Un hombre de Pensilvania que esperaba su sentencia por entrar ilegalmente en el Capitolio de Estados Unidos durante la irrupción del 6 de enero murió el 20 de julio.
El forense Charles E. Kiessling Jr. declaró que Mark R. Aungst, de 47 años, de South Williamsport, cometió suicidio , según PennLive. Aungst fue técnico de servicio de pozos de gas, tenía una hija, tres hermanos y a su madre.
El 6 de enero de 2021, Aungst viajó en autobús a Washington para asistir al mitin «Stop the Steal» del expresidente Donald Trump. Él y una compañera, la coacusada Tammy A. Bronsburg se unieron a otras personas en la marcha hacia el Capitolio.
En el juicio, la fiscalía presentó pruebas de que Aungst y Bronsburg entraron en el Capitolio alrededor de las 14:45 y salieron 30 segundos después. Al cabo de 23 minutos, el dúo volvió a entrar en el edificio, tomando imágenes y videos con sus celulares mientras recorrían el lugar y entraban en la sala 145 del Senado. A continuación, Bronsburg posteó en su cuenta de Facebook un video que grabó mientras estaba dentro del Capitolio.
El dúo fue acusado de cuatro cargos, entre ellos un delito menor por pasear o manifestarse dentro de un edificio restringido, conducta desordenada en un edificio restringido, entrar y permanecer en un edificio restringido y conducta desordenada en un edificio del Capitolio.
Los tres últimos cargos serán desestimados en el momento de la sentencia. Por el cargo de delito menor, Aungst y Bronsburg se declararon culpables. La sentencia de Aungst estaba prevista para el 27 de septiembre. En caso de ser declarado culpable, podría haberse enfrentado a seis meses de prisión y 5000 dólares de multa.
El dúo estaba en libertad bajo palabra. Ni Aungst ni Bronsburg habían atacado a ningún oficial de policía mientras estaban en el Capitolio.
Presos del 6 de enero
A finales de junio, unas 840 personas habían sido detenidas en relación con el incidente del 6 de enero. Más de 300 se habían declarado culpables, y 80 recibieron penas de cárcel. Muchos de los imputados siguen languideciendo en las cárceles.
En una conferencia de prensa celebrada el 15 de junio, un grupo de legisladores republicanos denunció el trato que recibían los presos del 6 de enero, calificándolo de «gulag de Washington». Denunciaron casos de presos maltratados.
Los acusados del 6 de enero están siendo «utilizados como peones para colgarlos delante [de los estadounidenses] para mostrar que si cruzas una determinada línea, si apoyas a un determinado presidente —como el presidente Donald Trump— o si te atreves a hablar en contra del gobierno o … contra el robo de unas elecciones, vas a ser utilizado», dijo la representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.) durante su discurso.
En una entrevista con The Epoch Times, Joseph McBride, abogado de varios presos y acusados del 6 de enero, culpó al gobierno de «manipular las pruebas». Se supone que un detenido en prisión preventiva no puede ser castigado, ya que se le considera inocente hasta que se demuestre su culpabilidad.
Sin embargo, McBride reveló que sus clientes y otros como ellos han estado encerrados en celdas durante meses, han sido brutalmente agredidos, se les ha negado la atención médica y se han violado sus derechos humanos.
Con información de Patricia Tolson.
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