El jurista, Alan Dershowitz, dijo el miércoles que las demandas colectivas del presidente Donald Trump contra Facebook, Google y Twitter son «muy, muy importantes» para el futuro de la libertad de expresión en Estados Unidos, argumentando que las Big Tech tienen exenciones especiales del gobierno y no son empresas privadas cualquiera.
El expresidente, durante una conferencia de prensa en Nueva Jersey, anunció que se estaban presentando varias demandas en el Tribunal Federal del Distrito Sur de Florida. Le están pidiendo a un juez que ordene el cese inmediato de la supuesta prohibición de ocultamientos, censuras, inclusión en listas negras y cancelación de personas en las redes sociales. Trump también solicitó una indemnización por daños y perjuicios.
Dershowitz, profesor emérito de derecho de Harvard, le dijo a Newsmax que las acciones recientes tomadas por los gigantes de las redes sociales son «inconsistentes con el espíritu de libertad de expresión que subyace a nuestra Primera Enmienda». Según él, la demanda «sacudirá las cosas considerablemente, aunque no puedo predecir al final cómo saldrá».
La demanda de Trump, continuó, es «un caso complicado porque, como el presidente señaló, y como [la abogada] Pam Bondi señaló, estas no son sólo empresas privadas ordinarias: tienen una exención especial… y por lo tanto participan de algún tipo de acción gubernamental, y los tribunales tendrán que analizar esta cuestión».
Facebook, Twitter, Google y otras plataformas, bajo la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones de 1996, generalmente están protegidas de la responsabilidad por el contenido que publican los usuarios. La ley permite que las empresas de redes sociales también moderen sus plataformas eliminando publicaciones que violen sus términos y condiciones, siempre que actúen de «buena fe».
Bondi sugirió el miércoles que la Sección 230 actualmente está desactualizada porque fue redactada a mediados de la década de 1990 con la intención de proteger a los niños del contenido dañino en Internet. La forma en que las Big Tech utilizan actualmente la ley como escudo, argumentó, traspasa lo que originalmente pretendían hacer.
Twitter, Facebook y YouTube, propiedad de Google, suspendieron las cuentas de Trump en enero, alegando que el expresidente incitó a la violencia el 6 de enero y alegando que violó los términos y condiciones de las empresas con respecto a las acusaciones de fraude electoral.
«Lo que no queremos es que el gobierno les diga a las empresas privadas lo que pueden decir y lo que pueden hacer», dijo Dershowitz. “Eso estaría mal, pero no queremos que estas locas, públicas, enormes empresas monopólicas restrinjan nuestra libertad de expresión. La situación actual es inaceptable, y esta demanda, creo, sacudirá las cosas considerablemente, aunque no puedo predecir al final cómo saldrá».
Dershowitz señaló además que las empresas privadas deberían poder regular el contenido de sus sitios, un argumento común que se ha utilizado contra Trump y contra otros que han sido suspendidos de las redes sociales.
Pero dijo que «el argumento del otro lado es que no son realmente privados, y los tribunales van a tener que resolver eso».
«Hay algunos precedentes sobre eso, hay un caso llamado Marsh v Alabama, donde una ciudad propiedad de una empresa, prohibió la libertad de expresión y el Tribunal Supremo dijo, ‘no, aunque es propiedad de una empresa participa el público y por lo tanto la Primera Enmienda se aplica'», dijo Dershowitz.
Añadió: “Claramente, lo que está sucediendo aquí es una moderación previa. Es decir, le están diciendo al expresidente de Estados Unidos, ‘no te queremos en nuestras plataformas, no importa lo que digas, te vamos a reprimir’. Entonces, el problema no es tanto la moderación previa. Creo que todo el mundo reconocerá que se trata de una censura. Se trata de si la restricción previa está sujeta a la Primera Enmienda o si el propio [Trump] tiene derecho a la Primera Enmienda. Eso es lo complicado de esto, por eso lo llamo la nueva censura. La antigua censura implicaba puro gobierno. El macartismo. El Congreso. Hoy tenemos estas empresas que son los nuevos censores”.
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