Opinión
“Los principales aliados de Biden trabajaron para un grupo con estrechos vínculos con el Partido Comunista Chino (PCCh)”, titula un artículo del 5 de julio en el Washington Free Beacon. Los aliados de Biden incluyen a Jacob Lew, exsecretario del Tesoro, y Kurt Campbell, funcionario del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), un brazo de la Casa Blanca.
Campbell fue designado por Biden para dirigir la política de Asia en el NSC y, según el artículo, Campbell se desempeñó anteriormente como presidente del Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China, un grupo financiado por empresas “conocidas por trabajar en estrecha colaboración con funcionarios chinos y grupos de fachada del Partido Comunista Chino».
En un artículo de enero titulado: «El zar de la política asiática de Biden ayudó a fundar un grupo ‘fuertemente influenciado por el PCCh'», el Free Beacon mencionó a Campbell como exvicepresidente de U.S.-China Strong Foundation, un grupo “cuyos líderes incluían a miembros prominentes de los frentes de propaganda del régimen chino en el extranjero». Según el artículo, la Fundación ha promovido al ejército chino, a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y también se asoció con el Centro Estadounidense del Instituto Confucio, citado por el Departamento de Estado como promotor de los esfuerzos de propaganda de Beijing para los académicos de todo el mundo.
U.S.-China Strong Foundation fue financiada por Florence Fang, presidenta de la sección de San Francisco de la Asociación Nacional para la Unificación Pacífica de China. Según Beacon, la Asociación es dirigida por el Departamento de Trabajo del Frente Unido, una agencia de propaganda del PCCh. El año pasado, la U.S.-China Strong Foundation desapareció de Internet, pero el Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China sigue activo.
En enero, según el artículo de julio de Beacon, Campbell cedió el paso a Jacob Lew, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, como presidente del Comité Nacional. Se esfuerza por abrir los mercados chinos a los donantes corporativos del Comité Nacional, incluyendo la empresa BlackRock, que incumbe a Tom Donilon, quien asesoró a Biden en su candidatura a la presidencia en 1988.
Como asesor de seguridad nacional de Obama, Donilon orquestó el movimiento para poner al vicepresidente Joe Biden al frente de la política de China. Donilon discrepó en que «una potencia en ascenso y una potencia establecida están de alguna manera destinados al conflicto» y abogó por «un diálogo militar más profundo entre Estados Unidos y China».
Según Politico, Donilon fue un arquitecto clave del “cambio hacia Asia” y en la dirección por el cargo de director de la CIA. Otros asesores se sentían incómodos con Donilon en el puesto de la CIA, «debido a su función actual como presidente del BlackRock Investment Institute«. Ese instituto colabora con el Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China, el cual trabaja en estrecha colaboración con los grupos de fachada del PCCh.
En febrero, según el Washington Free Beacon, el presidente del Comité Nacional, Jacob Lew, organizó un evento para el funcionario chino Yang Jiechi, quien pidió el fin de las críticas de Estados Unidos hacia las acciones de China en el Tíbet, una región ocupada por China desde la década de 1950. El mes anterior, la funcionaria del Comité Nacional, Carla Hills, exrepresentante comercial de Estados Unidos, criticó la política comercial de la administración Trump con China. «Ni Lew ni Hills rechazaron la retórica de sus homólogos chinos», según el artículo de Beacon.
Como exsecretario del Tesoro, Lew ejerce una influencia considerable, pero él tiene otro lado. Lee Smith, autor de «El complot contra el presidente», señala que Lew fue uno de los más de una docena de funcionarios de la administración Obama que solicitaron desenmascarar al asesor de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn. Otros incluyeron al director de la CIA, John Brennan, el director del FBI, James Comey, la embajadora de la ONU, Samantha Power, y el vicepresidente, Joe Biden.
Durante la campaña de 2020, el exvicepresidente dijo que los chinos “no es mala gente, amigos. ¿Pero adivinen qué? Ellos no son una competencia para nosotros». Esa fue la opinión de Tom Donilon, quien orquestó el movimiento para poner a Biden a cargo de la política de China, y cuyo BlackRock Investment Institute colabora con el Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China.
El analista de inteligencia Anders Corr dijo al Washington Free Beacon que este tipo de grupo tiende a promover el «compromiso» y la «acuerdo». Por otro lado, explicó Corr, «el PCCh está usando estas palabras como encubrimiento para las operaciones de infiltración».
Mientras tanto, el leal a Biden, Tom Donilon, no consiguió el puesto de la CIA, pero la influencia de la familia sigue siendo fuerte. La esposa de Donilon, Cathy Russell, formó parte de la junta asesora de transición de Biden y fue nombrada directora de la Oficina de Personal Presidencial de la Casa Blanca. El hermano de Tom, Mike Donilon, estratega en jefe de Biden durante la campaña de 2020, es ahora un asesor principal de la Casa Blanca. Como informó The New York Times, Mike Donilon es ahora «el defensor de la marca Biden».
En esa marca, los chinos comunistas «no son mala gente» y «no son una competencia para nosotros». Con la colaboración de los aliados de Biden con los grupos de fachada del PCCh, el “diálogo entre militares más profundo entre Estados Unidos y China” que quería Tom Donilon no se demorará mucho.
Lloyd Billingsley es autor de «Yes I Con: United Fakes of America», «Barack ‘em Up: A Literary Investigation», «Hollywood Party» y otros libros. Sus artículos han aparecido en muchas ediciones, incluyendo Frontpage Magazine, City Journal, The Wall Street Journal y American Greatness. Billingsley se desempeña como investigador de políticas en el Independent Institute.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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