Al juzgar seriamente a EEUU, la dura postura de Beijing en Alaska refleja su enfado y su vergüenza

Por Alexander Liao
23 de marzo de 2021 5:00 PM Actualizado: 23 de marzo de 2021 5:00 PM

Opinión

Las conversaciones de alto nivel entre Estados Unidos y China en Alaska comenzaron con una batalla campal, un hecho poco frecuente en la diplomacia estadounidense-china. Habiendo juzgado mal la situación política de Estados Unidos, el Partido Comunista Chino (PCCh) se ha sentido frustrado y atrapado, y los diplomáticos chinos finalmente montaron en cólera en Anchorage.

Los diplomáticos estadounidenses y chinos de más alto rango se reunieron finalmente en Anchorage, Alaska, el 18 de marzo. Digo «por fin» porque los altos funcionarios de los dos países no se han reunido formalmente desde que el exsecretario de Estado estadounidense Mike Pompeo y el funcionario chino de política exterior Yang Jiechi se reunieron en Hawái el pasado julio. No solo eso, según la parte china, Estados Unidos y China han cortado casi todos los canales de comunicación de alto nivel. Por eso la reunión bilateral en Anchorage atrajo tanta atención mundial.

Las dos partes comenzaron a acusarse mutuamente con dureza nada más comenzar las conversaciones. La conversación inicial estuvo acompañada de un fuerte «olor a pólvora y a drama», dijo Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, en una conferencia de prensa el 19 de marzo.

Sea cual sea la perspectiva desde la que se mire el estallido entre las dos partes en Anchorage, me temo que no saldrán muchos resultados de las futuras conversaciones, y hay una alta probabilidad de que éstas acaben sin nada definitivo.

¿De qué hablaron los funcionarios en la reunión? ¿Quién fue el primero en romper los protocolos y hablar durante más de los dos minutos acordados durante el discurso de apertura? Creo que usted ya ha emitido su propio juicio. Todo esto no importa. Lo que importa es, ¿por qué?

El PCCh considera que Estados Unidos está en decadencia

«No se equivoquen: el Partido Comunista Chino cree que Estados Unidos está en decadencia, que ellos están en ascenso, y pretenden aprovecharlo al máximo», dijo Pompeo al presentador de Newsmax TV, Grant Stinchfield, en una entrevista el 18 de marzo.

«Llámelos un enemigo. Llámelos adversario. Llámelos como quiera. Pero su intención es ser la potencia dominante en el mundo, y pretenden hacerlo rápidamente», dijo Pompeo.

Añadió que el PCCh no cejará y logrará sus objetivos si la Administración Biden baja la guardia.

«La forma en que hablan de esto es que quieren ser la potencia dominante», dijo Pompeo. «Quieren tener la capacidad de ejercer su influencia política, su influencia militar, en cualquier parte del mundo, para poder moldear los resultados globales en su beneficio».

Pompeo subrayó que condenaba al Partido Comunista Chino y no al pueblo chino. «Cuando digo ellos, me refiero a su partido, el Partido Comunista, no al pueblo chino».

«La realidad es que sus palabras no significan mucho», dijo Pompeo. «Tratarán de retrasar y presionar su ventaja».

«Lo que la administración tiene que hacer es ser fuerte, imponer un coste real a China cuando se comporten mal, y asegurarse de que la libertad y la seguridad estadounidenses están al frente de todos los elementos de la política con respecto a China».

A Pompeo le preocupan dos cosas: que el PCCh gane tiempo con las negociaciones y que la Administración Biden parezca dura en la superficie, pero sea débil entre bastidores.

Señaló que el secretario de Estado Antony Blinken puede hablar con dureza en público, pero al final, tratará de llegar a un acuerdo en privado en los términos del PCCh y no en nombre del pueblo estadounidense.

Como antiguo diplomático estadounidense de alto nivel, Pompeo entiende sin duda la capacidad de negociación del PCCh. De hecho, esta estrategia se ha utilizado incluso antes de que se estableciera el PCCh. Me gustaría señalar que el PCCh solo emplea tácticas dilatorias cuando no tiene la ventaja.

