Ante el aumento de la violencia de las últimas semanas, los alcaldes de la ciudad de Nueva York y Chicago, en Estados Unidos, culparon en parte al virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, un demócrata, dijo que la pandemia de COVID-19 provocó que el sistema judicial se desconectara y condujo a enormes pérdidas de empleos.
«No hay duda de que a medida que nos acercamos a un clima cada vez más cálido y estamos sintiendo los efectos de que la gente esté encerrada durante meses, la economía, obviamente, no se ha reiniciado en ninguna parte en la medida en que lo necesitamos. Así que hay mucho menos que hacer para la gente», dijo De Blasio a los periodistas el lunes, haciendo referencia al bloqueo que los funcionarios estatales y municipales implementaron para tratar de frenar la propagación del virus,
«Tenemos un verdadero problema aquí y creo profundamente el hecho de que nuestro sistema judicial no funciona y necesita funcionar de nuevo, subyace a todo esto», añadió.
La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, en una aparición este lunes en el programa «New Day» de la CNN, en relación a los últimos tiroteos dijo que hubo múltiples factores y también citó la pandemia.
«El ecosistema de seguridad pública que no es solo las fuerzas del orden, es decir que es local, basado en la comunidad, ellos también se han visto muy afectados por el COVID, y ahora están volviendo y poniéndose en pie», dijo Lightfoot.
Cincuenta y seis personas recibieron disparos en Nueva York durante el fin de semana con al menos nueve muertes. En Chicago además se registraron 87 personas baleadas, 17 de las cuales murieron.
El jefe del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York (NYPD), Terence Monahan, habló de un tema diferente, coincidiendo en que el sistema judicial era un problema, pero también culpando a la reforma de la fianza, que permite una liberación más rápida de los sospechosos, la liberación de algunos reclusos por temor a las aglomeraciones durante la pandemia, y la hostilidad que los agentes de policía están enfrentando en medio de los esfuerzos por desfinanciar a los departamentos.
«El ánimo hacia la policía ahí fuera es tremendo. Casi todos con los que tratamos buscan luchar contra un oficial de policía cuando vamos a hacer un arresto», añadió, pidiendo apoyo vocal para la policía como una forma de «levantar la moral baja», dijo Monahan a los periodistas.
Monahan calificó de «locura» la aprobación por parte del Ayuntamiento de una ley que tiene por objeto impedir que los agentes restrinjan la tráquea y las arterias carótidas de los sospechosos, alegando que los agentes «tienen miedo, si están haciendo un arresto, de que si su rodilla se pone en la espalda de alguien con el que están luchando, puedan ser procesados».
«Eso es un problema. Eso hace que nuestro policía dé un paso atrás», dijo.
En una reunión de prensa separada en la sede de la policía de Nueva York, el jefe adjunto de la Policía de Nueva York, Jason Wilcox, citó la reforma de la fianza y acusó a los fiscales de distrito de ser reacios a procesar los llamados crímenes contra la calidad de vida.
Muchas de las personas que fueron acusadas por los grandes jurados de delitos con armas están libres porque los tribunales están cerrados y por la reforma de la fianza, dijo Wilcox.
«Como si estos tremendos desafíos no fueran suficientes, la ciudad de Nueva York tuvo días y días de marchas anti-policía que honestamente aplastaron la moral de nuestros policías, y crearon un gran sentido de rencor hacia la policía», añadió.
Monahan se reunió el lunes por la mañana con el juez principal del estado y los fiscales de distrito de los cinco distritos sobre cómo frenar la violencia con armas de fuego, según De Blasio.
El domingo el tumulto se extendió al público en medio de una ola de tiroteos, con varios oficiales de policía de alto nivel pidiendo en redes sociales un mejor liderazgo junto con las continuas llamadas de los sindicatos de la policía.
En Chicago, el superintendente de Policía, David Brown, dijo a los periodistas que los funcionarios necesitan mantener a los criminales violentos en la cárcel por más tiempo e instó a la renovación del programa electrónico.
«No nos detendremos hasta que esta violencia termine. Eso significa todos nosotros», dijo Brown.
De jueves a domingo, los oficiales hicieron 98 arrestos por armas de fuego y recuperaron 173 armas en total, dijo la policía. Los totales de este año son 4874 armas recuperadas y 2368 arrestos por armas.
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