Varios activistas nicaragüenses pidieron este miércoles en el Parlamento Europeo que la próxima cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC) aborde cómo la región latinoamericana puede ayudar a aislar el régimen de Daniel Ortega.
«Es cierto que Ortega va a tratar de perpetuarse en el poder, pero necesita dinero de la región y necesita turismo», señaló la investigadora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Ámsterdam, Julliene Weegels, en un evento celebrado este miércoles en el Parlamento Europeo.
Weegels reivindicó que en la cumbre UE-CELAC es necesario abordar «cómo los países latinoamericanos pueden actuar de una manera más contundente» para aislar el régimen de Ortega y que las fuentes de financiación del régimen se vean «comprometidas».
Los activistas que participaron en el acto subrayaron la necesidad de imponer sanciones al régimen porque, aseguraron, «sí afectan» al régimen, y de ejercer presión política y humana para «incomodar» a Ortega.
El eurodiputado del PSOE y presidente del Delegación para la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana(DLAT), Javier López, aseguró que lo que ha hecho la UE hasta ahora «no es suficiente» y consideró que los nuevos gobiernos de América Latina «tienen una responsabilidad enorme» en Nicaragua.
«En la cumbre UE-CELAC, que vamos a celebrar en julio, tenemos que ser conscientes de que tenemos una oportunidad de usar palancas para encontrar una salida a esta situación», apuntó López.
En esta línea, Weegels celebró que «los nuevos líderes latinoamericanos electos de izquierda» se hayan pronunciado en contra de Ortega.
Durante el acto, el activista nicaragüense Josimar Téllez, denunció el «exilio forzado» al que miles de ciudadanos se han visto obligados por la «subyugación» del régimen y «la ausencia de un estado de derecho» en el país.
Téllez tuvo que abandonar su país hace un año para huir del régimen de Ortega pues, aseguró, era la «única manera» de preservar su «libertad e integridad física» para poder seguir dando voz a los ciudadanos que «están silenciados» en Nicaragua.
Su hermano, Muammar Vado, fue uno de los presos políticos excarcelados y desterrados a Estados Unidos el pasado febrero, tras haber pasado 15 meses en la cárcel por cometer supuestos delitos de conspiración.
Téllez insistió en la necesidad de «frenar» a Ortega, pues alertó de que «es muy peligroso que un dictador se burle de la comunidad internacional y de los organismos internacionales y haga lo que quiera».
Por su parte, el vicepresidente del Parlamento Europeo, Marc Angel, recordó que la Eurocámara ya ha votado dos resoluciones para instar a Ortega a que respete los derechos humanos y reconoció que son «conscientes» de las violaciones de derechos humanos en el país.
Durante el evento, la investigadora Weegels presentó junto al refugiado y miembro de la Unión de Presas y Presos Políticos de Nicaragua (UPPN), Allan Gómez, un informe donde denuncian la tortura y los tratos inhumanos en la cárcel El Chipote, así como las secuelas físicas y psicológicas relacionadas con el estrés postraumático que sufren los excarcelados.
El informe revela que después de las torturas y violaciones que sufren la mayoría de los presos se les niega la atención médica, lo que constituye «una forma de tortura» que ha dejado graves secuelas en las personas que la sufrieron.
Asimismo, Weegels y Gómez incidieron en que las personas excarceladas sufren una «muerte civil» por no poder ejercer sus derechos (atención médica, educación pública, renovación de carnets y permisos de conducir, etc), lo que ha llevado a muchos al exilio.
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