Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron el miércoles en una guía actualizada en su sitio web que ciertas personas vacunadas no tienen que estar en cuarentena después de estar expuestas a alguien con COVID-19.
«Las personas totalmente vacunadas que cumplan los criterios ya no tendrán que estar en cuarentena después de contacto con alguien con COVID-19», dijo la agencia federal. «Se proporcionan consideraciones adicionales para los pacientes y residentes en entornos de atención médica».
«Las personas totalmente vacunadas», según los CDC, son individuos que han recibido la dosis completa de una vacuna de dos dosis o de una dosis única durante más de dos semanas. Para evitar la cuarentena, las personas también tendrán que cumplir dos criterios adicionales: que «estén dentro de los tres meses siguientes a la recepción de la última dosis» de su vacuna y que «hayan permanecido asintomáticos desde la actual exposición al COVID-19».
Los CDC añaden que las personas que no cumplen los tres criterios deben seguir sus directrices de cuarentena, que estipulan que deben mantenerse alejadas de los demás durante dos semanas tras la exposición al COVID-19.
Los que están «totalmente vacunados» aún deben vigilar los síntomas si se exponen al virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa el COVID-19, durante dos semanas. Además, todavía tienen que seguir las orientaciones actuales de los CDC para reducir la propagación del COVID-19, que incluyen las prácticas de usar una mascarilla, mantenerse a dos metros de distancia de los demás, evitar las multitudes y los espacios mal ventilados, y la higiene personal.
«Esta recomendación de eximir de la cuarentena a las personas con inmunidad derivada de la vacuna se alinea con las recomendaciones de cuarentena para las personas con inmunidad natural, lo que facilita su implementación», dicen los CDC. Añade que «se ha demostrado que la vacunación previene el COVID-19 sintomático» y que se cree que la transmisión puramente asintomática tiene un papel menor en la propagación del virus, en comparación con la transmisión sintomática o presintomática.
Actualmente, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE. UU. ha autorizado dos vacunas para uso de emergencia en el país: una creada por Pfizer y su socio BioNTech, y otra creada por Moderna y los Institutos Nacionales de Salud. La FDA tiene previsto revisar la vacuna de Johnson & Johnson para su aprobación de uso de emergencia a finales de este mes.
Los fabricantes de medicamentos no pueden ser demandados por daños monetarios en los tribunales por las lesiones causadas por las vacunas u otras contramedidas para el COVID-19, según una enmienda a la Ley PREP.
La aprobación de la vacuna de Pfizer-BioNTech por parte de la FDA supuso la primera vez que se aprobaba una vacuna que utiliza la tecnología del ARN mensajero (ARNm). El ARNm transporta un segmento de material genético de la proteína Spike del SRAS-CoV-2, y lo utiliza para provocar una respuesta inmunitaria que permita al organismo detectar y combatir el virus completo.
«Cuando una persona recibe esta vacuna, su cuerpo produce copias de la proteína Spike, que no causa la enfermedad, pero desencadena que el sistema inmunitario aprenda a reaccionar de forma defensiva, produciendo una respuesta inmunitaria contra el SARS-CoV-2», dice un anuncio de la FDA.
La vacuna de Moderna utiliza la misma tecnología de ARNm. El Dr. Tal Zaks, director médico de Moderna, afirma que la composición de las dos vacunas no es idéntica, ya que algunos de los lípidos o grasas que las recubren son diferentes.
«No asumiría necesariamente» que las reacciones adversas fueran las mismas, dijo anteriormente, en respuesta a las noticias de casos limitados de receptores que experimentaron respuestas físicas indeseables a la vacuna.
Con información de Reuters y The Associated Press.
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