El alcalde de un pequeño pueblo de Arizona dijo el lunes a Fox News que está muy preocupado por la oleada de migrantes en la frontera con México y el gran número que llegará a su comunidad «económicamente deprimida».
Chris Riggs, un alcalde independiente del pueblo Gila Bend dijo que vio un aumento en el tráfico peatonal en las últimas semanas, lo que atribuyó a que el gobierno federal no está haciendo lo suficiente para detener la entrada de las personas a Estados Unidos, a través de México.
«Nosotros apenas podemos atender a la gente que tenemos aquí y a partir del [2 de marzo], los asesores de la Patrulla Fronteriza básicamente están dejando a la gente aquí, [diciéndonos] ‘ellos son su problema'», dijo Riggs.
Gila Bend tiene una población de alrededor de 1900 personas y se encuentra en la parte suroeste del condado de Maricopa, a 70 millas al suroeste de Phoenix. Es una puerta de entrada al Monumento Nacional del Desierto de Sonora.
«Simplemente no tenemos la capacidad de atender a estas personas», añadió Riggs. «Francamente, nos va a costar decenas de miles de dólares al año poder darles solo una botella de agua y un sándwich cuando los dejan».
Muchos de los migrantes que intentan cruzar ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos afirman que el presidente Joe Biden les animó a venir.
«Biden nos prometió que todo iba a cambiar», dijo Gladys Oneida Pérez Cruz a The New York Times el 14 de marzo. La mujer viajó a la frontera con su hijo. «Todavía no lo ha hecho, pero va a ser un buen presidente para los migrantes».
Los demócratas culparon al gobierno anterior por el problema en la frontera sur, diciendo que había un «retraso» y que los migrantes se sienten ahora «esperanzados» por las políticas de inmigración más «humanas» del gobierno de Biden. El GOP, por su parte, culpa a las órdenes ejecutivas de Biden que se emitieron para revertir las reglas de inmigración de la era Trump.
«Hemos visto repuntes antes», dijo Roberta Jacobson, coordinadora de la frontera sur de Biden a principios de marzo, en respuesta a un reportero que preguntó si los aumentos repentinos de la inmigración estaban relacionados con el hecho de que el presidente deshiciera las políticas fronterizas de la era Trump.
«Las oleadas tienden a responder a la esperanza y había una esperanza de una política más humana después de cuatro años de demanda reprimida, así que no sé si llamaría a eso una coincidencia», dijo Jacobson.
El senador Jeff Merkley (D-Ore) señaló a CNN las políticas de inmigración del gobierno de Trump que, según él, crearon una acumulación de niños que esperan en México, cuando Alisyn Camerota le preguntó si es «justo llamar crisis a lo que estamos viendo hoy en la frontera».
Merkley dijo que los niños que llegan a la frontera ahora estaban «varados, algunos durante meses, algunos durante años, por el gobierno de Trump en México, bajo circunstancias completamente intolerables».
Los republicanos se apresuraron a denunciar la oleada de migrantes en la frontera y el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R- Calif.), encabezó una delegación de unos 12 representantes del GOP a la frontera el 15 de marzo.
Según Riggs la Patrulla Fronteriza no es capaz de darle ninguna información sobre el número total de inmigrantes ilegales que están siendo dejados, sus antecedentes penales o sus registros de salud.
«Estamos completamente en la oscuridad y hemos pedido documentación, algún tipo de documentación, que nos den algo, y todavía no estamos recibiendo nada, así que estamos realmente muy frustrados con la forma en que estamos siendo tratados por una crisis que ellos comenzaron», dijo el alcalde.
El Departamento de Seguridad Nacional no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
McCarthy dijo a los periodistas que los médicos con los que habló en su visita a la frontera dijeron que más del 10 por ciento de los migrantes dan positivo en el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) antes de ser liberados en las comunidades estadounidenses.
«Ellos se están almacenando juntos. En una época en la que el presidente mantendrá nuestro país cerrado, entonces tal vez tengamos la esperanza de un Cuatro de Julio, para reunirnos solo con nuestra familia, ¿cuánta propagación de COVID está creando cada día con sus políticas a lo largo de esta frontera?», cuestionó McCarthy.
A Riggs le preocupa que la población anciana de su ciudad quede expuesta al virus a través de los inmigrantes ilegales que están llegando a su comunidad.
«Tengo muchas personas mayores y ancianos aquí entre Gila Bend y San Lucy Village que son susceptibles de contraer el COVID», indicó.
«Nosotros no hemos visto el brote [del virus del PCCh] que otras áreas han visto en Arizona, sin embargo vamos a ser castigados por sus decisiones», dijo.
El alcalde dijo que su casa es adyacente al Monumento Nacional del Desierto de Sonora, y cuando da paseos ve más inmigrantes ilegales y «mulas de drogas», alguien que contrabandea drogas en nombre de una organización más grande.
La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos declaró que en febrero se encontraron con más de 100,000 inmigrantes en la frontera. Numerosos funcionarios electos que representan a las zonas fronterizas describieron la situación como una crisis. Los funcionarios de la Casa Blanca declinaron hasta ahora referirse a ella como tal.
«Es necesario que se detenga. El gobierno federal tiene que dar un paso adelante y hacer su trabajo. Ellos son los que crearon este problema, tienen que arreglarlo», dijo Riggs.
Con información de Jack Phillips.
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