Grupos de derechos y otros han expresado su preocupación por los comentarios del vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, John Coates, que ha descartado presionar al régimen chino por su historial de derechos humanos antes de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022.
En declaraciones a los periodistas en el Club Nacional de Prensa de Australia el 13 de octubre, Coates dijo que el Comité Olímpico Internacional (COI) hace mucho hincapié en los derechos humanos.
«Pero el COI no es— la competencia del COI es garantizar que no haya abusos de los derechos humanos con respecto a la realización de los Juegos dentro de los Comités Olímpicos Nacionales o dentro del movimiento olímpico», dijo Coates, informó Reuters.
«No tenemos capacidad para ir a un país y decirles lo que tienen que hacer. Todo lo que podemos hacer es conceder los Juegos Olímpicos a un país, bajo las condiciones establecidas en un contrato de anfitrión… y luego garantizar que se cumplan».
Sus comentarios se produjeron en medio de las peticiones de grupos de derechos humanos y de legisladores estadounidenses e internacionales para que se boicotee el evento, o se posponga y se traslade, debido a los informes y las crecientes pruebas de que el régimen chino está cometiendo un genocidio contra los uigures y otros grupos minoritarios.
Rex Patrick, senador australiano, fue uno de los que expresó su desaprobación a la declaración de Coates.
«No puede haber neutralidad olímpica frente a un genocidio», dijo Patrick, según The Washington Post.
El Congreso Mundial Uigur, con sede en Alemania, también expresó su preocupación.
«El COI sigue ignorando los principios más fundamentales establecidos en la Carta Olímpica», dijo el congreso a través de Twitter el 14 de octubre. «El vicepresidente John Coates rechazó los llamados a #NoBeijing2022, diciendo que el historial de derechos humanos de China, incluyendo el #GenocidioUigur, no es competencia del COI».
La campaña del Partido Comunista Chino (PCCh) contra los uigures de Xinjiang ha sido calificada de genocidio por grupos de derechos humanos. así como por varias naciones, entre ellas Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido.
El exsecretario de Estado canadiense para Asia-Pacífico, David Kilgour, cree que Coates se equivoca.
«Coates está pasando por alto la larga historia de los Juegos Olímpicos, que incluye, de forma destacada, el respeto a todos los seres humanos», dijo Kilgour a The Epoch Times en un correo electrónico.
Los Juegos Olímpicos de Beijing de 2008 también fueron contrarios a estas tradiciones, añadió.
Anders Corr, director de la empresa de asesoría Corr Analytics, declaró a The Epoch Times que el COI no debería permitir que un país que comete genocidio organice los Juegos.
El COI está «mostrando una profunda carencia en su manera de tratar las atrocidades de China», dijo Corr, y añadió que el traslado de los Juegos no solo serviría para presionar al régimen chino en materia de derechos humanos, sino también para «demostrar una consecuencia que tendría un efecto disuasorio para otros regímenes potencialmente genocidas».
La Carta Olímpica establece que uno de los objetivos del evento deportivo es «promover una sociedad pacífica preocupada por la preservación de la dignidad humana». Muchos han argumentado que permitir que China sea la sede de los próximos Juegos de invierno es contrario a este principio, a la vez que legitima los abusos del régimen en materia de derechos humanos.
El PCCh ha sido acusado de violaciones sistemáticas de los derechos humanos, como las campañas contra los uigures y la persecución de los practicantes de Falun Gong. El régimen también ha sido acusado de suprimir las libertades civiles en Hong Kong y de sustraer órganos vitales de presos de conciencia, matándolos en el proceso para obtener beneficios. Los defensores de los derechos humanos, los abogados y los disidentes políticos también han sido objeto de la represión del Estado.
El 23 de julio, los legisladores estadounidenses exigieron al COI que pospusiera los Juegos de Invierno de Beijing 2022 y cambiara la sede si el régimen chino no detenía su campaña genocida contra los uigures.
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