Al detalle: China quiere tener robots asesinos para librar la próxima guerra

Por Andrew Thornebrooke
06 de mayo de 2023 2:28 PM Actualizado: 06 de mayo de 2023 2:28 PM

La guerra se apodera del mundo y las naciones más poderosas de la Tierra se enfrentan una vez más. Esta vez, sin embargo, son máquinas las que matan, libres de toda supervisión y responsabilidad humana.

Es un sombrío panorama de los futuros conflictos, pero el Partido Comunista Chino (PCCh) está trabajando para hacerlo realidad.

El PCCh está invirtiendo en plataformas dotadas de inteligencia artificial (IA) que espera que algún día lleven a cabo misiones letales en tiempo de guerra, sin intervención ni control humano.

Gregory Allen, director del Centro Wadhwani de Inteligencia Artificial y Tecnologías Avanzadas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, afirma que el régimen va mucho más allá de cualquier intento de mantener a un ser humano en el bucle de toma de decisiones de la IA.

«China persigue el desarrollo de armas autónomas letales, con IA», escribió Allen en un testimonio preparado para una audiencia del 13 de abril ante el Comité de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China.

«Los mejores indicios disponibles (…) sugieren que la estrategia de China es ambiciosa, yendo más allá de cualquier tipo de supervisión humana en el campo de la batalla, hacia una guerra cada vez más autónoma con IA».

Aunque el PCCh está invirtiendo fuertemente en una amplia gama de nuevas tecnologías, dice Allen, la IA es una de las principales. La capacidad del régimen para construir máquinas de guerra impulsadas por IA está alcanzando rápidamente la paridad con las de Estados Unidos, e incluso podría superarlas pronto.

«El liderazgo de Estados Unidos en el ámbito de la IA militar no está en absoluto garantizado», afirmó Allen.

«Aunque Estados Unidos tiene importantes ventajas, China puede tomar rápidamente la delantera con la adopción gubernamental y militar de capacidades de IA. Este es un resultado que Estados Unidos debería tratar de evitar».

Una foto tomada el 14 de noviembre de 2017 muestra un dron Wing Loong II de fabricación china en exhibición durante el Dubai Airshow. (Karim Sahib/AFP vía Getty Images)

Las plataformas autónomas de IA son «inevitables»

La búsqueda por parte del PCCh de armas y otras plataformas militares impulsadas por la IA, aunque no sea bien comprendida por muchos estadounidenses, lleva años en marcha.

Allen señala que se dio cuenta por primera vez de la notable ambición de tales objetivos allá por 2018. En ese momento, asistió a una conferencia en la que transcribió un discurso pronunciado por Zeng Yi, un alto ejecutivo de la empresa militar estatal china Norinco.

En esa oportunidad, Zeng describió las ambiciones de Norinco —y las expectativas del PCCh— para la futura implementación de armas de IA, diciendo que «en los futuros campos de batalla, no habrá personas luchando».

«Zeng predijo que para 2025, las armas autónomas letales serían algo común», dijo Allen, añadiendo que Zeng había descrito la adopción masiva de plataformas autónomas de IA como «inevitable».

Allen también señaló que los censores del PCCh eliminaron los comentarios de Zeng e incluso su participación de la lectura oficial de la conferencia poco después.

«A China no le interesaba que esa información salga a la luz», afirmó Allen.

Sin embargo, poco después, la empresa militar Ziyan, afiliada al PCCh, empezó a exportar sus drones Blowfish A2 y A3 al Medio Oriente. El Blowfish, un dron tipo helicóptero capaz de enfrentarse de forma autónoma a objetivos, utilizando ametralladoras y misiles, fue solo la primera realización de la ambición del régimen de transformar la guerra de un dominio humano a uno robótico.

Toma de decisiones militares hechas sin humanidad

Las ambiciones del régimen con respecto a la IA van más allá de los robots asesinos. El PCCh también está invirtiendo en el desarrollo de capacidades de IA relacionadas con la toma de decisiones militares y el comando y control.

En el centro de los objetivos del PCCh está la meta de «potenciar la intelligencia artificial», una transformación de la guerra mediante la integración masiva de la IA, la automatización y los macrodatos.

