Alemania está en la primera línea de la «nueva Guerra Fría» de Occidente contra las influencias chinas y rusas, ha dicho un importante think tank (instituto de investigación) británico.
Mientras que Rusia ha estado tratando de socavar la confianza pública en las instituciones democráticas, China se ha centrado principalmente en los activos económicos, dijo el Instituto Real de Servicios Unidos (RUSI), un think tank de defensa con sede en Londres, en su último informe.
La dependencia económica de Alemania con China está causando crecientes preocupaciones en Berlín, dijo el informe, y el comportamiento del régimen chino durante la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) está acelerando el cambio en la percepción alemana de las relaciones bilaterales.
Tanto China como Rusia han estado explotando las vulnerabilidades de la estructura política descentralizada de Alemania, a menudo evitando a Berlín para ejercer una influencia directa sobre los gobiernos regionales, según el informe.
«La participación de Rusia y China en la sociedad, la política y la economía alemanas, así como su posible infiltración, es una amenaza no solo para la mayor economía de Europa, sino también para el propio continente y para las instituciones democráticas occidentales más grandes», concluyó.
Percepción cambiante
Aunque muchos líderes empresariales alemanes siguen siendo extremadamente cautelosos a la hora de criticar al régimen chino, las relaciones económicas de Alemania con China están siendo ahora reevaluadas por muchos en el mundo de los negocios y la política.
En particular, varias adquisiciones chinas de empresas de tamaño mediano, como la del principal fabricante de robots Kuka, han dado lugar a un cambio de posición y a que se perciba a China como un competidor estratégico.
«Mientras el mercado de exportación se mantuvo fuerte, China comenzó a ser vista cada vez más como un rival en lugar de como una oportunidad sin fin», decía el informe de RUSI.
El comportamiento del régimen durante la crisis del virus del PCCh también ha despertado dudas.
El régimen chino intentó influir en la opinión pública alemana sobre los orígenes del virus, intentando presionar a los funcionarios alemanes para que alabaran públicamente el manejo del brote por parte de Beijing.
La creciente beligerancia de China, como se puso de manifiesto durante la pandemia, según el informe, ha «centrado las mentes alemanas más decididamente en las desventajas junto con las ventajas de su relación comercial con China».
Divisiones europeas
El informe, escrito por John Kampfner, investigador asociado superior de la RUSI, forma parte de una serie de documentos sobre las actividades de Rusia y China en Europa.
En su introducción a dicha serie, la directora general de RUSI, la Dra. Karin von Hippel, analizó el objetivo estratégico de China.
El régimen chino quiere asegurarse de que Europa no haga causa común con Estados Unidos para delimitar el margen de maniobra global de China y desviar cualquier crítica europea al historial de derechos humanos de China, escribió.
Las divisiones dentro de Europa han impedido que Occidente adopte una estrategia y respuesta unificadas, dijo. Por ejemplo, los amigos europeos más cercanos de China, en particular Grecia, Hungría y Portugal, han bloqueado repetidamente la política de la UE sobre China.
Pero la pandemia ha «acelerado la curva de aprendizaje y reforzado la creciente preocupación por China», escribió. «Demasiados países se dan cuenta ahora de lo excesivamente dependientes que han sido de China para los bienes cruciales, a menudo en su detrimento».
Cathy He contribuyó a este informe.
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