Adicto puertorriqueño que terminó en la cárcel da giro de 180° y ahora es un faro de luz para jóvenes

Por Cristina Bazán
02 de agosto de 2024 10:34 PM Actualizado: 03 de agosto de 2024 9:56 PM

Un pastor puertorriqueño que salió del mundo de la adicción, incluso después de estar en la cárcel, hoy se dedica a orientar a jóvenes y guiarlos para evitar que caigan en la misma trampa.

Juan Delgado, originario de Puerto Rico, es pastor de la iglesia cristiana Bridgeway Community Church en Columbia, Maryland, donde trabaja con jóvenes orientándolos a través del camino de la fe.

Delgado compartió en entrevista con The Epoch Times que fue director de un programa cristiano de rehabilitación para la adicción a las drogas y alcohol llamado Adult and Teen Challenge, con el cual se recuperó de la adicción que inició durante su adolescencia.

“Después de una […] gran, desafortunada, pero necesaria aventura por las calles, por las drogas y todas estas cosas, decidí entrar a un programa cristiano de rehabilitación de drogas, alcohol y todas esas cosas”, compartió el pastor .

En su juventud, Delgado consumió diferentes tipos de drogas, incluyendo la heroína, que se convirtió en su “droga de preferencia”.

“Estaba como en un túnel y […] no podía ver una salida. O sea, no había luz al final del túnel, todo era oscuro, todo era depresión, todo era locura”, recordó durante la entrevista.

Pero no llegó a ese punto de la noche a la mañana, había atravesado un largo camino y regresar no iba a ser fácil.

Delgado dijo que comenzó a involucrarse en pandillas en su adolescencia. Al principio fue por curiosidad y por no tener a una figura en la que pudiera confiar.

adicto-da-giro-de-180-ahora-es-faro-de-luz-para-jovenes1.jpg
(Cortesía de Juan Delgado)

Su mamá había sido madre soltera y él no contó con una figura paterna. Además, fue el único hombre de su familia, ya que solamente tuvo hermanas.

Aunque tenía un padrastro respetuoso y un “hombre de la iglesia”, llegó “tarde” a su vida, después de pasar por ese período crítico para su crecimiento.

En las pandillas y la calle, Delgado dijo haber encontrado la lealtad y la estabilidad que necesitaba en ese momento, solo para darse cuenta más tarde que ambas eran falsas.

Sin embargo, el alcohol y las drogas parecían llenar un vacío en su ser, y recurrió a ellos durante casi una década.

“Me inyectaba heroína y para mí llegó en el momento adecuado, en el tiempo inesperado. No me sentía solo, me sentía buscando algo más. Estaba buscando el significado de todo, de la vida, de mi existencia, del por qué… un montón de porqués, y no tenía ninguna solución”, expresó.

“Nunca podía llenar ese vacío”, dijo. “Después me di de cuenta que solamente Dios lo podía llenar”.

Delgado vivió en un familia creyente, iba a la iglesia los domingos, no se decían malas palabras en su casa y respetaba lo que su madre dijera.

“Todo esto fueron mis decisiones, porque yo no tuve […] —para no poner la culpa a nadie— yo no supe encontrar a alguien o personas que pudieran dirigir mi vida en una forma positiva.

adicto-da-giro-de-180-ahora-es-faro-de-luz-para-jovenes2.jpg
(Cortesía de Juan Delgado)

En 2002, cuando Delgado terminó en la cárcel por robo a mano armada en una estación de gasolina, su familia se enteró de su adicción. Fue condenado a 18 meses en prisión y, al cumplir su condena, le dieron 5 años de periodo probatorio.

Después empezó a integrarse a diferentes programas de rehabilitación a los que su familia lo llevaba.

“Hay muchos tipos de programas, 30 días, 60 días, 90 días, que si cuatro meses, un centro de desintoxicación aquí y un centro de desintoxicación acá, que si un centro de análisis dual para la esquizofrenia y depresión y bipolar, que si toma 333 pastillas…”, detalló.

Aunque lograba terminar algunos de estos tratamientos, al final caía de nuevo en sus viejos hábitos adictivos.

“Eran promesas tras promesas”, recordó. “Le robé a mi mamá, le robé a mis hermanas, le robé a mis primos, a mi familia”.

Las cosas fueron complicándose y acumulándose entre 2002 y 2009, hasta que una de sus hermanas puso un límite, advirtiéndole que era la última vez que lo apoyarían para ingresar a rehabilitación.

“Verdaderamente no quería entrar al programa. Solamente quería estar bien para mejorarme y así entonces seguir con lo que estaba haciendo. Con mis locuras, como decimos allá en Puerto Rico”, recordó.

“Solamente quería una cama con tres comidas y un techo. Eso es todo lo que yo quería, porque también me iban a sacar del apartamento donde estaba y todas estas cosas”.

Pero cuando ingresó al programa se dio cuenta de que realmente podría salir de la drogas.

adicto-da-giro-de-180-ahora-es-faro-de-luz-para-jovenes3.jpg
(Cortesía de Juan Delgado)

La oportunidad  que marcó la diferencia

El programa de Teen Challenge marcó una diferencia al darle la oportunidad que el joven Delgado necesitaba para salir de la dura vida que había llevado.

“Me presentaron a Cristo, me presentaron a Dios, me presentaron a Jesús y me dijeron que era una relación personal que tenía que obtener, pues entonces empecé a trabajar en eso. Empecé mis oraciones, la lectura”, dijo.

En la comunidad había una mentalidad de superación, “de que no querían estar donde estaban”, dijo. Esto lo impulsó a avanzar en el camino de su recuperación.