Zeng postuló que «la supremacía de la inteligencia será el núcleo de la guerra futura» y que «la IA puede cambiar completamente la estructura de mando actual, dominada por humanos» a una dominada por un «clúster IA» que funcione «igual que el cerebro del cuerpo humano».

Partiendo de esa visión, hay empresas chinas como 4Paradigm, la que fue contratada por el ala militar del PCCh, para desarrollar modelos de toma de decisiones con IA y software de trabajo en equipo entre hombre-máquina, con el objetivo de usarlo en una compañía y un batallón.

Tales programas persiguen esencialmente un fin: la reestructuración del ejército chino en un cuadro cada vez más centralizado de oficiales que dirigen enjambres de sistemas autónomos dotados de IA para que luchen de verdad.

Sam Kessler, analista de la empresa de asesoramiento sobre riesgos North Star Support Group, cree que el hecho de que el régimen se centre en trasladar la carga de la lucha bélica de los humanos a los sistemas con IA es indicativo de un reconocimiento más amplio entre los líderes del PCCh sobre la naturaleza revolucionaria de los sistemas autónomos inteligentes.

«El [ejército chino] pone mucho énfasis en tecnologías perturbadoras como los sistemas autónomos», dijo Kessler en un correo electrónico a The Epoch Times.

«Los sistemas de combate no tripulados con programas digitalizados de toma de decisiones pueden acelerar potencialmente el proceso de realización de tareas en el campo de batalla», añadió Kessler. «[Entre ellas se incluyen] ataques de precisión, reconocimiento exacto, reabastecimiento de fuerzas y realización de modificaciones sobre el terreno con mayor precisión y eficacia».

Estas capacidades, según Kessler, podrían proporcionar incluso a un ejército exiguo un profundo multiplicador de fuerzas, y podrían cambiar el equilibrio de poder en futuros conflictos.

«Quien posea este tipo de tecnología puede contribuir a que incluso la potencia militar convencional más débil o de mediano nivel tenga ventaja en un campo de batalla, o que esta se mantenga», afirmó Kessler.

Los visitantes pasan junto a un robot de seguridad AI (inteligencia artificial) llamado APV3 con un sistema de reconocimiento facial en la 14ª Exposición Internacional de China sobre Seguridad Pública y Seguridad en el Centro Internacional de Exposiciones de China en Beijing el 24 de octubre de 2018. (Nicolas Asfouri/AFP vía Getty Images)

El futuro de la guerra es robótico

El PCCh no está solo en su ambición de liderar una nueva revolución en los asuntos militares. Muchos líderes militares estadounidenses creen que el amanecer de los sistemas autónomos letales habilitados por la IA está cerca.

El jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, compartió una visión similar a la del chino Zeng. Milley cree que los ejércitos más poderosos del mundo serán principalmente robóticos dentro de 10-15 años.

«En los próximos 10 a 15 años, gran parte de los ejércitos de los países avanzados serán robóticos», afirmó Milley. Si a la robótica le añadimos la inteligencia artificial, las municiones de precisión y la capacidad de ver a distancia, tenemos la mezcla de un verdadero cambio fundamental».

«Eso es lo que se avecina. Esos cambios, esa tecnología (…) los estamos viendo dentro de 10 años».

El teniente general Ross Coffman, jefe del Comando del Ejército Futuro, cree que Estados Unidos entrará en 2040 en una era caracterizada por máquinas asesinas artificialmente inteligentes.

La asociación entre los soldados y la IA es como la que existe entre un perro y su amo, describió Coffman durante una cumbre celebrada el 28 de marzo entre dirigentes del Departamento de Defensa y expertos en tecnología.

En una guerra futura, sin embargo, serán los soldados los que ayuden a la IA a entrar en combate y no al revés.

«Yo creo que en 2040 vamos a ver un cambio en el que los humanos realizarán las funciones que permitan a las máquinas situarse en una posición de relativa ventaja, y no que la máquina sitúe a los humanos en una posición de relativa ventaja», dijo Coffman.

Según Kessler, es probable que este objetivo tenga un camino lleno de baches, ya que Estados Unidos se enfrenta a la adopción por parte de China de sistemas de IA letales.

