Maj Toure, el fundador de Black Guns Matter, una organización que lucha para proteger los derechos de la Segunda Enmienda garantizados por la Constitución de EE.UU., cree que los intentos de controlar la posesión de armas están impregnados de ideologías racistas.
En una entrevista con «Capitol Report» de NTD, Toure señala que la narrativa de que «las armas son solo para policías y delincuentes» y que la idea de que portar un arma de fuego es un tema tabú es falsa y está «inmersa en la práctica racista real del control de armas». Las ciudades en la región del noreste, que tienen poblaciones negras y marrones más grandes, son los lugares que tienen el mayor control de armas e, “irónicamente, ahí es donde está la mayoría de los delitos violentos”, dijo.
Durante el gran período migratorio, muchos negros del sur recién emancipados se trasladaron a grandes ciudades como Los Ángeles, Boston, Chicago, Filadelfia, Detroit y Nueva York. “Fue entonces cuando se creó el control de armas”, dijo Toure.
“Hay muchos aspirantes a servidores públicos que intentan fingir que… la posesión de armas es algo… racista cuando, en realidad, el control de armas se inició literalmente para evitar que los negros tuvieran recursos propios”.
Añadió que las «relaciones públicas», que buscan hacerle creer a la gente que la Segunda Enmienda va en contra de sus intereses, «se enfrentan al contexto histórico de que los afroamericanos tienen una rica tradición con las armas de fuego en Estados Unidos».
En los últimos años, los afroamericanos se han convertido en el “grupo demográfico nuevo más grande en la compra de armas” en Estados Unidos, dijo. “Estamos a favor de la libertad. Estamos a favor de la gente, estamos a favor de Estados Unidos, estamos a favor de la justicia, estamos a favor de la responsabilidad. Estamos a favor de las cosas que hacen que nuestras comunidades sean realmente sólidas, más seguras, más responsables”.
Control de armas
Los demócratas se han aprovechado en los últimos dos años de su control en el Congreso y en la presidencia para instituir medidas duras de control de armas. A principios de este año, el presidente Joe Biden promulgó una medida de control de armas que amplió las verificaciones federales de antecedentes para los compradores de armas entre los 18 y 21 años, así como incentivos adicionales para que los estados adopten las llamadas leyes de bandera roja, que hacen posible que las autoridades confisquen armas de fuego a quienes “muestran signos de ser una amenaza para sí mismos o para otros”.
Los demócratas, durante años, han tratado de criminalizar los “cargadores de alta capacidad” que no tienen una definición clara. El año pasado, se presentó una legislación en el Senado que busca prohibir los cargadores para más de 10 rondas.
En una entrevista con NowThisNews, el 23 de octubre, Biden dijo que está presionando por una legislación que limitará aún más el uso de cargadores de ocho balas.
Los defensores del control de armas argumentan que restringir el acceso a la posesión de armas de alguna manera conduciría a una disminución en los incidentes con disparos.
Sin embargo, tales argumentos fracasan cuando se observan lugares como Chicago, Nueva York y Filadelfia, que tienen algunas de las leyes de armas más estrictas del país, pero registran más violencia armada que lugares con leyes poco estrictas sobre el porte de armas. Los opositores al control de armas han señalado que este tipo de control solo restringe la propiedad de armas a los ciudadanos respetuosos de la ley.
Una encuesta del gobierno, realizada en 2016 entre reclusos, encontró que solo alrededor del 9 por ciento de ellos obtuvieron legalmente las armas que portaban en una tienda o en una casa de empeño.
En una entrevista con The Epoch Times, Thomas Hogan, miembro adjunto del conservador Instituto Manhattan y exfiscal federal, expresó su preocupación por el hecho de que se les quiten las armas a los estadounidenses respetuosos de la ley.
“De los 350 a 400 millones de armas de fuego en Estados Unidos, ¿Cuántas se entregarían?”, preguntó. “Todos los propietarios legales de armas entregarían sus armas, pero los delincuentes no”.
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