En este mundo frenético y moderno, tendemos a centrarnos en lo que se puede medir fácilmente, a expensas de todo lo demás. Seguimos las calorías y los macronutrientes y saltamos de una dieta de moda a otra, pero prestamos muy poca atención a cómo comemos.
Los efectos de comer de forma consciente empiezan a hacerse evidentes por partes, pero como el efecto es más holístico, es difícil medir y precisar exactamente qué es mera correlación y qué es causalidad. Dicho esto, sabemos que masticar bien los alimentos y comer con calma puede facilitar la digestión.
Y aquí está la clave: comer con atención no tiene prácticamente ningún inconveniente. Una vez que haya aprendido a hacerlo, descubrirá que es una experiencia mucho más agradable. Además, está demostrado que también es beneficioso para la salud.
¿Qué es la alimentación consciente?
La alimentación consciente consiste en prestar más atención a la comida que tenemos en el plato y al proceso de llevárnosla a la boca, saborearla, masticarla y tragarla. Es una práctica que implica profundizar en los sentidos y estar presente en los sabores, texturas, sonidos y sensaciones de cada bocado.
La alimentación consciente consiste en apreciar la comida y prestar toda la atención al acto de comer. A medida que aprendemos a centrarnos en saborear la comida, en lugar de engullirla con prisas para seguir adelante con nuestras vidas, llegaremos a apreciar este placer cotidiano de una forma totalmente nueva.
¿Por qué es importante la alimentación consciente?
La alimentación consciente es una práctica que ralentiza la marcha, aumenta la conciencia y, en el proceso, proporciona una serie de beneficios para la salud mental y física. Veamos solo algunos de ellos:
Mejor digestión: Comer estresado es una fuente bien conocida de molestias gastrointestinales (GI). Un estudio realizado en 2020 sobre un grupo de personas con síndrome del intestino irritable demostró que tenían menos problemas gastrointestinales cuando adoptaban una rutina de conciencia plena.
Menos exceso de comida: Las prácticas de conciencia plena también fueron documentadas, en una revisión sistemática de 2014, como asociadas con menos incidentes de atracones y alimentación emocional en poblaciones que ya tenían estos comportamientos. El simple hecho de ser conscientes de nuestros actos, en lugar de actuar impulsivamente, parece empujarnos hacia patrones alimentarios más saludables.
Mayor relajación: La alimentación consciente no solo es mejor para la figura, sino que también puede mejorar inmediatamente la calidad de vida al reducir los niveles generales de estrés. Un estudio de control aleatorio de 2011 encontró niveles más bajos de cortisol como resultado de simplemente ser más consciente. Imagina que hacer algo tan fácil y agradable puede tener un efecto tan directo y positivo en las hormonas del cuerpo.
Más placer: comer de forma consciente es más divertido que la alternativa. ¿Su vida ya está tan llena de actividades placenteras y saludables que puede permitirse rechazar alguna? La vida rara vez nos ofrece un almuerzo gratis (valga el juego de palabras), pero ésta podría ser una de esas oportunidades.
Cómo incorporar la alimentación consciente a su vida
1.Prepare un ambiente tranquilo para su comida. Encienda una vela y ponga música suave. Ajuste la iluminación y saque a relucir sus buenos platos. Aproveche el poder de la estética.
2.Adoptar una mentalidad agradecida. Comenzar cada comida con una oración de agradecimiento y recomendar una práctica similar a cualquiera que esté abierto a la idea. Nos recuerda que toda la vida es un regalo que debemos apreciar, al igual que nuestra comida.
3.Preste atención a cada uno de sus sentidos. Cuando comemos con prisas, no prestamos atención al aspecto, la textura, el sabor y el olor de lo que tenemos en el plato. Y no solo a la comida, sino a toda la experiencia de comer, dondequiera que se haga y con quienquiera que lo hagamos.
4.Reducir la velocidad y hacer pausas. La clave de la alimentación consciente es simplemente reducir la velocidad y prestar atención. Mastique mejor los alimentos y considere la posibilidad de dejar los cubiertos después de unos cuantos bocados.
5.Escuche las señales que le envía su cuerpo. Una de las razones por las que tendemos a comer en exceso hoy en día es que no le damos a nuestro cuerpo el tiempo suficiente para hablarnos y, desde luego, no le escuchamos. ¿Se siente lleno? ¿Sigue teniendo hambre? Escuche las señales claras pero silenciosas que le envía su cuerpo.
6.Concéntrese en lo que es bueno y saboréelo. La alimentación consciente no es solo una práctica de vida saludable, es una mejor forma de vivir. Si lo hace bien, no le parecerá un trabajo, sino un respiro entre las exigencias y el ajetreo del resto del día.
7.Reducir el ruido y las distracciones. Si usted es como yo, una comida tranquila a solas le parece el momento perfecto para echar mano del teléfono. Hay un momento y un lugar para disfrutar de Internet, pero hacerlo nos aleja de la nutritiva comida que tenemos delante y la trata como un placer de segunda clase, que sin duda no lo es.
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