No interferir en los «asuntos internos» de China

Los chinos quieren salvar la cara, algo que entienden todos los funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos. El PCCh expuso algunos puntos antes de las conversaciones. En primer lugar, Estados Unidos debía levantar los aranceles impuestos por la Administración Trump y levantar varias sanciones en materia de tecnología y otras áreas. En segundo lugar, el PCCh hizo una fuerte declaración de que todos los «asuntos internos» de China, incluyendo Xinjiang, Hong Kong y Taiwán, «no deben ser interferidos».

El Departamento de Estado anunció el 17 de marzo que había emitido sanciones contra 24 funcionarios chinos y de Hong Kong por la continua supresión de la libertad en Hong Kong por parte de Beijing. Esto fue una bofetada para el PCCh.

Si Estados Unidos sabe que el PCCh necesita salvar la cara pero insiste en hacer tal movimiento, muestra que la parte estadounidense claramente no espera o incluso quiere ningún «resultado positivo» de esta reunión.

El PCCh tampoco esperaba un gran avance en esta reunión, pero esperaba algunos de los llamados resultados constructivos. Antes de que comenzaran las conversaciones, la parte china reveló dos objetivos principales. Uno era establecer canales de comunicación regulares, como reunirse una vez al mes, y el otro era organizar una videollamada entre el mandatario chino Xi Jinping y el presidente estadounidense Joe Biden a finales de abril.

Pero la parte estadounidense se mostró fría, negando no solo que la reunión fuera un diálogo estratégico de alto nivel, sino también que fuera el comienzo de una serie de reuniones regulares, e incluso insinuando que no buscaría una reunión por video con Xi. Esto equivale a un rechazo total de las exigencias del PCCh.

Claramente, la actitud de línea dura de Blinken es el resultado de la percepción de la parte estadounidense sobre el desarrollo actual y futuro de la relación bilateral, más que una declaración superficial de posicionamiento.

La CNN informó de que un alto funcionario de la administración dijo a los periodistas que la delegación del PCCh llegó a Alaska con un propósito teatral. «La delegación china (…) parece haber llegado con la intención de ser grandilocuente, centrada en la teatralidad y el dramatismo públicos por encima de la sustancia», dijo el funcionario. ¿Por qué los diplomáticos chinos quieren hacer eso? Añadió que las «exageradas intervenciones diplomáticas de la delegación del PCCh suelen estar dirigidas a un público interno».

Creo que este funcionario tiene razón. Yang Jiechi y Wang Yi estaban actuando efectivamente con dureza, ciertamente para el público chino de China continental. Pero la pregunta es, ¿por qué quieren mostrarlo a la audiencia china en este momento?

Estados Unidos socialmente inestable, políticamente dividido

En realidad, el PCCh tenía grandes expectativas antes de las conversaciones bilaterales. Sus expectativas se basaban en algunas suposiciones básicas sobre el estado actual de las cosas en Estados Unidos.

En primer lugar, creen que Estados Unidos es ahora socialmente inestable y políticamente dividido, y que su declive es inevitable. El PCCh es un sistema totalitario y su comprensión de su entorno político interno influye en gran medida e incluso determina su percepción de los demás.

¿Qué ocurriría en China si el PCCh se enfrentara a los problemas que existen actualmente en Estados Unidos, donde los adversarios políticos se enfrentan abiertamente, las tensiones en la sociedad aumentan y la situación económica es incierta? Estos acontecimientos serían un precursor del colapso del régimen, ya que el PCCh perdería el control sobre la sociedad. Creo que el PCCh llega naturalmente a la misma conclusión de lo que le espera a Estados Unidos.

Alexander Liao es columnista y periodista de investigación sobre asuntos internacionales de Estados Unidos, China y el Sudeste Asiático. Ha publicado un gran número de informes, comentarios y programas de video en periódicos y revistas financieras chinas de Estados Unidos y Hong Kong.


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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

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