La convergencia de la agresión rusa y las tecnologías chinas presenta una nueva y única amenaza de seguridad para las cadenas de suministro mundiales, según un experto en seguridad.
Clete Johnson, socio de Wilkinson Barker Knauer, afirmó que la invasión rusa de Ucrania y la asociación entre Rusia y China suponen un «cambio de época» en el ámbito de la seguridad, que posiblemente supere en consecuencias al del 11-S o al del final de la Segunda Guerra Mundial.
«Es un acontecimiento y una invasión de importancia histórica mundial», dijo Johnson.
En su intervención en un acto celebrado el 26 de abril en el Atlantic Council, un centro de estudios con sede en Washington, Johnson afirmó que la seguridad de las tecnologías de la información y las comunicaciones marcará el curso de las próximas décadas.
Johnson dijo que «la confluencia que tenemos con respecto a la fiabilidad y seguridad de la tecnología china junto con las duras consideraciones de seguridad muy reales de lo que Rusia podría hacer», presentaba una amenaza para la estabilidad mundial antes inimaginada.
«Ahora tenemos esta confluencia de dos potencias adversarias, una de las cuales es de repente un agresor violento», dijo Johnson.
Para frenar la influencia maligna del autoritarismo, Johnson dijo que tanto las empresas como los gobiernos de las naciones «democráticas de libre mercado» tendrían que trabajar de la mano, como un solo equipo.
«La cuestión para la industria es cómo navegar por todas las políticas, regulaciones y jurisdicciones internacionales», dijo Johnson.
Para ello, Johnson dijo que las nuevas políticas tendrían que desarrollarse a nivel internacional y construirse en torno a la experiencia compartida y el establecimiento de normas.
En este sentido, repitió los comentarios realizados recientemente por el exdirector de la inteligencia nacional, Dennis Blair, quien advirtió que los sistemas autoritarios y democráticos estaban dividiendo cada vez más el mundo en distintas «tecnoesferas», en las que sus tecnologías se estaban construyendo sobre lenguajes, reglas y normas mutuamente ininteligibles.
Johnson dijo que Occidente tendría que aprovechar mejor la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para detectar anomalías en la cadena de suministro mundial, ya que China y Rusia podrían aprovechar su influencia con terceros para limitar el acceso de los enemigos políticos a recursos vitales.
«Se necesitan sistemas para, en primer lugar, el conocimiento de las amenazas, y en segundo lugar, la detección de anomalías», dijo Johnson.
«Uno de los grandes beneficios de la IA y el aprendizaje automático es la detección de anomalías».
Johnson utilizó el ejemplo del ataque de Solar Winds, en el que los actores de la amenaza impulsaron una mala actualización a miles de usuarios del sistema al entrar y cooptar un servicio de actualización legítimo, interrumpiendo así las cadenas de suministro de una manera que afectó directamente al gobierno de Estados Unidos.
Para ello, dijo que las nuevas tecnologías tendrían que ser reevaluadas constantemente en cuanto a seguridad y que tendría que desarrollarse una cultura profesional y legal que aceptara mejor la búsqueda, el reconocimiento y, en última instancia, la reparación de los daños causados por las violaciones y otras deficiencias.
«Todos los inventos desde el fuego han sido utilizados por los buenos y los malos, en la guerra y por los delincuentes», dijo Johnson. «Así será, sin duda, en el futuro de la seguridad de la cadena de suministro».
«A todas las organizaciones les interesa resolver estas cuestiones».
«Si tienes un sistema que se miente a sí mismo y encubre los problemas, no vas a tener una buena empresa, no vas a tener un sector próspero».
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