El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, dijo el jueves que la ciudad está considerando la posibilidad de restringir la entrada a ciertos parques para evitar el hacinamiento, en un intento de detener la propagación de COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh, comúnmente conocido como el nuevo coronavirus.
El alcalde dijo que los esfuerzos impulsarán los esfuerzos para mantener las medidas de distanciamiento social a medida que el clima se calienta y más gente sale al aire libre.
«Hay ciertos parques donde la configuración se presta a la superpoblación y estamos trabajando en estrategias en este momento para hacer frente a eso», dijo durante su sesión informativa diaria sobre COVID-19.
El alcalde dijo que la decisión de considerar la imposición de límites de entrada a los parques viene después de «extensas conversaciones» con otras agencias y que anunciará más detalles sobre la iniciativa el viernes.
«No hay duda de que en una caja de herramientas de enfoques que podríamos utilizar para ayudar a asegurar que el distanciamiento social funciona, si tenemos algunos parques que están tal como están establecidos es demasiado fácil que haya hacinamiento, no podemos permitir que eso suceda y tenemos que limitar el número de personas que entran», dijo de Blasio.
El alcalde indicó que los topes de entrada no cubrirían todos los parques de la ciudad de Nueva York.
«No son tantos lugares, honestamente, pero donde sea que eso ocurra, vamos a trabajar con un protocolo para hacerlo. Se necesitará algo de experimentación, se necesitará un esfuerzo para asegurarnos de que funciona, pero creo que es una buena dirección», dijo.
En Nueva York, el estado más afectado del país, los bares y negocios minoristas considerados no esenciales permanecen cerrados y los restaurantes se limitan a los negocios de comida para llevar y de entrega a domicilio.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha comenzado en los últimos días a esbozar los criterios para aflojar las restricciones en su estado, después de una disminución de tres semanas en las hospitalizaciones y una tendencia a la baja en el conteo de muertes diarias.
El Presidente Donald Trump ha permitido en gran medida que los gobernadores determinen su propia respuesta al brote, pero los ha alentado a que empiecen a reabrir, preocupados por la devastación económica causada por el cierre nacional.
Dejando las decisiones en manos de los estados y las localidades, la reapertura del país ha sido una labor de retazos, que va de cauteloso a agresivo.
El alcalde de Los Ángeles Eric Garcetti anunció que a partir del viernes, las floristerías, jugueterías, tiendas de música, librerías, tiendas de ropa y de artículos deportivos podrán ofrecer recogida en la acera.
El Condado de King de Seattle, uno de los primeros puntos de atracción del virus, planea reabrir los senderos para caminatas y más de 28.000 acres de espacio para parques el viernes, aunque los baños, los refugios para picnic y las áreas de juego permanecerán cerrados.
En general, los estados han mantenido sus sistemas de transporte público en funcionamiento, pero han cerrado sus edificios de escuelas públicas y cambiaron a la enseñanza a distancia durante el resto del año académico.
Reuters contribuyó con este informe.
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