Delgado comentó que para salir de sus problemas, primero tuvo que admitir no podía hacerlo solo.

“Había tratado [desde] grupos de adicción, […] hasta falsas religiones”, dijo. “Hasta que tuve que admitir de que yo no podía solo y necesitaba un poder más grande que mí mismo, que no importa lo que yo hiciera, no iba a ser suficiente para mejorar. Necesitaba algo sobrenatural y eso sobrenatural fue cuando me presentaron a Jesucristo”.

La fe le dio la fuerza, la esperanza y la luz para salir adelante. “Cuando me presentaron esa realidad, la puse en práctica”, compartió.

En el programa le ayudaron a darse cuenta de las herramientas —habilidades y dones— que él ya tenía. Una de esas herramientas era el poder hablar con las personas, de la cual no era consciente.

También le enseñaron que “uno gana al servir” y aprendió que “cuando uno se entrega totalmente a otra persona a servirle de todo corazón, uno como que adquiere su energía”, dijo.

Al terminar el programa le ofrecieron la oportunidad de quedarse a trabajar como voluntario por seis meses en Maryland, donde nunca había estado y no conocía a nadie.

adicto-da-giro-de-180-ahora-es-faro-de-luz-para-jovenes4.jpg
(Cortesía de Juan Delgado)

“Fueron dos días después del Día de las Madres que llegué a la estación del tren con 10 dólares en mi bolsillo y dos bultos llenos de ropa. Y eso es todo”.

A los cinco meses pensó en regresar a su estado, pero no lo hizo.

“Entonces, seis meses se tornaron en un año. Un año se tornó en dos años. Dos años se tornaron en cuatro, cuatro se tornaron en ocho. Después me casé, tuve dos hijos más”, compartió.

“Cuando uno verdaderamente se entrega en los caminos del Señor y deja que el Señor guíe sus pasos, las cosas dan un giro total”, dijo.

Nunca imaginó que algún día se convertiría en pastor después de todo ese proceso.

“No podía verme en esa situación porque sentía que no podía darle nada a la comunidad. No fui un buen hijo, no fui un buen padre, no fui un buen ciudadano y esa era la vida que yo tenía”, dijo.

Sin embargo, entró al seminario para aprender y logró conseguirlo. Actualmente Delgado lleva 15 años de haberse recuperado de sus adicciones y continúa ayudando a su comunidad.

adicto-da-giro-de-180-ahora-es-faro-de-luz-para-jovenes5.jpg
(Cortesía de Juan Delgado)

Un faro de luz

Ahora Delgado tiene la misión de guiar a los jóvenes de Bridgeway Community Church, una iglesia a la que cataloga como “multicultural y multinacional”, que tiene alrededor de 1400 miembros provenientes de unos 60 países, incluyendo familias hispanas.

El pastor está a cargo de los adolescentes de 12 a 18 años. Su trabajo representa una oportunidad de ayudar a prevenir que pasen por situaciones similares a las que él vivió.

Era algo muy diferente a lo que había hecho en Teen Challenge, el programa que dirigía, y en el que trabajó con jóvenes y adultos.

Esta nueva experiencia le permite no solo orientar a los jovencitos, también a los padres de familia.

«Puedo ser algún tipo de guía, algún tipo de luz, algún tipo de faro para estos jóvenes y decirles: ‘tú no estás solo, yo he pasado [por eso], yo te entiendo y vamos entonces a hacer esto juntos y a la misma vez’. Entonces, [hay que] incluir a los padres también, porque también empieza en la familia”, dijo.

Delgado busca que los padres se sientan en confianza de hablar con él. Con los hispanos intenta que sientan que “somos iguales”, que “hablamos el mismo idioma, tenemos prácticamente las mismas costumbres”, dijo.

Aconseja a los padres darse un tiempo para “instruir» a sus hijos en el aspecto relacional, físico, pero también espiritual, por ejemplo, yendo a una iglesia.

También anima a los padres a tratar de entender a sus hijos desde su perspectiva de jóvenes, a tener una relación franca y abierta, ya que considera que eso es lo que ellos están buscando. Y es lo que ha aprendido en la relación con su hijo de 22 años.

“Le puedo explicar cómo soy, pero también tengo que entender que mientras ya he crecido y he evolucionado en mi pensamiento y en mi forma de ser, él está evolucionando y encontrando su forma de ser. Y mientras más honesto, más franco y más abierto él sea conmigo, más puedo moldear eso”, dijo.

También hace hincapié en que los jóvenes necesitan que “les den las reglas, les den la disciplina, pero que los entiendan sin juzgar”.

Esto es particularmente importante cuando las personas atraviesan problemas de adicciones, ya que generalmente piensan “que no hay solución” y algo básico es cambiar esta mentalidad.

“No, no necesariamente tiene que ser así”, dijo. Y señaló que hay que poder “ver la diferencia, de que sí hay solución, sí hay otra vida, sí hay esperanza”.

También compartió que algo fundamental para salir de las adicciones es reconocer que se tiene ese tipo de pensamientos y alejarse de ese ambiente: “Uno tiene que cambiar los lugares, las personas y las cosas”, señaló.

Por otra parte, para los jóvenes, Delgado tiene un consejo primordial: “Cristo es la única solución”.

Los anima a no darse por vencidos, aún a los no tan jóvenes que quieran salir de las drogas.

También los insta a confiar en que “sí se puede salir de cualquier situación” y que “sí hay personas que están dispuestas a ayudar a cualquier individuo que verdaderamente quiera echarle ganas a salir de cualquier situación negativa”.

Siga a Cristina Bazán en X/Twitter: @cristinaisbe


Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí


Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.