Análisis de noticias
India se está preparando para librar una guerra en dos frentes, mientras que Pakistán está descubriendo que el coste del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) incluye una deuda agobiante, la pérdida de su alianza con Estados Unidos y un posible conflicto con India.
En 2018, el Banco Mundial advirtió a los países que participan en la iniciativa de La Franja y la Ruta de China (BRI) que se sabe que el proyecto causa riesgos de deuda, riesgos sociales, corrupción y proyectos de infraestructura estancados o congelados. Si se añade el aumento del terrorismo, la injerencia política de los militares y las tensiones de China con India y Estados Unidos; esto describe el impacto del CPEC en Pakistán.
La exembajadora estadounidense Alice Wells, directora de la Oficina de Asia Meridional y Asia Central, le dijo al Centro Wilson que el régimen chino está explotando a Pakistán. En ese momento, la deuda de Pakistán con China ya había aumentado a USD 15,000 millones, sin incluir USD 6700 millones adicionales de deuda comercial. Los proyectos se cotizaban a precios inflados y, una vez iniciada la obra, el precio se incrementaba aún más.
Originalmente, se suponía que el trabajo para mejorar el ferrocarril de Karachi a Peshawar costaría USD 8200 millones. El Ministerio de Ferrocarriles de Pakistán anunció que el precio se había negociado en hasta USD 6200 millones. Pero luego se informó que el precio había subido a USD 9000 millones. A pesar del alto nivel de desempleo en Pakistán, CPEC emplea principalmente a trabajadores chinos. Los préstamos «sin condiciones» de Beijing han fomentado la corrupción, y la falta de transparencia hace que sea difícil saber exactamente lo que debe Pakistán, lo que se ha gastado y cuántos trabajadores chinos hay en Pakistán.
En Baluchistán, donde se encuentra el puerto de Gwadar -el punto final del CPEC-, los periodistas que luchan contra la corrupción han sido amenazados e incluso asesinados. Según los periodistas pakistaníes, no ha habido ningún tipo de información independiente sobre el CPEC, y los únicos reporteros a los que se les ha concedido acceso al puerto de Gwadar eran de medios de comunicación estatales chinos o pakistaníes.
Si bien el escrutinio al CPEC no está permitido en Pakistán, las autoridades y los inversores chinos son plenamente conscientes de los crecientes desincentivos para seguir invirtiendo dinero. Los proyectos de CPEC se desaceleraron después de las elecciones de 2018 en Pakistán debido a la percepción de fragilidad política, aumento de los ataques terroristas, corrupción, falta de rentabilidad, y recesión económica. Para 2019, las inversiones y proyectos de CPEC se habían estancado casi por completo.
En 2020, Asim Ayub, director de proyectos de Cooperación Industrial de CPEC, informó que cuando el borrador de la cooperación industrial propuesta para el próximo año fue remitido a los chinos, fue recibido con poco entusiasmo. Peor aún, se pospuso la próxima reunión del Comité Conjunto de Cooperación (CCM). Parecía que Beijing ya no estaba tan emocionado de continuar con el CPEC.
Se suponía que el CPEC se reiniciaría con fuerza en 2021. En realidad, los proyectos siguen sin terminar y muchos parecen no avanzar. El puerto de Gwadar es el componente más importante del CPEC y, sin embargo, en la ciudad de Gwadar, los lugareños no han podido obtener agua potable. Por temor a ataques contra el proyecto, los chinos exigieron una mayor seguridad y una valla que rodee el puerto. Sin embargo, los nacionalistas baluchis protestaron en medio de rumores de que el área sería vallada y luego puesta bajo control federal directo.
Como resultado de la insistencia de Beijing, se creó una autoridad CPEC en Pakistán para coordinar los proyectos del CPEC. La autoridad del CPEC fue consagrada por ley, y un general retirado, Asim Saleem Bajwa, fue nombrado jefe. Ahora los lugareños temen que el control discrecional sobre los proyectos por valor de USD 70,000 millones se traslade del gobierno civil al ejército. Además, Bajwaa ha sido acusado de amasar una fortuna en bienes no revelados y activos en el extranjero durante su mandato como director de CPEC.