«El Departamento de Defensa anunció recientemente su intención de seguir desarrollando IA y sistemas letales autónomos (…) que les permitan mantener una ventaja en el cambiante entorno de seguridad global», dijo Kessler. «Sin embargo, mantener un elemento humano involucrado en el funcionamiento de los sistemas letales autónomos y semiautónomos de IA también sigue siendo una prioridad».

«Dado que [el ejército chino] no está comprometido con esta estrategia y sistema de creencias del Departamento de Defensa, obligará a Estados Unidos a invertir mucho en ello. También requerirá que EE. UU. se asegure de que el equilibrio entre ser ético y llevar a cabo la supervisión no se interponga en el camino de ser letal y operativo al mismo tiempo».

Un microscopio de detección de cáncer de inteligencia artificial de Google se ve durante la Conferencia Mundial de Inteligencia Artificial 2018 (WAIC 2018) en Shanghái el 18 de septiembre de 2018. (STR/AFP/Getty Images)

Robots chinos e investigación estadounidense

A medida que el PCCh continúa su búsqueda de una guerra inteligente, Allen cree que una debilidad crítica que Estados Unidos debe superar es su apoyo indirecto a la industria china de IA.

Dado que Estados Unidos considera que la IA es una tecnología discreta y no una categoría de tecnología de uso general, como la electricidad o los comuputadores portátiles, el PCCh puede desarrollar inadvertidamente sus capacidades militares a través de asociaciones de investigación y desarrollo con Estados Unidos que, de otro modo, serían de carácter mundano.

«Los vínculos entre el sector de la inteligencia artificial de China y el de Estados Unidos son extraordinariamente profundos», afirmó Allen. «Realmente no hay una parte del ecosistema chino de IA que no se nutra de alguna manera del ecosistema estadounidense de IA».

Allen señaló que la mitad de los trabajos académicos chinos publicados sobre el tema de la IA cuentan con coautores estadounidenses.

Algunos de esos trabajos de investigación incluyen incluso colaboraciones entre grandes empresas estadounidenses y las compañías responsables del desarrollo pionero de la IA militar en China.

Por ejemplo, Intel llevó a cabo investigaciones con 4Paradigm, incluso al mismo tiempo que la empresa fue contratada para desarrollar modelos de toma de decisiones de IA para el ejército chino. Google, por su parte, ha colaborado ampliamente con entidades vinculadas al ejército en China a través de sus centros de IA con sede en China.

Esa investigación y cualquier desarrollo tecnológico posterior basado en ella en China pueden ser cooptados de forma efectiva por el PCCh a través de su estrategia de Fusión Militar-Civil (MCF), que ordena que toda la investigación y las tecnologías sirvan a las necesidades de seguridad nacional además de a las necesidades civiles.

Según Elsa Kania, investigadora adjunta del centro de estudios Center for a New American Security, el enorme volumen de investigación y desarrollo en inteligencia artificial que el régimen está recopilando a través de la Fusión Militar-Civil (MCF) está permitiendo al PCCh alcanzar tecnológicamente a Estados Unidos.

«Tenemos que reconocer que [la MCF] es un componente increíblemente importante del objetivo de China de alcanzar o superar a Estados Unidos», afirmó Kania. «En un momento dado, la cantidad y el volumen de recursos dedicados a estos esfuerzos empiezan a producir calidad».

Kania añadió que un objetivo clave de la Fusión Militar-Civil es hacer realidad el deseo del régimen de convertirse en «pionero en la vanguardia de las tecnologías que definen una nueva revolución en los asuntos militares», y «acceder y explotar tecnologías de doble uso», incluidas la inteligencia artificial y la robótica.

» Lo escrito lleva tiempo en la pared», dijo Kania. «La potenciación de la inteligencia es lo que el EPL considera como la guerra del futuro».

Como tal, Kania advirtió que, sin medidas de supervisión adecuadas, el desarrollo de armas habilitadas para la IA por parte del régimen continuaría a expensas de la seguridad nacional estadounidense.

“Existe el riesgo de que cualquier inversión en China [sin supervisión] (…) tenga el riesgo de contribuir inadvertidamente a la modernización militar”, dijo Kania. “Aquí se necesita una mayor supervisión y evaluación de las inversiones salientes en esas tecnologías (…) [para garantizar que] los flujos de financiamiento de EE. UU. no estén socavando inadvertidamente los intereses de EE. UU.”.


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