El gobierno de Estados Unidos está “peligrosamente atrasado” en la lucha contra la guerra política de Beijing, dijo el jueves el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes.
En su informe de 300 páginas publicado el jueves, el comité dijo que el Partido Comunista Chino (PCCh) es una fuerza totalitaria que busca activamente destruir a Estados Unidos, y que el PCCh ha emprendido una guerra fría que está decidido a ganar.
El comité dijo que los responsables de la toma de decisiones en Estados Unidos tienen que “hablar con franqueza sobre la infiltración del PCCh”, pidió medidas más selectivas que sean específicas para China y criticó a la administración Biden, diciendo que carece de un “enfoque de todo el gobierno” para contrarrestar la amenaza.
The Epoch Times se puso en contacto con la Casa Blanca para recabar sus comentarios.
Tras estudiar 25 agencias federales, “lo que descubrimos es que no hay ningún plan», le dijo el presidente de la comisión, James Comer (R-Ky.), a NTD, medio asociado de The Epoch Times.
“No sólo eso, ni siquiera hay un proceso en marcha para educar a los empleados del gobierno y a los jefes de cada división y cada gabinete sobre exactamente qué buscar y cómo saber cuándo China se está comportando mal”.
Según el informe, la mayoría de las agencias federales no cuentan con una estrategia cohesionada para “identificar, contrarrestar y disuadir la guerra política del PCCh, demasiado a menudo porque las operaciones de influencia del PCCh han interferido con el juicio, la discreción y el cumplimiento de los deberes de las propias agencias federales”.
Citando ejemplos en algunas agencias, el informe dice que el gobierno ha confiado en China para comprar letras del Tesoro de EE.UU., no ha supervisado adecuadamente la adquisición por el PCCh de tierras agrícolas estadounidenses cerca de bases militares de EE.UU., no ha informado y educado a los estadounidenses sobre los riesgos asociados con los productos chinos, y no está estudiando, abordando o advirtiendo al público sobre la estrategia de “captura de élite” del PCCh dirigida a los gobiernos estatales y locales y a los líderes empresariales.
De las 25 agencias, la Administración para el Control de Drogas (DEA) fue la única que “reconoció de forma transparente” las campañas de infiltración del PCCh, tiene una estrategia para combatir una de ellas (a saber, el papel del PCCh en la crisis del fentanilo) y se comunicó con el pueblo estadounidense al respecto, según el informe.
China ha sido una de las principales fuentes de fentanilo y drogas relacionadas con el fentanilo, la principal causa de muerte por sobredosis en Estados Unidos.
Las organizaciones delictivas transnacionales chinas colaboran cada vez más con los cárteles mexicanos para enviar precursores de fentanilo a México, donde se transforman en productos de fentanilo que luego se introducen de contrabando en Estados Unidos. El fentanilo procedente de China también se envía directamente a Estados Unidos en pequeños paquetes.
“La DEA confirmó que los líderes de las TCO chinas ocupan cargos gubernamentales en el PCCh e indicó que las TCO chinas están dedicadas al PCCh”, dice el informe del Comité de Supervisión.
Sin embargo, el comité añadió que el esfuerzo de la DEA “sólo puede tener éxito hasta cierto punto” sin un consenso intergubernamental y un enfoque cohesivo ante “la guerra sin restricciones del PCCh y su relación con las TCO chinas”.
La guerra sin restricciones, término acuñado por dos coroneles chinos en 1999, describe los enfrentamientos por cualquier medio letal o no letal, incluyendo y no limitándose al terrorismo, la coerción económica, la desinformación y la propaganda.
Al caracterizar al régimen chino, el informe lo califica como una “fuerza totalitaria que esclaviza a su propio pueblo; vigila y acosa a los críticos del Partido y a las personas de ascendencia china en todo el mundo; envenena a decenas de miles de estadounidenses cada año con fentanilo; y busca activamente la destrucción de Estados Unidos”.
El régimen “busca la caída de Estados Unidos porque el PCCh considera que el modo de vida estadounidense es una amenaza” para su reinado autoritario, según el informe.
Según Comer, existe un creciente consenso bipartidista sobre esta opinión.
El expresidente Donald Trump identificó a China como un “competidor estratégico”, y la administración Biden dijo en 2022 que el régimen chino “alberga la intención y, cada vez más, la capacidad de remodelar el orden internacional” para su propio beneficio.
Aunque siguen existiendo diferencias en los planteamientos de ambas partes, como hasta qué punto Estados Unidos debe separar su economía de China y la retórica sobre China y el PCCh, coinciden en gran medida en el control de bienes y tecnologías estratégicas, la inversión en innovación, la deslocalización de las cadenas de suministro y la lucha contra las prácticas comerciales desleales de Beijing.
En su informe, el Comité de Supervisión afirma que Estados Unidos se enfrenta a “una nueva guerra fría” y se encuentra en una situación más vulnerable que durante la última guerra fría contra la Unión Soviética.
“A diferencia de la primera Guerra Fría, el adversario ya está dentro, habiéndose atrincherado en las fronteras, instituciones, empresas, universidades y centros culturales de Estados Unidos captando a las élites de los círculos influyentes”, reza el informe.
El comité dijo que un debate más sincero sobre las operaciones de infiltración del PCCh puede “cambiar las tornas a favor de Estados Unidos”.
Es uno de los cuatro componentes cruciales para el éxito de una estrategia de todo el gobierno para hacer frente a la guerra política del PCCh, dijo el comité.
Los otros componentes incluyen la sustitución de medidas agnósticas por un enfoque específico, la profundización de los conocimientos necesarios para ganar contra la guerra sin restricciones, dar a conocer al pueblo estadounidense la amenaza del PCCh y brindar recursos cuando sea apropiado para frustrar las ambiciones del PCCh.
La embajada china no respondió a la solicitud de comentarios de The Epoch Times al cierre de esta edición.
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