Como el virus del COVID-19 sigue mutando, la gente está ansiosa por encontrar una forma eficaz de prevenir la infección. Un estudio reciente revela que la administración de anticuerpos IgA por vía nasal puede repeler las múltiples variantes de Ómicron en las vías respiratorias.
El sistema inmunitario genera diferentes tipos de anticuerpos, cada uno de los cuales cumple funciones distintas. Los anticuerpos IgA de la mucosa respiratoria desempeñan una función protectora en el punto de entrada de los virus en las vías respiratorias, impidiendo su replicación o su entrada en los pulmones. Las vacunas contra el COVID-19 estimulan principalmente una respuesta de anticuerpos IgG en el organismo, con un impacto limitado en la inducción de anticuerpos IgA de la mucosa. La capacidad preventiva de los anticuerpos IgG generados mediante la vacunación con la variante original también es menos eficaz contra variantes de Ómicron.
En enero se publicó un estudio del Karolinska Institutet de Suecia en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). En él, los investigadores utilizaron la ingeniería genética para convertir los anticuerpos IgG en anticuerpos IgA, y los resultados revelaron que éstos mostraban una actividad neutralizante más robusta contra variante de Ómicron. En el caso de las subvariantes de Ómicron BA.1, BA.2, BA.4 y BA.5, la potencia de los anticuerpos IgA aumentó entre 25 y 75 veces en comparación con los anticuerpos IgG parentales.
Los investigadores trataron a ratones infectados con la variante de Ómicron administrándoles anticuerpos IgA por vía intranasal. Los resultados revelaron que el aerosol nasal redujo significativamente la carga viral en la tráquea y los pulmones de los ratones. En comparación con los anticuerpos IgG parentales, los anticuerpos IgA mostraron una mayor capacidad de unión a la proteína de espiga del SARS-CoV-2, el virus responsable de causar el COVID-19, lo que se tradujo en una neutralización más eficaz del virus.
Un estudio anterior descubrió que los anticuerpos IgA producidos en la mucosa respiratoria, ya sea a través de la infección con el virus del COVID-19 original o de la vacunación dirigida contra él, pueden prevenir eficazmente la infección por la variante de Ómicron. Cuanto más altos son los niveles de anticuerpos IgA en la saliva, menos susceptibles son los individuos a la variante de Ómicron. Por el contrario, incluso después de que una persona reciba la vacuna contra el COVID-19, la falta de anticuerpos IgA sigue suponiendo un mayor riesgo de contraer el COVID-19.
El equipo de investigación indicó que se espera que los anticuerpos IgA del aerosol nasal proporcionen al menos 24 horas de protección, y su objetivo es desarrollar aerosoles nasales con una protección aún más duradera en el futuro. Los investigadores creen que este aerosol nasal de anticuerpos IgA puede utilizarse tanto para medidas preventivas como para el tratamiento posterior a la infección. La administración directa de anticuerpos IgA a través del aerosol nasal es especialmente beneficiosa para las personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como los enfermos de VIH/SIDA, que no pueden generar suficiente inmunidad mediante la vacunación.
Inmunidad activa frente a inmunidad pasiva
Harold Marcotte, profesor asociado del Departamento de Bioquímica Médica y Biofísica del Karolinska Institutet y primer autor del trabajo, declaró en un comunicado de prensa que las vacunas pueden desencadenar la respuesta inmunitaria activa del organismo, mientras que los aerosoles nasales de anticuerpos IgA representan una estrategia de inmunización pasiva.
La respuesta inmunitaria activa consiste en que el sistema inmunitario genera anticuerpos por sí solo para eliminar los virus, mientras que la respuesta inmunitaria pasiva consiste en suplementar directamente los anticuerpos para adquirir la protección correspondiente.
El Sr. Marcotte añadió: «Lo ideal sería un enfoque de inmunización activa que indujera una respuesta inmunitaria en las mucosas, pero es de esperar que nuestro enfoque sea adecuado para proteger a los individuos más vulnerables, como los ancianos o las personas inmunodeprimidas».
Qiang Pan-Hammarström, autor correspondiente del estudio, afirmó que esta estrategia es muy prometedora, no sólo para el COVID-19 y sus nuevas variantes, sino también para otras enfermedades infecciosas como la gripe y la Helicobacter pylori (para las que actualmente no existe vacuna).
La mucosa constituye la primera línea de defensa contra la invasión vírica. Numerosos equipos de investigación se dedican a desarrollar medicamentos en aerosol nasal para mejorar la defensa de la mucosa contra los virus. Un estudio con animales publicado en Nature en 2022 reveló que una molécula denominada N-0385 puede impedir la entrada del virus del COVID-19 en las células. La administración de esta molécula poco después de la infección podría servir como opción de tratamiento temprano.
Los investigadores probaron este método de tratamiento en ratones con receptores del virus humano en sus células. Introdujeron N-0385 en los ratones mediante administración nasal en diferentes etapas: antes, durante y después de la infección. Midiendo indicadores como el peso y la temperatura, los investigadores comprobaron que este fármaco podía prevenir la aparición de la enfermedad en los ratones. Además, el fármaco redujo las tasas de mortalidad de los ratones infectados por el virus. Incluso cuando se administró 12 horas después de la infección, mostró una notable eficacia terapéutica.
Otros aerosoles nasales en desarrollo
1. Aerosol nasal de xilitol
El xilitol es un edulcorante natural bajo en calorías conocido por sus propiedades antibacterianas y antivirales. Experimentos in vitro han demostrado que los componentes del aerosol nasal de xilitol desempeñan un papel en la reducción de la carga viral y la prevención de la infección viral en las células.
2. Aerosol nasal de iota-carragenano
El iota-carragenano es un polisacárido extraído de algas rojas, utilizado habitualmente como gelificante en puddings o helados. Un estudio en el que participaron 400 trabajadores de hospitales de Argentina sugirió que el aerosol nasal que contiene iota-carrageenan puede reducir el riesgo de contraer COVID-19 en un 80%.
3. Spray nasal de óxido nítrico
Se ha descubierto que el aerosol nasal de óxido nítrico ayuda a prevenir la enfermedad grave causada por el virus del COVID-19. Un estudio a pequeña escala indicó que el aerosol podía reducir la carga viral en aproximadamente un 95% en 24 horas y en un 99% en 72 horas.
Un ensayo controlado aleatorizado en el que participaron pacientes con infección leve por COVID-19 descubrió que el aerosol nasal de óxido nítrico puede acelerar la eliminación del virus. Los pacientes que recibieron el aerosol nasal dieron negativo aproximadamente cuatro días antes que los del grupo de control.
Los científicos también están desarrollando vacunas intranasales de refuerzo para mejorar la respuesta inmunitaria de las mucosas. En julio de 2023, la Escuela Icahn de Medicina del Monte Sinaí de Nueva York anunció que CastleVax había completado los ensayos de fase 1 de su vacuna nasal. Se espera que el estudio finalice en la primavera de 2024.
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