El abuelo de la mujer también contrajo COVID-19. Cuando le preguntó a la enfermera sobre el estado de su abuelo, la enfermera se sintió tan abrumada por la emoción que no respondió.
El régimen chino también está promoviendo otros esfuerzos de propaganda a la gente, como una exposición de arte en el Museo Nacional de China sobre «la lucha contra el COVID-19», que se abrió al público el 1 de agosto de 2020.
De acuerdo con el sitio web del museo, la exposición abarca unas 200 piezas de arte, incluyendo pinturas, esculturas y caligrafía, que representan «el gran espíritu de la lucha contra la epidemia». También demuestra que el gobierno central dirigido por el líder del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, ayudó al pueblo chino a derrotar el virus.
En Wuhan, el Museo de la Revolución presentó una serie de esculturas hechas de harina de trigo y arroz, una técnica tradicional china. Las esculturas representan cómo las autoridades «lucharon contra la epidemia».
Por otro lado, las autoridades siguen censurando la información sobre el brote de virus, ya que varias regiones del país están experimentando un resurgimiento.
Las palabras clave «Aniversario de Wuhan» están prohibidas en la Internet china.
Recientemente, varios ciudadanos chinos fueron multados y detenidos después de publicar en redes sociales información relacionada con la pandemia que no se ajusta a la narrativa oficial de una contención exitosa.
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