Un agente federal de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) fue detenido el martes por presuntamente haber entrado en el terreno del Capitolio el 6 de enero, según los expedientes judiciales.
El agente, Mark Sami Ibrahim, de California, no entró en el edificio, según los expedientes judiciales (pdf). Sin embargo, los fiscales dicen que mostró su placa y un arma de fuego de la DEA en las fotos del lugar, entró en una zona restringida del Capitolio y se subió al Monumento a la Paz, cerca del Capitolio.
Ibrahim, el primer agente de las fuerzas del orden federales detenido en relación con el incidente del 6 de enero, fue visto en una foto que se incluyó en los documentos judiciales. En ella se puede ver su placa y su pistola mientras sostiene una bandera que dice «Libertad o muerte».
Ibrahim, según los fiscales, «había estado participando en un chat de grupo de WhatsApp con al menos otros cinco agentes de las fuerzas del orden» y «publicó una fotografía de sí mismo de pie junto a una de las barricadas similares a las de las bicicletas que habían sido arrancadas por la multitud varios minutos antes».
Los fiscales añadieron que confirmó durante los interrogatorios que estuvo en el Capitolio el 6 de enero y dijo que llevaba consigo sus credenciales de la DEA, su placa y su arma de fuego. Los documentos también dicen que un amigo le pidió que fuera al Capitolio.
El FBI, según las autoridades, acusó a Ibrahim de ir a la manifestación para «promocionarse a sí mismo» porque quería crear una marca de cigarros y un podcast.
«Tenía mis credenciales. Tenía mi arma de fuego, y mi placa encima (…) Pero nunca se vieron (…) No que yo sepa», presuntamente dijo, según los documentos judiciales. Los fiscales, sin embargo, dijeron que las fotos de Ibrahim mostrando su placa y su arma desmienten sus comentarios a los investigadores.
Los documentos señalan que era un empleado a prueba y que había notificado su renuncia a la DEA.
«No estaba de servicio para la DEA y no tenía ninguna función como agente de la ley en el recinto del Capitolio», según el documento.
Hasta el momento, más de 500 personas han sido detenidas en relación con la irrupción en el Capitolio. El expresidente Donald Trump, que habló en un mitin antes del incidente, negó haber incitado a la violencia antes del incidente y ha señalado las declaraciones que hizo de que los manifestantes debían manifestarse pacíficamente.
En los últimos meses, los legisladores han alertado sobre varias docenas de personas que actualmente están detenidas en Washington D.C. por su presunta participación en la irrupción en el Capitolio, argumentando que se les está negando el debido proceso, que están recluidos en confinamiento solitario, que se les ha negado la medicina o que presuntamente han sido golpeados.
Uno de ellos, el congresista Louie Gohmert (R-Texas), declaró a The Epoch Times la semana pasada que es una señal de un sistema de justicia de dos niveles.
«El sistema de justicia de dos niveles se ha hecho realmente evidente para cualquiera que preste atención. Es realmente trágico», dijo Gohmert. «Pero el Departamento de Justicia ha sido capaz de asustar a muchos republicanos y a su gente que estaban pensando en volver a Washington y protestar».
«Y tienen miedo de hacerlo porque leen y escuchan acerca de estas personas que son encarceladas, que no hicieron nada malo, algunos de ellos —un joven de 18 años que es puesto en prisión y 23 horas al día en [confinamiento] solitario, y luego después de que una historia salió (…) y fueron a 24 horas de encierro».
Un abogado que representa a Ibrahim no ha respondido a una solicitud de comentarios.
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