En las fases iniciales del CPEC, Beijing primero liberaría fondos y luego comenzaría la construcción. Sin embargo, Beijing se ha vuelto más cauteloso sobre los riesgos en Pakistán y cambió el modelo: La construcción debe comenzar antes de que se liberen los fondos. El problema para muchos proyectos es que Islamabad carece de dinero para comenzar la construcción y, por lo tanto, los proyectos se estancan.
Los beneficios para Pakistán son difíciles de ver. Los préstamos del CPEC son opacos y muchos de los proyectos, además de estar inconclusos, tienen un valor cuestionable. Debido a su incapacidad para cumplir con los pagos de la deuda del CPEC, Pakistán tuvo que recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para un rescate de tres años de USD 6300 millones. Incluso en el comercio, el régimen chino está explotando a Pakistán. Las exportaciones de Pakistán a China en 2020 fueron de USD 1870 millones, mientras que las importaciones desde China fueron de USD 12,490 millones.
Una amenaza para Estados Unidos y la estabilidad regional es que un general retirado supervisa la CPEC y la mayoría de los proyectos se administran a través del ejército. Esto ha fortalecido el papel de los militares en la sociedad civil, debilitando la democracia de Pakistán. Mientras tanto, un ejército paquistaní en expansión y el trío chino-pakistaní-talibán tienen a India en vilo.
India no quiso participar en el BRI de China y considera la participación de China en Pakistán como una amenaza. Una porción del CPEC pasa por Gilgit-Baltistan, parte del territorio en disputa de Cachemira. Como resultado, el área ha experimentado un aumento en la actividad terrorista/separatista. Además de tener que lidiar con el aumento de la violencia, Nueva Delhi afirma que algunos proyectos del CPEC están en suelo indio. El PCCh rechaza esta afirmación.
El jefe del ejército indio, el general M. M. Naravane, en una conferencia de prensa anual, calificó el «aumento de la cooperación entre Pakistán y China, tanto en el ámbito militar como en el no militar«, como una «situación de dos frentes» para la que el ejército tenía que prepararse. El jefe de la Fuerza Aérea India (IAF), el mariscal R. K. S. Bhadauria, dijo igualmente que la fuerza aérea no tenía el tamaño adecuado para responder a una amenaza de dos frentes.
Las acciones de Pakistán y China, países con los que India ha luchado guerras en el pasado, ha llevado a India a aumentar el tamaño de sus fuerzas armadas y a cooperar con Estados Unidos. El ejército indio incluso está desplegando helicópteros Chinook estadounidenses para enfrentar a China en las áreas fronterizas.
India y Estados Unidos, junto con Japón y Australia, son miembros del Quad, un pacto de defensa diseñado para contrarrestar la expansión de la China comunista en la región del Indo-Pacífico. Estados Unidos designó a India como socio principal de defensa en 2016. India también fue elevada al estado de autorización de comercio estratégico de nivel 1, que otorga a India acceso sin licencia a una variedad de tecnologías militares y de doble uso de EE.UU.
La cooperación comercial en materia de defensa entre Estados Unidos e India incluye el Memorando de Acuerdo de Intercambio Logístico (LEMOA), el Acuerdo de Comunicaciones, Compatibilidad y Seguridad (COMCASA), así como el Acuerdo de Seguridad Industrial (ISA). El comercio de defensa de Estados Unidos con India fue de USD 20,000 millones en 2020.
El CPEC estaba destinado a ser el buque insignia del BRI de Xi Jinping, pero a partir de 2021, empezó a tambalear. Los proyectos están estancados, a medio terminar y, en muchos casos, resultan insostenibles. Pakistán tiene una deuda y un desempleo masivos. El país sigue teniendo un tremendo déficit comercial con China. India se está armando, preparándose para una guerra en dos frentes. Y Estados Unidos está perdiendo un aliado, mientras corteja a otro.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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