El 25 de abril de 1999, una petición pacífica conocida como la apelación del 25 de abril, en la que participaron miles de practicantes de Falun Gong, llamó la atención del mundo sobre esta práctica. Poco después, el 20 de julio de ese año, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzó una brutal campaña de persecución en su contra.
En los 25 años transcurridos desde entonces, la Persecución a Falun Gong ha continuado.
En el 25 aniversario de la apelación del 25 de abril, varios conocidos activistas chinos compartieron sus ideas. Ellos creen que Falun Gong es el grupo más perseguido y más numeroso contra el que atenta el PCCh.
Hu Ping, famoso crítico político que vive en Estados Unidos y es redactor jefe de la revista mensual Beijing Spring, con sede en Nueva York, dijo que conoció Falun Gong gracias a la petición pacífica del 25 de abril de 1999.
Más tarde, se asombró al descubrir, tras preguntar, que «entre mi círculo de amigos en China, no hay un solo hogar en el que no haya un practicante de Falun Gong. Me di cuenta de que Falun Gong era popular».
Lo que le asombró aún más fue que, a pesar de la severa represión del PCCh, sobre todo tras la matanza de la plaza de Tiananmen de 1989, un número tan significativo de personas se atreviera a hacer peticiones al régimen de Beijing.
«Aquel año coincidió con el 10º aniversario de la masacre de la plaza de Tiananmen e, inesperadamente, se produjo el incidente de Falun Gong del 25 de abril», dijo Hu. Lo que empezó siendo gente mayor practicando Falun Gong se convirtió, a ojos del PCCh y de su entonces líder Jiang Zemin, en «un severo desafío al PCCh».
«No esperaban que Falun Gong fuera tan tenaz. Una vez iniciada la represión, no pudieron librarse de ella. Se convirtió en un ciclo de represión, y ya no pudieron contenerlo».
Poco después, Hu llevó a cabo una amplia investigación. Descubrió que Falun Gong es fundamentalmente diferente de lo que el PCCh retrata. Descubrió que no hay ningún portavoz designado para Falun Gong. Los que representaban la práctica eran selecciones circunstanciales. Además, no existe una organización formal, ni una agenda política, ni mucho menos una conspiración. «Sin embargo, la opresión autoritaria del PCCh les obligó a emprender el camino de la resistencia».
Más tarde, el Sr. Hu escribió el libro titulado «El fenómeno de Falun Gong», defendiendo a Falun Gong y limpiando su nombre.
«Han pasado décadas y vemos que Falun Gong no solo no ha sido erradicado, sino que ha prosperado enormemente, sobre todo fuera de China. Somos testigos de su evolución hasta convertirse en una fuerza con un amplio compromiso público, que desempeña hoy un papel muy proactivo en la oposición a la dictadura del PCCh», señaló Hu.
«Podemos predecir que en el futuro, después de que China pase por la transición a la democracia, Falun Gong desempeñará un papel considerable en la reconstrucción moral de toda la sociedad china», pronosticó.
«Perseguir a Falun Gong conduce al colapso del PCCh»
Chen Liqun, vicepresidente del Comité Nacional del Partido de la Democracia China, declaró que «ningún otro grupo ha sufrido una matanza y una represión tan extensas por parte del PCCh. Falun Gong ha soportado demasiado sufrimiento, todo causado por el PCCh».
Ella indicó que Falun Gong ha sido un grupo espiritual pacífico. Para oponerse a la persecución del PCCh, el mundo ha sido testigo de cómo Falun Gong ha impulsado oleada tras oleada de resistencia popular en China, desde la aparición de la serie editorial «Nueve comentarios sobre el Partido Comunista», hasta los movimientos contra la persecución y la tortura. «Creo que este es el aspecto verdaderamente grandioso de Falun Gong», afirmó.
La Sra. Chen cree que el PCCh ha llegado a un callejón sin salida en su persecución de Falun Gong, y que el PCCh está entrando en la etapa del colapso.
«El propio PCCh ha alimentado a sus propios enterradores. Los activistas de derechos humanos, por ejemplo, al principio solo buscaban beneficios personales, pero al final se vieron forzados a la oposición. Lo mismo puede decirse de Hong Kong. Al principio, se trataba de salvaguardar los derechos cuando la gente se oponía al artículo 23. Pero al final, se convirtieron en la oposición. El PCCh está alimentando su propia desaparición al crear sus propios adversarios», afirmó Chen.
«La insensata brutalidad del PCCh obligó a muchas personas excepcionales, muchos doctores e intelectuales [practicantes de Falun Gong], a seguir el camino del anticomunismo».
La Sra. Chen cree que la resistencia de Falun Gong deriva de su fe en «la verdad, la benevolencia y la tolerancia».
«Su adhesión a ‘verdad, benevolencia y tolerancia’ puede unir a la gente y fomentar la cohesión. En este aspecto, Falun Gong ha dado un ejemplo notable».
Ella animó a las fuerzas democráticas de fuera de China a unirse a Falun Gong. «Llevamos más de 20 años al lado de Falun Gong. Hemos participado en muchas actividades de Falun Gong y nos hemos apoyado mutuamente», dijo la Sra. Chen.
«La mayor mancha de derechos humanos del PCCh»
El jurista y comentarista independiente, Yu Ping, estaba en Beijing cuando se produjo la apelación del 25 de abril de 1999. «Fue el incidente que me enseñó el inmenso poder de Falun Gong». «La petición, en la que participaron miles, incluso decenas de miles de personas, fue la primera de su magnitud desde la protesta de los estudiantes del 4 de junio de 1989», dijo el Sr. Ping.
Desde el punto de vista jurídico, considera que la represión contra Falun Gong por parte del PCCh es una importante violación de los derechos humanos.
«Desde el punto de vista de los derechos humanos y la libertad religiosa, se trata de una infracción muy grave, especialmente la prohibición total de una religión sin ningún proceso legítimo. Esto es muy poco frecuente», afirmó el jurista.
Como muchos abogados chinos que defienden a Falun Gong, él cree que Falun Gong es inocente.
«Falun Gong defiende sus propios derechos, lo que es legítimo, y el método de defensa es pacífico», dijo Yu. «Es puramente una cuestión de creencias, sin ningún comportamiento ilegal o perjudicial para la comunidad, y, sin embargo, el PCCh lo ha convertido en un asunto criminal. Esta es la mayor mancha a los derechos humanos durante el gobierno del Partido Comunista».
El espíritu de Falun Gong es «extremadamente, extremadamente, digno de respeto»
Li Hengqing estudiaba en la Universidad de Tsinghua cuando se produjo la protesta estudiantil de 1989, y fue de los últimos en retirarse de la plaza de Tiananmen.
Como activista estudiantil que se opuso al PCCh desde muy joven, afirmó que el malvado PCCh es el enemigo común, y que debe haber vigilancia mutua y solidaridad frente a él, un sentimiento de «animadversión compartida».
«En las dos últimas décadas, la brutal represión ha afectado a un gran número de personas, con los hechos extremadamente espantosos de la tortura, la sustracción de órganos, etc. La represión del PCCh contra Falun Gong ha alcanzado su punto álgido, en una operación sistemática y a escala industrial», afirmó Li.
«Pero, ¿cuál es el resultado final? (…) El factor crucial es la opinión pública. Es importante observar la dirección de la opinión pública y adaptarse a ella, de lo contrario, el partido será eliminado».
El Sr. Li declaró que la historia de decenas de millones de practicantes de Falun Gong persistiendo y resistiendo la persecución es «indestructible», su espíritu «es extremadamente, extremadamente digna de respeto».
Con la contribución de Shi Ping.
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