Al menos 74 migrantes perdieron la vida al naufragar el bote en el que pretendían cruzar el Mediterráneo y huir a Europa desde la ciudad libia de Khoms, informaron este jueves a Efe fuentes de Organización Internacional de las Migraciones (IOM).
Según las mismas fuentes, en la embarcación, fletada por mafias locales, viajaban un total de 121 personas, entre ellas varias mujeres y menores.
Servicios de guardacostas libios han logrado recuperar hasta el momento un total de 31 cuerpos, que han sido depositados en una playa de Khoms, mientras que 47 supervivientes fueron rescatados por un pesquero, que los retornó a puerto pese a que Libia está considerado un país «no seguro».
Una vez en tierra recibieron los primeros auxilios por parte de los miembros de la IOM antes de ser devueltos a centros de detención e internamiento, que según las distintas ONG que trabajan sobre el terreno carecen de condiciones dignas y en numerosas ocasiones están gestionados por algunas de las numerosas milicias armadas que existen en el país.
Tercer naufragio en una semana
Este es el tercer naufragio que se produce en la última semana frente a las costas de Libia, un país sumido en el caos y la guerra civil.
El martes, al menos 13 personas desaparecieron en aguas internacionales al hundirse el bote neumático que había salido unas horas antes de un playa próxima a la capital libia.
Según la IOM, organismo vinculado a la ONU, otras 11 personas más fueron rescatadas por la Guardia Costera libia y llevadas de vuelta a puerto, donde recibieron los primeros auxilios antes de ser interrogadas y trasladadas a centros de internamiento.
El miércoles, seis migrantes más perdieron la vida al volcar la embarcación en la que también pretendían huir tras haber pagado en torno a mil euros a las distintas mafias que actúan a lo largo de la costa oeste de Libia, un territorio bajo control del Gobierno de Acuerdo Nacional que sostiene la ONU en Trípoli (GNA) desde el fallido plan de reconciliación de 2015.
Ambos naufragios coincidieron con el rescate de otras 85 personas por parte del barco humanitario fletado por la ONG española Proactiva Open Arms, la única que está presente actualmente en el Mediterráneo central, considera la ruta más mortífera del mundo.
En menos de dos días, la tripulación del barco humanitario español ha realizado tres rescates y a bordo lleva ahora a más de 250 supervivientes y seis cadáveres, entre ellos un bebé.
Un país no seguro
Según datos de la OIM, solo en la última semana más de un millar de migrantes han sido interceptados en alta mar por patrulleras libias y devueltos a Libia, pese a que está considerado «un país no seguro».
Más de 11,000 personas, entre ellas 776 mujeres y 638 menores, han sido interceptadas y devueltas a Libia en los once meses de este año, mientras que 236 han perecido en el mar y 360 han sido dadas por desaparecidas en la llamada «ruta del Mediterráneo central», considerada la más mortífera del mundo.
Desde principios de octubre, alrededor de 1900 personas han sido interceptadas y devueltas, mientras que cerca de 800 han logrado llegar a Italia.
«La creciente pérdida de vidas en el Mediterráneo es una manifestación de la incapacidad de los Estados para tomar medidas decisivas y volver a desplegar la capacidad de búsqueda y salvamento dedicada y tan necesaria en el cruce marítimo más mortífero del mundo», dijo Federico Soda, jefe de la misión de la OIM en Libia.
“Hace mucho tiempo que pedimos un cambio en el enfoque evidentemente inviable de Libia y el Mediterráneo, incluido el fin de los retornos al país y el establecimiento de un mecanismo de desembarco claro seguido de la solidaridad de otros Estados. Miles de personas vulnerables siguen pagando el precio de la inacción tanto en el mar como en tierra”, indicó en un comunicado difundido hoy.
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