A una pareja de israelíes se le negó la admisión a un hotel italiano donde habían hecho una reserva, luego que el gerente les acusara de ser «responsables de genocidio».
Una organización judía de Venecia, Italia, denunció el incidente el 14 de noviembre.
La pareja había utilizado una plataforma de reservas en línea para reservar dos noches para principios de noviembre en el Hotel Garni Ongaro de Selva di Cadore, un pueblo de montaña cerca de Cortina d’Ampezzo, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1956.
Un día antes de la partida, recibieron un mensaje del personal del hotel. «Buenos días. Les informamos de que el pueblo israelí, como responsable del genocidio, no es un cliente bienvenido en nuestra estructura», decía el mensaje.
El director del hotel les invitó entonces a anular su reserva, ofreciéndoles una cancelación gratuita.
El gobernador de la región, el Véneto, condenó el incidente, calificándolo de «extremadamente grave».
«Me siento profundamente perturbado y conmocionado por lo que ha ocurrido», declaró el gobernador Luca Zaia. «El Véneto debe garantizar que sus puertas están abiertas a todos».
Italia ha visto un aumento constante de incidentes antisemitas, alrededor de 80 a 90 a la semana durante el último año en comparación con 30 a la semana registrado antes, según el Observatorio de Antisemitismo de Milán.
En octubre, unos vándalos pintaron un mural en Milán que representaba a un superviviente del atentado de Hamás del 7 de octubre del año pasado, en el que murieron 1200 israelíes.
Estos hechos se están produciendo en un contexto de incidentes en toda Europa en los que israelíes y judíos se enfrentan a la ira o incluso a la brutalidad desencadenada por la guerra de Gaza.
Hasta ahora murieron 43,000 gazatíes. El ejército israelí afirmó que casi la mitad eran miembros de Hamás.
Unos aficionados israelíes al fútbol fueron atacados en Ámsterdam tras un partido el 7 de noviembre. En los disturbios al menos cinco personas resultaron heridas y 62 fueron detenidas.
El ejército israelí envió aviones a Holanda para evacuar a los israelíes que querían huir.
Los vídeos mostraban a hinchas israelíes ante los árabes antes del partido y a los atacantes gritando insultos contra Israel.
Los hinchas israelíes fueron emboscados fuera del estadio y por toda la ciudad.
Algunos fueron arrojados a canales, otros apuñalados y en algunos casos embistieron sus coches y les robaron teléfonos móviles y pasaportes.
Otros fueron asediados en hoteles o edificios de apartamentos o rechazados en comercios cuando buscaban refugio.
La prensa israelí, que calificó la violencia de «pogromo», expresó su indignación por el hecho de que algunos medios de comunicación la minimizaran como la típica violencia entre hinchas de fútbol.
Tres días después, decenas de alborotadores se enfrentaron a la policía, incendiaron un vagón de tranvía y rompieron ventanas mientras uno gritaba: «Judíos de cáncer».
Tras lo ocurrido en Ámsterdam, Francia tuvo que reforzar su seguridad en París, ya que se esperaba que miles de manifestantes protestaran en el partido de fútbol del 14 de noviembre entre Francia e Israel.
Francia duplicó los 2000 agentes habituales para un partido de fútbol de «alto riesgo».
Gran atención recibió la asistencia del presidente francés, Emmanuel Macron, al partido, «para enviar un mensaje de fraternidad y solidaridad después de los intolerables actos antisemitas» tras el incidente de Ámsterdam, que siguió al partido entre el Ajax y el Maccabi de Tel Aviv.
Con información de The Associated Press y Reuter
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